Arte Mudéjar y Alianza de Civilizaciones
07/03/10. Autor: Maribel Ortega Fuentenebro
1.Introducción
“La tolerancia consiste en el respeto, la aceptación y el aprecio de la rica diversidad de las culturas de nuestro mundo, de nuestras formas de expresión y medios de ser humanos. La fomentan el conocimiento, la actitud de apertura, la comunicación y la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión”. (Art. 1.1– Declaración de principios sobre la Tolerancia- UNESCO 1995).
En el año 1986 la UNESCO declaró Patrimonio de la Humanidad cuatro edificios mudéjares de la ciudad española de Teruel; el 14 de diciembre de 2001 extendió el título a todos los monumentos mudéjares de Aragón ejemplificándoles en los seis más representativos entre los que se encuentra al Palacio de la Aljafería, sede de los reyes de la Taifa zaragozana y la Seo o Catedral que en sus orígenes fuera la Mezquita Mayor de Zaragoza capital de Aragón. La definición del Organismo Internacional se basa en los siguientes criterios: “convivencia respetuosa y en paz de las tres culturas: cristiana, musulmana y judía, cuyas técnicas de trabajo han trascendido el espacio y el tiempo… el conocimiento y difusión de estos fenómenos contribuye a desarrollar los valores universales de la cultura y de la paz, y son un buen ejemplo que ofrece la historia”. El patrimonio de los pueblos es, a todas luces, referencia de identidad y por ello mismo conforma lo que somos y lo que queremos ser, por eso añade lo siguiente:“La memoria es un motor fundamental de la creatividad y se aplica tanto a los individuos como a los pueblos que encuentran en su patrimonio natural y cultural, material e inmaterial los puntos de referencia de su identidad y las fuentes de inspiración”.
Es difícil entender con mentalidad del siglo XXI que a lo largo de la historia las religiones lucharon unas contra otras con el fin de imponer las propias creencias; parece un contrasentido, pero no lo es y la historia da fe de ello. La conquista del territorio suponía, en casi todos los casos, la imposición de la fe del vencedor. No ocurrió de la misma forma en nuestro suelo. Cuando los musulmanes árabes entraron en la península ibérica respetaron la identidad de los cristianos a los que dieron libertad social, jurídica y de culto, aunque les exigieron el pago de impuestos que suponía una cantidad muy inferior a la que les obligaban a satisfacer los reyes visigodos que en esos momentos ostentaban el poder.
Ocurrió de forma similar ante el avance de la conquista cristiana. Cuando Alfonso I ocupa Zaragoza en 1118, respeta las costumbres de los habitantes musulmanes en su fe, organización e instituciones. No podía ser de otra manera, el rey, se encontró una sociedad musulmana, con organización musulmana, con sentir, educación, fe y costumbres musulmanas, aunque bien sea cierto que junto con estos, se agrupaban comunidades judías y cristianas cuyo número era muy reducido. Se invierten las obligaciones, ahora eran los musulmanes quienes pagaban impuestos a los reyes cristianos, aunque el cambio de poderes no altero el ambiente intercultural y relacional, la convivencia pacífica entre los tres monoteísmos hasta cuatro siglos más tarde que es cuando comenzaron los conflictos religiosos en Aragón.
Estos hechos son una lección de la historia para nuestro mundo actual, muy convulso, que sufre tremendas injusticias sociales, económicas, políticas o raciales y que por ello mismo necesita de grandes dosis de tolerancia y respeto a los Derechos Humanos Universales que igualan a todos y a todos protegen y además porque ya no puede volverse atrás en el hecho globalizador.
Es cierto que el fenómeno migratorio no produce en la actualidad en España conflictos graves, pero si se dan focos originados por grupos radicales que pretender influir en el curso de la historia, por ello este trabajo, que parte del convencimiento personal de que todos somos necesarios y nos necesitamos para avanzar en la realización humana, sentirnos colaboradores y construir juntos un mundo en paz donde la ausencia de guerras sea una realidad.
2. El Mudéjar y la Alianza de Civilizaciones
“El arte mudéjar es un síntoma cultural privilegiado para conocer mejor lo que fue la España que le hizo posible” (Borras Gualis – El Mudéjar Aragonés – Guara Editorial).
Mudéjar es el término con el que se define a aquellos musulmanes que se quedaron en territorio cristiano cuando las tierras fueron conquistadas a los reyes taifales por parte de las fuerzas cristianas. Pero el vocablo va más allá, ya que es el nombre que recibe al arte que los alarifes musulmanes realizaron en iglesias cristianas y edificios palaciegos; de la fe de Muhammad, fueron los maestros constructores y todos o casi todos sus trabajadores, ellos enseñaron a los cristianos el oficio, la destreza y el dominio de la arquitectura, ya que en ese momento carecían de expertos y por ello necesitaban del saber hacer de los mudéjares para los oficios, el comercio, la platería, la marroquinería, herrería etc., por contraposición estos les necesitaban a ellos para cultivar su creatividad, sentirse ocupados, ejercitar sus artes y ganarse el sustento.
Realeza, Alto Clero y Ordenes Militares fueron mecenas y favorecedores de tan genuino arte, que se hizo posible gracias al compromiso entre vencedores y vencidos, constituyéndose de esta manera en un arte manifiestamente integrador y genuinamente hispano que se asienta, principalmente, sobre arquitectura gótica cristiana con base en la hispanomusulmana de raíces orientales y del arte cristiano occidental. Las torres de las iglesias mudéjares imitan, en su estructura, a los minaretes hispanomusulmanes, una torre exterior visible envuelve a otra interior y entre ambas una escalera conduce a salas abovedadas superpuestas; en la parte superior se añade un campanario; la ornamentación es manifiestamente árabe. Un buen ejemplo de este tipo de construcciones son las torres aragonesas de los templos cristianos en la ciudad de Teruel y otros lugares de la geografía aragonesa que han conseguido el titulo mundial.
La convivencia y colaboración fue posible cuando nuestro suelo peninsular era musulmán, un tiempo creativo en las artes, letras y cultura, en que no existían persecuciones religiosas y por ello musulmanes, cristianos y judíos vivían juntos respetándose y colaborando, se mezclaron, contrajeron matrimonio, y la península se convirtió en masa al Islam, cansados de las luchas fratricidas visigodas. Afirma el profesor zaragozano Agustín Ubieto Arteta que “Identificar a los españoles de hoy con los cristianos y a los musulmanes con los “antiespañoles” medievales, es absurdo, y se originó en el siglo XVI cuando los problemas religiosos y políticos europeos identificaron a la cristiandad con España y al peligro turco con lo musulmán”, añade el maestro “Es absurdo que consideremos a los musulmanes medievales como algo ajeno a nosotros: con toda seguridad podemos afirmar que el abuelo treinta de cada español tenía más probabilidades de ser musulmán que cristiano” . (Introducción a la Historia de España.- pág. 57-59. 1986).
Es todo un ejemplo, como bien reconoce la declaración de la UNESCO, de convivencia, interdependencia, integración, relación pacifica y aceptación de la cultura de los otros que tienen derecho a sus propias creencias a sus propias costumbres, no existía, por tanto, uniformidad ni pensamiento único, no existía ideas preconcebidas de superioridad de una cultura sobre la otra, porque nadie puede arrogarse tal preponderancia, además no es posible encontrar una cultura pura, sin mezclas ya que desde el inicio de la historia de la humanidad interaccionan unas con otras y por ello evolucionan, se plagian, se modifican, crean nuevos usos y costumbres y dan lugar a nuevas civilizaciones que volverán a transformarse, o bien declinaran hasta su desaparición. Así ha ocurrido a lo largo de los tiempos desde Egipto a Mesopotamia, del Sumer a Persia, de Grecia a Roma.
En nuestro suelo se han sucedido romanos, visigodos arrianos, árabes y la catolicidad romana en un proceso de hibridación que ha dado como resultado nuestra actual identidad. Hay que entender el claro ejemplo de mestizaje cultural que supuso la convivencia de los tres monoteísmos que han dejado su impronta en lo que ahora somos, también en el lenguaje, ya que una gran parte de nuestro castellano tiene origen en la lengua árabe tanto en su aspecto clásico como en el genuinamente hispánico. El Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua reúne miles de palabras de procedencia árabe, que usamos continuamente. Sirvan algunos ejemplos: aceite, aceituna, albahaca, naranja, escabeche, berenjena, albóndiga, jaqueca, tabique, ajuar, alfombra, alcalde, zanja, tarifa o azotea.
La Alianza de Civilizaciones, iniciativa del Presidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, tiene como fin el entendimiento, el conocimiento y la convivencia pacífica entre el mundo musulmán y occidente a través del diálogo y por ello, es una herramienta imprescindible para alcanzar el entendimiento entre los diversos universos de sentidos que constituyen la sociedad global. En la época que se construyó el mudéjar fue posible y muy creativa la convivencia; a mucha distancia y como no podía ser de otro modo con parámetros nuevos, este es el fin de la Alianza de Civilizaciones que “tiene como objeto invocar la capacidad humana para resolver los problemas a través de la palabra y hacer del siglo XXI un siglo de justicia, paz y prosperidad” (José Luis Rodríguez Zapatero - 59º Asamblea de Naciones Unidas -21 de Septiembre de 2004). Necesitábamos un nuevo modelo de convivencia y este lo proporciona la Alianza como antes lo fue el mudéjar, con problemas, pero también con la decisión y confianza de que vamos a conseguir ese paradigma de paz global, tan cuestionada y en riesgo.
Es bien cierto que en el Islam peninsular y más tarde en la España cristiana, hubo divergencias, pero también lo es que quienes ostentaban el poder, de quienes tienen que partir las conductas, aceptaban a los musulmanes sin condiciones o esquemas predeterminados. En Aragón los tribunales y la corona no conocieron ninguna causa sobre esta población hasta bien entrado el siglo XVI; tampoco fueron obligados a convertirse al cristianismo hasta 1526, fecha en la que comienzan los conflictos religiosos, ciertamente, con consecuencias calamitosas para todos, pero especialmente para la población musulmana ya que origina una emigración obligada y masiva de musulmanes hacia los reinos árabes del sur que también se llevo a muchos intelectuales entre los que cabe citar al sabio zaragozano Avempace, médico, filosofo, músico… que dejo una ingente obra escrita y fue el primer traductor de Aristóteles para occidente. Figura insigne poco estudiada y reivindicada, no lo conoceríamos a no ser por el empeño de dos ilustres zaragozanos grandes estudiosos del Islam: el sacerdote Miguel Asín Palacios y el catedrático de la Universidad de Zaragoza Joaquín Lomba Fuentes que se dedicaron a traducir al castellano muchas de sus obras que hoy podemos leer y disfrutar. Este punto marca el declive de la convivencia y el arranque de las disquisiciones religiosas entre Cristianismo e Islam, que, desafortunadamente se han mantenido hasta nuestros días hasta el punto que la clasificación de las sociedades y de las personas se realiza en términos religiosos, lo que ha dado lugar a no pocos conflictos de incomprensión por desconocimiento o dejadez; en otros casos, la división se debe a la construcción, por parte de grupos de presión, de argucias de desprestigio, que la Alianza de Civilizaciones pretende revertir. Se me podrán tachar de utópica, pero las utopías son necesarias para la conquista de los fines y ciertamente en su nombre, muchos hombres han dejado su vida en el intento de conseguir justicia. Ahora es una necesidad.
3. El mudéjar como modelo de convivencia tolerante
“La educación es el medio más eficaz de prevenir la intolerancia. La primera etapa consiste en enseñar a las personas los derechos y libertades que comparten, para que puedan ser respetados y fomentar además la voluntad de proteger los de los demás”. (Art. 4.1 – Declaración de principios sobre la tolerancia- UNESCO 1995)
Es necesario esclarecer que los mudéjares estaban sometidos a los cristianos políticamente, pero no cultural, religiosa y socialmente, ya que disfrutaban de todos sus derechos ciudadanos como lo demuestra el hecho de que poseyeran una universidad propia en Zaragoza en la baja edad media. El arte mudéjar, como indico anteriormente, lo realizaron juntos cristianos y musulmanes: aquellos financiando las construcciones y estos poniendo su sabiduría y buen hacer a su servicio; sin el dinero de la nobleza y clero cristiano y el trabajo de los alarifes musulmanes nunca hubiera sido posible el desarrollo de este estilo artístico genuinamente hispano. Ello demuestra dos cosas: que las luchas fronterizas no impidieron que dentro del espacio geopolítico compartido y pacificado se desarrollase un arte tan especial; por otro, el convencimiento de los investigadores de la historia y del arte, de que los conquistadores sentían fascinación por la estética islámica, ello posibilitó el hecho de que los edificios hispano-musulmanes, castillos y palacios del Islam, se convirtieran en Alcázares Cristianos y que muchas mezquitas, sin sufrir reformas, fueran consagradas como iglesias cristianas. Basten un par de ejemplo: Pedro I de Aragón después de la segunda toma de Barbastro (Huesca) hizo consagrar la mezquita más importante de la ciudad a Santa Fe de Conques; lo mismo ocurrió con las de Huesca una vez que la ciudad fue tomada por los conquistadores, esta vez fueron los arzobispos de Burdeos y Oloron Saint Marie quienes las bendijeron para los cristianos. Como bien dice el profesor Borras Gualis en esa asimilación de los monumentos hispanos por parte de los reyes cristianos, lo que sin duda pervive es la estética musulmana que de esta manera perpetúa su presencia en España.
La Alianza de Civilizaciones pretende, desde los nuevos posicionamientos globales, ese conocimiento del Islam pacifico que lucha, trabaja, emigra, para lograr una vida mejor; los terrorismos en todos los tiempos y lugares, lo forman grupúsculos que quieren imponer sus planes a la colectividad por la fuerza de las armas extendiendo el terror y causando mucho sufrimiento. No sólo occidente ha sufrido con los terribles atentados de Nueva York, Madrid o Londres, lo han padecido y lo padecen en mayor proporción y con mucha destrucción países musulmanes como Irak, Afganistán, Jordania, Beirut por ejemplo, aunque intereses espurios nos quieran hacer llegar, que sólo ellos son culpables, cosa a todas luces incierta, es más la Alianza de Civilizaciones ha sido muy bien acogida, por parte de gobernantes y líderes religiosos del Islam entre los que quiero destacar a la reina Rania de Jordania, reina Mozah de Qatar o al ex presidente de Irán Mohamed Jatami que formó parte del GAN, Grupo de Alto Nivel para la Alianza de Civilizaciones. Los cito a modo de ejemplo son muchos más los que se han adherido a la Alianza y sigue incorporándose, algo que no debe extrañarnos porque la tolerancia es una de las señas de identidad del Islam “Si, se inclinan hacia la paz, ¡inclínate tu también hacia ella! ¡Y confía en Dios! –Corán 8,61”. Este versículo recoge la predisposición del Islam hacia la consecución de una paz positiva que está por encima de los propios intereses; el Islam es tolerante, característica que perdió cuando, como bien dice el arabista Juan Vernet, el mundo no le comprendió y se volvió intolerante con él.
Salvando las diferencias, que son muchas, no cabe la menor duda, que esa parte de nuestra historia puede servir de modelo para ayudarnos a derribar los tópicos que, desafortunadamente, todavía son muchos y que en el fondo lo que demuestran es un absoluto desconocimiento del Islam.
4. La estética musulmana en las iglesias cristianas
“El espectáculo de lo bello, en cualquier forma en que se presente, levanta la mente a nobles aspiraciones”. (Gustavo Adolfo Bécquer -1836-1870).
Es difícil precisar o explica que es la belleza... como ciencia de la estética escapa a cualquier definición a cualquier adjetivación, porque lo bello solo es perceptible a través de los sentidos y de forma individual. Agrupa un sin fin de dimensiones: armónica, lumínica, espiritual, transcendente. El mudéjar es un arte visual, recoge el sentir de una cultura y su percepción de Dios y del mundo. Tras la obra expresada, existe un profundo sentimiento, es como un reflejo del alma que la crea, el artista se inspira en el mundo sensible, da imagen a la obra en su mente y lo traslada a la materia que transforma en formas bellas, la materia así queda ennoblecida, se olvidan sus componentes para contemplar la realidad que trasciende “la belleza es algo que no tiene en la lengua otro nombre que la designe, pero es percibida por las almas de todos cuantos la ven” (Ibn Hamz, filósofo andalusí).
El arte posee un lenguaje universal, que aún producido por autores de distintas culturas o religiones unifica sentimientos, es así que todos, sin etiquetas civilizatorias, quedamos maravillados ante las catedrales góticas, la mezquita damascena, el monasterio cristiano, el paisaje natural, o las bellas melodías. El arte fusiona, aúna o suma porque la belleza, no tiene nacionalidad, no tiene fronteras, es ciencia de lo sublime, aquello que lleva al hombre a transcender su propia humanidad: los poemas, las máximas religiosas, la mística, la filosofía, son el fundamento de la estética musulmana “la belleza del mudéjar proviene de los textos sagrados, los discursos teológicos, la mística y la filosofía” (Umberto Eco – Arte y belleza de la estética medieval – Lumen – Barcelona 1999). Los maestros proyectan las ideas de acuerdo con la libertad expresiva y propia experiencia, sensibilidad y condición, y armonizan sentimiento, inteligencia y reflexión como cualidades del alma. A Dios se le experimenta desde realidades humanas, pero la contemplación, hace percibir el mensaje revelado como algo inefable, que en el mudéjar tiene como misión sustentar la fe y trasladarla al intelecto como la más alta facultad humana. Decía Plotino que “en lo bello transparece lo divino”; la aprehensión de lo bello hace que invadan el alma sensaciones, impresiones e imágenes que son difíciles de transmitir o explicar, lo que hace falta es percibir esa belleza y no ser indiferente a ella. “la religión y cultura islámica parten de la belleza, haciendo que entre por todos los rincones de la piedad y la relación con Dios, llegando a la apoteosis en la mística” (Joaquín Lomba Fuentes). El vocablo Islam significa sumisión y entrega incondicional a Dios; el Corán ofrece un nuevo orden del cosmos, habla en términos estéticos de la creación, de la naturaleza y del lugar que ocupa el hombre en el mundo, no es extraño, por tanto, que la decoración mudéjar que invade todo el espacio, se presente como unidad, como metáfora de eternidad.
La creación artística que es belleza o estética del pensamiento, está exenta de violencia, por lo que es capaz de acercar a los alejados y eliminar agresividades y radicalismos tan nefastos para la coexistencia en paz, por eso mismo, se hace imprescindible para la humanización, la socialización y el diálogo, a través del cual se acercan posturas que hacen posible la convivencia. En este contexto ¿Qué mejor que el arte mudéjar para la universalidad? ¿No es universal el diálogo que preconiza la Alianza de Civilizaciones? La Organización de Naciones Unidas así lo entiende al definir, a través de la UNESCO, la ejemplaridad del Mudéjar y al tomar la Alianza de Civilizaciones como una sección del Organismo Internacional.
Afortunadamente el tiempo y la mano de los hombres, no han destruido el patrimonio mudéjar que sigue mostrando al mundo, que en un tiempo de tolerancia fue posible crear y dejar a la posteridad un legado que a todas luces es referencia insustituible para todos aquellos que tenemos en nuestro horizonte la convivencia en paz con los musulmanes, pero no solo con estos, sino con todos aquellos que quieran construir un mundo sin diferencias civilizatorias en las que no creo, porque son productos de intereses más que de realidades.
5. Mecenas y ejecutores
“Que las criaturas sean no sólo de tal modo solidarias entre sí sino que ninguna pueda existir sin todas las demás…” (Teilhard de Chardin -Himno del Universo – Ed. Trotta).
Fueron muchos los maestros mudéjares que dejaron su impronta en monumentos hispanomusulmanes aragoneses. No voy a nombrarlos a todos, me referiré a algunos, muy sobresalientes por su saber y lugares donde trabajaron, y sobre todo porque muestran esa estrecha colaboración entre cristianos y musulmanes, imprescindible para conocer la historia, apoyarnos en ella y construir el futuro.
El Palacio de la Aljafería, fue erigido a mediados del siglo XI por iniciativa del rey Al-Muqtadir para que sirviera de residencia de verano a los reyes de la taifa hudí de Zaragoza. Sin entrar en descripciones constructivas, señalar que es la edificación más importante de arte hispanomusulmán realizada en Saraqusta capital de la marca superior de al-Ándalus; cuando Alfonso I conquista la ciudad fue convertido en Alcázar de los Reyes de Aragón, a partir de ese momento, los monarcas cristianos se convierten en mecenas y sufragan las obras que realizaron los maestros mudéjares en el recinto. Entre los más principales figuran: Audalla Benito, Yusef Bellito, hijo del anterior y más tarde Mahomet Bellito, nieto del primero. Los dos segundos fueron nombrados por Jaime II; más tarde Pedro IV en el siglo XV, nombro a Farach Allabar maestro de obras.
D. Pedro Martínez de Luna, Benedicto XIII de Aviñón, apodado, Papa Luna, financió muchas obras aragonesas de las que fue maestro de obras Mahoma Rami al que el prelado se sentía muy ligado por su maestría y perfecto conocimiento de todas las técnicas constructivas. Rami, bajo el mecenazgo del Papa, dio luz al Cimborrio de la Seo Zaragozana, acometió la reconstrucción de la Iglesia de San Pedro Martin de Calatayud, la casa de Benedicto XIII en Daroca (Zaragoza), y algunas salas de la casa de su familia en Illueca (Zaragoza). En la Iglesia de Santa Tecla de Cervera de la Cañada (Zaragoza), dejo su nombre inscrito en el yeso con la siguiente leyenda “Obrada y deificada por Mahoma Rami, con Dios”. Benedicto XIII también contribuyó a la edificación de la Iglesia de Ntra. Sra. De Tobed como muestra el hecho de que su escudo de armas aparezca en la bóveda de crucería del último tramo, que está firmada, también en este caso, por Mahoma Rami a quien los prelados consideraba “un maestro inspiradísimo”.
Dos grandes órdenes militares aportaron grandes sumas de dinero en la construcción, reconstrucción o restauración de iglesias mudéjares: Orden del Santo Sepulcro y la Orden del Hospital. La Orden del Santo Sepulcro estuvo ligada al maestro Mahoma Calahorra, que dejó su impronta en la iglesia del Santo Sepulcro de Calatayud y en Santa María de Tobed; en esta última, su firma se hace visible en un ventanal del ábside que reza “Obra terminada por Mahoma Qalahori”. En el año 1393 Mahoma Calahorra fue nombrado maestro de obras del Monasterio mudéjar de Canonesas Regulares del Santo Sepulcro de Zaragoza, bajo patrocinio de Lope Fernández de Luna, consejero de armas de Pedro IV y Arzobispo de Zaragoza. Mención especial merece la sala capitular del convento que decorada con preciosas cerámica exhibe frases en caligrafía cúfica al más puro estilo de la tradición islámica. A Fray Martín de Alpartir (1300-1382), Canónigo de la Colegiata del Santo Sepulcro de Calatayud, se debe la construcción del refectorio y las cocinas del monasterio zaragozano. Obra mudéjar es también la capilla de San Miguel de La Seo Zaragozana, dirigida por Mahoma Calahorra, que el Prelado financió para que le sirviera de monumento funerario.
La Orden del Hospital estuvo vinculada a la saga familiar de los Galy maestros mudéjares muy destacados cuyo testimonio queda recogido en dos monumentos de la provincia de Zaragoza: iglesia de San Juan Bautista de Chiprana, construida en el siglo XII en la que aparecen restos mudéjares que llevan la firma de Farax Galy; iglesia Parroquial de Mallen que exhibe la siguiente frase “Terminada por los maestros de obras Audalla Galy y su hermano”; Nuestra Señora de Tobed y la Asunción de Maluenda ambas, igualmente, en la provincia de Zaragoza, muestran inscrita la shahāda o profesión de fe musulmana o “No hay más señor que Dios (y) Mahoma es el enviado de Dios” la última está firmada por el maestro de obras Yuzaf Abd al Malik. En el arte hispanomusulmán los epígrafes son una práctica habitual ya que la caligrafía árabe está considerada un arte en sí misma y por ello entra de lleno en la ornamentación y a veces se confunde con ella al quedar escondida entre los trazados geométricos que inundan todo el espacio ornamental.
Uno de los más insignes expertos del mudejarismo aragonés, Francisco Iñiguez Almez, da noticias de que los sueldos de los maestros mudéjares eran superiores a los de los maestros cristianos que aprendieron de aquellos los oficios, lo que no debe sorprender puesto que el maestro de obras tenía la consideración de cargo de alto nivel, o cargo palatino.
6. Conclusión
“Las ciencias del Intelecto son naturales en el hombre debido a su capacidad de pensar, no son privativas de ninguna religión, su estudio ha existido entre las gentes de todas ellas y se han mostrado equiparables en aprehensión e investigación. (Ibn Jaldun – Al Muqaddima).
Todo lo que trato de ejemplificar no es gratuito ni pueden pasar desapercibido, son hechos muy importantes porque, como reconoce la UNESCO, trasladan el valor de la paz y de la convivencia, y por tanto nos interpela y obliga a responder y a profundizar en la relación intercultural para no cometer nuevos errores que en un mundo globalizado y casi siempre sin fronteras pueda radicalizar las conductas y, lo que es peor, las ideas que provocarían conflictos nada deseables. El mundo ya es demasiado complejo y en muchos lugares sufren hambre y guerra con su reguero de sangre, terror, víctimas inocentes y sufrimiento. El Corán dice que Dios será quien juzgue las discrepancias entre las religiones, pero mientras tanto hemos de convenir y convencernos que nunca deben ser un obstáculo para entendernos. No lo fueron en Al-Andalus y no debemos permitir que lo sean en los momentos actuales, la intolerancia no ayuda a formar mujeres y hombres íntegros y libres porque es radical y no se plantea que otros, con otros criterios con otras opiniones, con otras formas de mirar la vida, tengan los mismos derechos y, cómo no, las mismas obligaciones.
Como se puede deducir mis palabras no expresan otra cosa más que mi pensamiento; en un sentido amplio sin esquema predeterminados o encerrado en unos cánones de los que no puede escapar, creo que Arte Mudéjar y Alianza de Civilizaciones se relacionan a través de los siglos porque tienen un destino común: aquellas la construcción del arte y la cultura en un determinado espacio, ahora se trata de levantar nuevos edificios de entendimiento de libertad, respeto, justicia, igualdad… son construcciones más complejas que necesitan un esfuerzo excepcional dada la complejidad del mundo, es difícil, pero hay que intentarlo, para ello debemos hacer desaparecer de nuestro lenguaje la palabra “imposible” y sustituirla por otras al estilo del Presidente de EE.UU Barak Obama “si, se puede”, se puede trabajar y conseguir horizontes de mayor progreso, bienestar y convivencia pacífica, que por ello mismo, forjará sociedades más creadoras y humanizadoras.
Si en el tiempo que trato fueron mecenas alto clero, nobleza y órdenes militares cristianas y ejecutores los musulmanes, ahora el adalid del entendimiento, quien ideo y propuso la Alianza de Civilizaciones en la 59 Asamblea General de Naciones Unidas es José Luis Rodríguez Zapatero, Presidente del Gobierno español; los mecenas son los gobiernos, las monarquías o fundaciones internacionales que ponen su dinero para financiar los distintos programas que deben contar y cuentan con el apoyo de Naciones Unidas; los maestros de obras, constructores-actores, somos las mujeres y hombres que queremos convivir con todas las culturas sin discriminaciones culturales, religiosas o laicas, en un ambiente de entendimiento y convivencia en paz.
Los movimientos de las personas en busca de mejores horizontes de bienestar son inherentes a los seres humanos se han producido en el pasado, se dan en la actualidad, y si duda, se originaran en el futuro, con una diferencia, hoy las sociedades están mucho más mezcladas que nunca, en el mismo espacio, en el mismo vecindario hay chinos, indios, colombianos, chilenos, africanos y musulmanes a quienes saludamos cada día. Esto debería haber sido siempre así, pero no es esa nuestra experiencia y por eso debemos ser cautos, porque el hecho de nacer en una civilización determinada pertenece al terreno de lo inapropiable, ningún ser tiene la prerrogativa de elegir el lugar de su nacimiento, por ello la Alianza de Civilizaciones que iguala a los hombres al dialogar con ellos, al hacer planes para el desarrollo cultural y la integración, que aboga por la relación entre los favorecidos y los menos favorecidos, entre oriente y occidente, con el fin de que todos puedan acercarse sin criterios establecidos para que en esa proximidad nos conozcamos y reconozcamos válidamente .
Afirma el escritor-teólogo Hans Kungs que tenemos que conseguir una ética en la que todos nos reconozcamos; a todas luces esos son los planes de la Alianza de civilizaciones, que trata de conseguir que se entienda lo positivo de la civilización musulmana, que ha aportado al mundo una religión, una historia, literatura, filosofía, medicina, técnica o música, negar todo ello es negar la historia, es bien cierto que ahora, por mor de muchos intereses tanto de occidente como de sus propios gobernantes, pasa por momentos de graves dificultades: guerra, analfabetismo, desempleo, por eso la emigración, que se hace más severa por la incomprensión de nuestras sociedad mal informadas; confundir Islam y terrorismo es un auténtico error, porque no es verdad y trae consecuencias francamente negativas para la convivencia. Hay que eliminar tópicos construido no reales, mostrar interés por la cultura de los Otros, acercarnos, compartir sus formas de expresión artísticas y culturales, y sobre todo, no consentir a los apóstoles del “choque de civilizaciones” que manipulen nuestras emociones bien sea su autor Samuel Huntington, políticos, periodistas o portavoces de cualquier condición, y seamos nosotros, con nuestra capacidad reflexiva, con nuestro Logos quienes seamos dueños de nuestras opiniones, para ello debemos conocer el mundo ampliamente pero sobre todo el espacio cotidiano que compartimos, solo así podemos mirar con orgullo hacia un futuro solidario, tolerante, justo y de paz y construir una sola Civilización humana a escala mundial. India se conforma como un mosaico de lenguas y religiones que conviven sin conflictos interculturales. Aprendamos de ellos.