Assalamu Alaykum,
Sería para nosotros una satisfación poder contar con su presencia durante el 4º SEMINARIO INTERNACIONAL SOBRE TEMAS ISLÁMICOS CONTEMPORÁNEOS, que tendrá lugar el próximo domingo 2 de mayo en la Sala de Conferencias del Centro de Estudios Islámicos de la Mezquita Mayor de Granada bajo el titulo “La Misericordia Familiar en el Islam”.
La inauguracion del Seminario está prevista a las 9:30 con la intervención del Vicepresidente de la Comunidad Islámica en España, Muhammad Munir Martínez, y del Director del Seminario Internacional sobre Temas Islámicos Contemporáneos, el Dr. Muhammad Tabtabai, que dirigirán unas palabras de bienvenida a los asistentes.
Las conferencias que se darán en árabe con traducción simultánea al español, estarán divididas en dos sesiones, y están abiertas a musulmanes y no-musulmanes. Entre una sesión y otra se abrirá un foro de discusion para aclarar los contenidos y para hacer preguntas.
El mismo día por la tarde entre Salat al-Maghreb y Salat al-Isha se tendrá otro encuentro de estudio sobre temas relacionados con el dawa en las sociedades occidentales. En la Mezquita para los hombres, y en la biblioteca del Centro Islámico para las mujeres con la participación de dos profesoras de la Universidad de Kuwait.
Ahmed Bermejo. Director Mezquita Mayor de Granada
Plaza San Nicolas, S/N
18010 - Granada
Tel.: 0034 958 20 25 26 - 0034 958 20 23 31
Fax: 0034 958 29 61 95
30 abr 2010
Relaciones entre el islam y la Unión Europea. Propuestas para la presidencia española
Propuestas de Junta Islámica Catalana para la presidencia española de la Unión Europea (2010), en relación a los derechos humanos de los musulmanes europeos
28/04/10. Abdennur Prado
Las relaciones entre el islam y las instituciones europeas se basan en una necesidad mutua. Como sabemos, el islam es una religión europea, se calcula que hay unos 16 millones de musulmanes en la Unión Europea. Por parte de las comunidades musulmanas, como parte integrante pero minoritaria de la ciudadanía europea, necesitan de canales de interlocución con las instituciones europeas para tratar de solucionar los graves problemas que los afectan: discriminaciones, dificultades a la hora de practicar su religión, islamofobia.
Suele pasar que lo que preocupa a las instituciones no es lo que preocupa a las comunidades musulmanas, y al revés. Por parte de las instituciones, los musulmanes son una parte de la ciudadanía, con unas problemáticas concretas que demandan una atención creciente. En el contexto post 11-S, la presencia del islam es a menudo representada como una amenaza, deja de ser una opción de vida más en un contexto de pluralismo, y es tratada como una cuestión que requiere ser vigilada y controlada. Una perspectiva que (siendo comprensible) ha sido denunciada como insuficiente (véase el informe de la Comisión parlamentaria española tras el 11-M).
En esta pequeña intervención plantearé el tema desde la perspectiva de las comunidades musulmanas, con el objetivo de realizar una serie de recomendaciones para la presidencia española de la UE. Brevemente, diré que la situación de las comunidades musulmanas en Europa se define por la precariedad social e incluso la marginalidad de centenares de miles de musulmanes, la mayoría de origen inmigrante, las dificultades por practicar su religión y ver reconocidos sus derechos religiosos, y el aumento de la islamofobia y del racismo anti-musulmán.
Nos remitimos a las conclusiones del informe elaborado por el Observatorio Europeo del Racismo y la Xenofobia (EUMC, actualmente Oficina de Derechos Fundamentales de la Unión Europea) el 2007, titulado: “Musulmanas en la Unión Europea: discriminación e islamofobia”:
1.Con independencia de su origen étnico o su manera de enfocar la religión, muchos musulmanes europeos sufren discriminación en el empleo, la educación y la vivienda.
2.La discriminación contra los musulmanes puede atribuirse a actitudes islamófobas, así como a resentimientos racistas y xenófobos, elementos que suelen ir unidos. Por tanto, la hostilidad contra los musulmanes tiene que situarse en el contexto más general de la xenofobia y el racismo contra emigrantes y minorías.
3.Es evidente que los musulmanes están sufriendo actos islamófobos que van desde amenazas verbales hasta agresiones físicas, a pesar de la poca información que se recaba sobre los incidentes agravados por motivos religiosos.
4.Los datos disponibles sobre las víctimas de la discriminación indican que los musulmanes europeos suelen estar desproporcionadamente representados en zonas con peores condiciones de vivienda, mientras que sus logros académicos están por debajo de la media y sus tasas de desempleo por encima de la media. Los musulmanes suelen ocupar puestos de trabajo que requieren una menor cualificación. Como grupo, están desproporcionadamente representados en los sectores menos remunerados de la economía.
5.Muchos musulmanes europeos, sobre todos los jóvenes, se encuentran con barreras que les impiden avanzar en la escala social, lo cual puede generarles un sentimiento de desesperanza y exclusión social.
La existencia de una opinión pública contraria a una determinada religión conduce, inevitablemente, a estallidos aislados de violencia. Según el informe anual para 2007 de la ODIHR (Oficina para los Derechos Humanos de la OSCE), titulado “Crímenes de odio en la región de la OSCE: incidentes y las respuestas” (6 de octubre de 2008):
•Durante el 2007, el odio y la intolerancia hacia los musulmanes se expresó a través de violentas agresiones físicas contra personas; incendios provocados y vandalismo contra mezquitas, escuelas islámicas y cementerios; acoso verbal y amenazas, y la petición de que los musulmanes sean deportados o expulsados de Europa. Los crímenes y los incidentes contra los musulmanes fueron alimentados por una combinación de racismo, hostilidad hacia el Islam y sus adeptos, el sentimiento anti-inmigrante, y la asociación de los musulmanes y el islam con el terrorismo. Individuos identificables visualmente como musulmanes, como mujeres musulmanas con velo e imanes usando vestimenta religiosa, así como mezquitas, centros islámicos, y escuelas musulmanas, fueron los principales objetivos de los ataques anti-musulmán en toda la región de la OSCE. Además, 2007 fue testigo de la aparición de organizaciones de base y de redes paneuropeas que han manifestado su rechazo de la presencia de los musulmanes y su cultura en Europa a través de diversas protestas, en particular centrándose en la construcción de mezquitas. En muchos casos, las manifestaciones violentas de odio contra los musulmanes tuvieron lugar en un clima social de intolerancia general.
En los últimos años han sido recogidos numerosos casos de incidentes y violencia anti-musulmana en toda la Unión Europea. Sólo en Francia, durante el año 2004, fueron reportadas 182 agresiones, según el Observatorio de la Islamofobia. Existe el problema de la falta de organismos encargados de su monitorización, ya de por sí significativa. Tan sólo los gobiernos de los EE. UU. y del Reino Unido documentan sistemáticamente los casos de violencia anti-musulmana [1].
Otro nivel de discriminación que preocupa a los musulmanes es el incumplimiento de sus derechos religiosos a muchos lugares de Europa. Esta carencia de desarrollo se manifiesta en las dificultades por abrir mezquitas, en la negación del derecho a ser sepulto según el ritos islámico, dificultades por acceder a la alimentación halal, asistencia religiosa a prisiones…
En este contexto surge la necesidad imperiosa por parte de las comunidades de organizarse y de luchar por mejor la situación. Las dificultades son enormes, debidas tanto a la propia precariedad social, como las injerencias extranjeras o la inmensa diversidad interna. Sólo en el Reino Unido la comunidad musulmana proviene de 65 nacionalidades diferentes y habla más de 100 lenguas aparte del inglés. Con miras a paliar esta situación y de llevar ante las instituciones europeas las reivindicaciones de los musulmanes, en los últimos años se ha producido la emergencia de diferentes grupos de presión (también denominados grupos de interés), organizaciones y activistas que luchan por los derechos de los musulmanes, tanto a nivel nacional como europeo. A menudo, estos grupos han tratado de presionar a sus gobiernos –generalmente poco receptivos- a través de las instituciones europeas.
La necesidad de elaborar un discurso reivindicativo eficaz conduce inevitablemente a plantear este discurso en clave europea, en términos de derechos humanos y valores democráticos, y a defender el islam como parte de la identidad europea. Se trata de buscar puntos de encuentro, tanto en el plano histórico –la influencia del islam en la formación de Europa- como en el plano de los valores –compatibilidad entre el islam y la democracia, la libertad de conciencia, la justicia social, e incluso la igualdad de género. Lo que puede ser una mera estrategia, tiene unos efectos en la formación de un discurso islámico europeo sobre el islam en Europa, diferenciado de los discursos islámicos no europeos y de los discursos no-islámicos europeos, pero que puede coincidir con ellos en determinados puntos. Las relaciones establecidas pueden ser un instrumento para facilitar la contextualización [2]. Insistencia en una serie de claves:
•El islam es parte de la identidad europea: necesidad de recuperar la memoria de al-Andalus y de dar a conocer las aportaciones de la civilización islámica clásica en la formación de Europa.
•El islam es plenamente compatible con los valores básicos de las sociedades europeas, como serían los derechos humanos, la democracia, la libertad de conciencia o la justicia social.
•Desvincular los principios religiosos de las culturas de origen, insistiendo en que muchas prácticas que se dan entre los musulmanes no son propiamente hablando islámicas, sino propias de las culturas en las cuales el islam ha arraigado.
•Los musulmanes europeos quieren ser tratados como ciudadanos de pleno derecho, y no como extranjeros. Y denuncian las discriminaciones que sufren los musulmanes como contrarias a los valores que dan sentido a la Unión Europea.
•Los musulmanes quieren participar en la construcción de sus sociedades y en la construcción europea, desde sus convicciones, consideran que desde sus valores y desde su fe tienen muchas cosas a decir sobre materias diversas, y esto implica el derecho a la crítica de las patologías de la modernidad: la destrucción del medio ambiente, el racismo estructural de las sociedades occidentales, el neoliberalismo, la transformación del ser humano en un consumidor-productor…
Asistimos pues a la emergencia de un discurso islámico europeo, al mismo tiempo reivindicativo pero no cerrado en sí mismo ni comunitarista, sino abierto al resto de la sociedad y que se presenta como interlocutor de las instituciones, un discurso plenamente europeo por su estilo y por su lenguaje, y al mismo tiempo plenamente islámico por los valores que defiende. Todo hace que las organizaciones que defienden los derechos de los musulmanes se decanten hacia estas posturas, conduciendo a la emergencia del denominado euro-islam. Por euro-islam entendemos un islam contextualizado a la realidad europea del siglo XXI. Otros autores prefieren hablar de un “islam de las luces”, que no seria sino una actualización del mensaje del islam, centrado en la ética y en la espiritualidad antes de que no en los aspectos jurídicos o normativos.
Esta tendencia es inevitable, se da incluso entre sujetos no conscientes de ello. No es el momento de desarrollar el tema, pero quiero hacer referencia a las investigaciones de Serge Moscovici sobre el papel de las minorías activas y sus relaciones con la mayoría obediente: “Los sujetos que se hayan ante puntos de vista incompatibles respecto a un objeto de juicio único emprenderán un proceso de negociación tácita a fin de reducir o eliminar el desacuerdo y reestablecer el consenso social”. (Psicología social, I, Paidós 1985, p.86). El euro-islam correspondería al “estilo de comportamiento flexible de las minorías”, el cual, según los autores, es el más capaz de influir y modificar la situación previa. Pero junto al euro-islam o discurso flexible y contextualista, encontramos el salafismo y su discurso rígido. De ahí la imperiosa necesidad de atender a aquellos sectores que abogan por el euro-islam, como discurso integrador, como mejor antídoto a aquellos discursos intra-islámicos que tienden a crear una fractura con el resto de la sociedad.
Se puede decir que actualmente centenares de líderes musulmanes en Europa han interiorizado el discurso de los derechos humanos. Pero justo en este momento nos encontramos que la respuesta negativa a las reivindicaciones de los musulmanes se plantea no en términos de derechos y deberes, sino en términos culturalistas y de identidades nacionales. La vinculación entre musulmán y extranjero traza una frontera entre el islam y la cultura autóctona, de forma que los musulmanes quedarían necesariamente excluidos de la misma. Se considera que el islam es esencialmente contrario a los valores encarnados por la cultura dominante. Se da una dialéctica y también una práctica centro/periferia, en la cual, por ejemplo, las mezquitas son expulsadas del centro urbano hacia polígonos industriales inaccesibles. Los musulmanes deben aceptar su marginación en una Europa todavía anclada en un concepto de Estado-nación decimonónico. La situación es paradójica. En el momento en el cual los musulmanes se remiten al Estado de derecho, son rechazados con argumentos culturalistas e identitarios. Se apela a una identidad nacional de la cual el islam estaría excluida, tanto por sus valores como por cuestiones históricas.
Se comprende pues que la UE constituya una “tabla de salvación” para los musulmanes europeos. El musulmán puede identificarse más fácilmente con una identidad europea transnacional en construcción, basada en valores y en derechos iguales para todos. Pero difícilmente se sentirá partícipe de una identidad nacional basada en mitos nacionales fundacionales que se remontan a la Edad Media, y en los cuales el cristianismo biológico suele ser determinante (el nacional-catolicismo español sería un buen ejemplo). De ahí la importancia de recuperar las “raíces islámicas de Europa”, entendiendo como tales todos aquellos elementos culturales y científicos que pasaron desde el mundo islámico a Europa, como uno de los elementos que dieron lugar a la emergencia de la Europa moderna. Entre las muchas citas al respecto, basten dos como muestra:
John Davenport, un destacado científico, escribió: “Debe reconocerse que todo el conocimiento –sea en física, astronomía, filosofía o matemáticas– que floreció en la Europa del siglo XX fue derivado de las escuelas árabes, y que la España musulmana puede ser vista como el padre de la filosofía europea”. Y Robert Briffault, reconoce en su obra La formación de la humanidad: “Es sumamente probable que si no fuera por los árabes, la civilización europea moderna nunca hubiera asumido ese carácter que le ha permitido superar todas las fases anteriores de su evolución. Ya que, aunque no haya ni un aspecto de crecimiento humano en el que la influencia decisiva de la cultura islámica no sea detectable, en ninguna parte es tan clara y trascendental como en la génesis de aquel poder que constituye la fuerza suprema distintiva del mundo moderno y la base suprema de su victoria –las ciencias naturales y el espíritu científico”.
Como conclusión, consideramos urgente y necesario un cambio de perspectiva por parte de las instituciones europeas en su interlocución con los musulmanes. Escuchar a aquellas voces reivindicativas y trabajar por el desarrollo de los derechos religiosos de los musulmanes, en la lucha contra la islamofobia y en la disminución de las discriminaciones que sufren los musulmanes en Europa. Es esto lo que favorecerá el surgimiento de un islam europeo, concebido como una opción espiritual más en un espacio laico compartido, y respetuoso de los valores que están en la base de la construcción europea. Un euro-islam que habla el lenguaje reivindicativo de los derechos civiles, pero que precisamente por el hecho de ser reivindicativo y crítico del status quo, es más europeo.
Propuestas de Junta Islámica Catalana para la presidencia española de la Unión Europea (2010), en relación a los derechos humanos de los musulmanes europeos:
•Tener en cuenta la dimensión islámica en cualquier reflexión o acción en torno a la identidad europea.
•Realizar una campaña o serie de actividades que de a conocer las “raíces islámicas de Europa”, con especial incidencia en el legado andalusí y en el legado científico del periodo clásico del islam. España está en una posisión privilegiada: reivindicar el pasado islámico de Europa es poner el foco en el “paradigma andalusí”, un momento de la historia en el cual España estaba en la vanguardia de la civilización.
•Promover la realización de un plan europeo contra la islamofobia, tendente a concienciar a la ciudadanía sobre la naturaleza de la islamofobia y el peligro que representa para una Europa basada en los derechos humanos.
•Urgir a los estados miembros a implementar las leyes y protocolos europeos sobre no discriminación en el acceso a la vivienda y al empleo, con especial atención a las discriminaciones que sufren las minorías étnicas y religiosas.
•Realizar encuestas nacionales entre los musulmanes europeos, con el objetivo de conocer cuales son sus preocupaciones, reivindicaciones y espectativas en relación a la UE, y con el objetivo de tener en cuenta dichas espectativas de cara a las políticas europeas respecto a dicho colectivo.
Anexo:
Propuestas incluidas en el informe elaborado por un grupo de expertos para el Parlamento Europeo, titulado Study: Islam in the European Union: What's at stake in the future? (May 2007):
•To take the Muslim dimension into consideration in any reflection upon a European identity (as much in respect of the state of things at present as in respect of the question of the rootedness of identity in the past).
•To find an equilibrium between principles of equity and innovation in the political management of the reality of European Islam (meaning equity with regard to the Muslim faithful in relation to the faithful of other religions); the desire for integration in general must involve the integration of Muslims into European space, and also the education of non-Muslim European citizens as regards Muslim reality. For all citizens of the European Union, there should be an emphasis on education about citizenship and democratic foundations (which are often taken for granted) and a pluridisciplinary investigation concerning the place of the religious dimension in public space.
•To avoid reducing questions about European Islam that arises to stock patterns of encounter and dialogue between religions.
•To avoid getting stuck in situations that are, on the institutional level, responses to current expectations, expectations that may not yet have stabilized. Here, we need to be aware that some Muslim organisations consider themselves as the representatives of European Muslims and attempt to function, sometimes improperly, as their spokespersons. In this context, it is important to find out what the expectations of the great silent majority are, as these are sometimes situated quite far from the concerns of their “representatives”.
•To promote, with great caution and prudence, the development of tolerant and open Islam through activities of elaboration and circulation of ideas (translations and communication).
•To promote profound debates which do not hesitate to evoke themes that may make people angry. They must be conducted in a spirit of openness and freedom to speak, without limitation, in an atmosphere of mutual respect, reciprocity, and “reciprocal co- inclusion”. It is a question of going beyond a relatively passive cohabitation in order to reinvent and render actively operational the promotion of interculturalism in the city, now often confined to expressive forms, cultural forms, or even the folkloric.
Notas
[1] Para obtener más datos de más agresiones a individuos, ataques a mezquitas, etc., pueden consultarse los siguientes informes del “European Monitoring Centre on Racism and Xenophobia” (EUMC): Racism and Xenophobia in the EU Member States - Trends, developments and good practices, Annual Report 2005. http://fra.europa.eu/fra/material/pub/ar05/AR05_p2_EN.pdf. Y EUMC (2006): The Annual Report on the Situation regarding Racism and Xenophobia in the Member States of the EU, Vienna 2006. http://fra.europa.eu/fra/material/pub/ar06/AR06-P2-EN.pdf
[2] Esta es la tesis de Melissa Anne Parker: The Europeanization of Islam: The Role of the Multi-Level Structure of the European Union.
28/04/10. Abdennur Prado
Las relaciones entre el islam y las instituciones europeas se basan en una necesidad mutua. Como sabemos, el islam es una religión europea, se calcula que hay unos 16 millones de musulmanes en la Unión Europea. Por parte de las comunidades musulmanas, como parte integrante pero minoritaria de la ciudadanía europea, necesitan de canales de interlocución con las instituciones europeas para tratar de solucionar los graves problemas que los afectan: discriminaciones, dificultades a la hora de practicar su religión, islamofobia.
Suele pasar que lo que preocupa a las instituciones no es lo que preocupa a las comunidades musulmanas, y al revés. Por parte de las instituciones, los musulmanes son una parte de la ciudadanía, con unas problemáticas concretas que demandan una atención creciente. En el contexto post 11-S, la presencia del islam es a menudo representada como una amenaza, deja de ser una opción de vida más en un contexto de pluralismo, y es tratada como una cuestión que requiere ser vigilada y controlada. Una perspectiva que (siendo comprensible) ha sido denunciada como insuficiente (véase el informe de la Comisión parlamentaria española tras el 11-M).
En esta pequeña intervención plantearé el tema desde la perspectiva de las comunidades musulmanas, con el objetivo de realizar una serie de recomendaciones para la presidencia española de la UE. Brevemente, diré que la situación de las comunidades musulmanas en Europa se define por la precariedad social e incluso la marginalidad de centenares de miles de musulmanes, la mayoría de origen inmigrante, las dificultades por practicar su religión y ver reconocidos sus derechos religiosos, y el aumento de la islamofobia y del racismo anti-musulmán.
Nos remitimos a las conclusiones del informe elaborado por el Observatorio Europeo del Racismo y la Xenofobia (EUMC, actualmente Oficina de Derechos Fundamentales de la Unión Europea) el 2007, titulado: “Musulmanas en la Unión Europea: discriminación e islamofobia”:
1.Con independencia de su origen étnico o su manera de enfocar la religión, muchos musulmanes europeos sufren discriminación en el empleo, la educación y la vivienda.
2.La discriminación contra los musulmanes puede atribuirse a actitudes islamófobas, así como a resentimientos racistas y xenófobos, elementos que suelen ir unidos. Por tanto, la hostilidad contra los musulmanes tiene que situarse en el contexto más general de la xenofobia y el racismo contra emigrantes y minorías.
3.Es evidente que los musulmanes están sufriendo actos islamófobos que van desde amenazas verbales hasta agresiones físicas, a pesar de la poca información que se recaba sobre los incidentes agravados por motivos religiosos.
4.Los datos disponibles sobre las víctimas de la discriminación indican que los musulmanes europeos suelen estar desproporcionadamente representados en zonas con peores condiciones de vivienda, mientras que sus logros académicos están por debajo de la media y sus tasas de desempleo por encima de la media. Los musulmanes suelen ocupar puestos de trabajo que requieren una menor cualificación. Como grupo, están desproporcionadamente representados en los sectores menos remunerados de la economía.
5.Muchos musulmanes europeos, sobre todos los jóvenes, se encuentran con barreras que les impiden avanzar en la escala social, lo cual puede generarles un sentimiento de desesperanza y exclusión social.
La existencia de una opinión pública contraria a una determinada religión conduce, inevitablemente, a estallidos aislados de violencia. Según el informe anual para 2007 de la ODIHR (Oficina para los Derechos Humanos de la OSCE), titulado “Crímenes de odio en la región de la OSCE: incidentes y las respuestas” (6 de octubre de 2008):
•Durante el 2007, el odio y la intolerancia hacia los musulmanes se expresó a través de violentas agresiones físicas contra personas; incendios provocados y vandalismo contra mezquitas, escuelas islámicas y cementerios; acoso verbal y amenazas, y la petición de que los musulmanes sean deportados o expulsados de Europa. Los crímenes y los incidentes contra los musulmanes fueron alimentados por una combinación de racismo, hostilidad hacia el Islam y sus adeptos, el sentimiento anti-inmigrante, y la asociación de los musulmanes y el islam con el terrorismo. Individuos identificables visualmente como musulmanes, como mujeres musulmanas con velo e imanes usando vestimenta religiosa, así como mezquitas, centros islámicos, y escuelas musulmanas, fueron los principales objetivos de los ataques anti-musulmán en toda la región de la OSCE. Además, 2007 fue testigo de la aparición de organizaciones de base y de redes paneuropeas que han manifestado su rechazo de la presencia de los musulmanes y su cultura en Europa a través de diversas protestas, en particular centrándose en la construcción de mezquitas. En muchos casos, las manifestaciones violentas de odio contra los musulmanes tuvieron lugar en un clima social de intolerancia general.
En los últimos años han sido recogidos numerosos casos de incidentes y violencia anti-musulmana en toda la Unión Europea. Sólo en Francia, durante el año 2004, fueron reportadas 182 agresiones, según el Observatorio de la Islamofobia. Existe el problema de la falta de organismos encargados de su monitorización, ya de por sí significativa. Tan sólo los gobiernos de los EE. UU. y del Reino Unido documentan sistemáticamente los casos de violencia anti-musulmana [1].
Otro nivel de discriminación que preocupa a los musulmanes es el incumplimiento de sus derechos religiosos a muchos lugares de Europa. Esta carencia de desarrollo se manifiesta en las dificultades por abrir mezquitas, en la negación del derecho a ser sepulto según el ritos islámico, dificultades por acceder a la alimentación halal, asistencia religiosa a prisiones…
En este contexto surge la necesidad imperiosa por parte de las comunidades de organizarse y de luchar por mejor la situación. Las dificultades son enormes, debidas tanto a la propia precariedad social, como las injerencias extranjeras o la inmensa diversidad interna. Sólo en el Reino Unido la comunidad musulmana proviene de 65 nacionalidades diferentes y habla más de 100 lenguas aparte del inglés. Con miras a paliar esta situación y de llevar ante las instituciones europeas las reivindicaciones de los musulmanes, en los últimos años se ha producido la emergencia de diferentes grupos de presión (también denominados grupos de interés), organizaciones y activistas que luchan por los derechos de los musulmanes, tanto a nivel nacional como europeo. A menudo, estos grupos han tratado de presionar a sus gobiernos –generalmente poco receptivos- a través de las instituciones europeas.
La necesidad de elaborar un discurso reivindicativo eficaz conduce inevitablemente a plantear este discurso en clave europea, en términos de derechos humanos y valores democráticos, y a defender el islam como parte de la identidad europea. Se trata de buscar puntos de encuentro, tanto en el plano histórico –la influencia del islam en la formación de Europa- como en el plano de los valores –compatibilidad entre el islam y la democracia, la libertad de conciencia, la justicia social, e incluso la igualdad de género. Lo que puede ser una mera estrategia, tiene unos efectos en la formación de un discurso islámico europeo sobre el islam en Europa, diferenciado de los discursos islámicos no europeos y de los discursos no-islámicos europeos, pero que puede coincidir con ellos en determinados puntos. Las relaciones establecidas pueden ser un instrumento para facilitar la contextualización [2]. Insistencia en una serie de claves:
•El islam es parte de la identidad europea: necesidad de recuperar la memoria de al-Andalus y de dar a conocer las aportaciones de la civilización islámica clásica en la formación de Europa.
•El islam es plenamente compatible con los valores básicos de las sociedades europeas, como serían los derechos humanos, la democracia, la libertad de conciencia o la justicia social.
•Desvincular los principios religiosos de las culturas de origen, insistiendo en que muchas prácticas que se dan entre los musulmanes no son propiamente hablando islámicas, sino propias de las culturas en las cuales el islam ha arraigado.
•Los musulmanes europeos quieren ser tratados como ciudadanos de pleno derecho, y no como extranjeros. Y denuncian las discriminaciones que sufren los musulmanes como contrarias a los valores que dan sentido a la Unión Europea.
•Los musulmanes quieren participar en la construcción de sus sociedades y en la construcción europea, desde sus convicciones, consideran que desde sus valores y desde su fe tienen muchas cosas a decir sobre materias diversas, y esto implica el derecho a la crítica de las patologías de la modernidad: la destrucción del medio ambiente, el racismo estructural de las sociedades occidentales, el neoliberalismo, la transformación del ser humano en un consumidor-productor…
Asistimos pues a la emergencia de un discurso islámico europeo, al mismo tiempo reivindicativo pero no cerrado en sí mismo ni comunitarista, sino abierto al resto de la sociedad y que se presenta como interlocutor de las instituciones, un discurso plenamente europeo por su estilo y por su lenguaje, y al mismo tiempo plenamente islámico por los valores que defiende. Todo hace que las organizaciones que defienden los derechos de los musulmanes se decanten hacia estas posturas, conduciendo a la emergencia del denominado euro-islam. Por euro-islam entendemos un islam contextualizado a la realidad europea del siglo XXI. Otros autores prefieren hablar de un “islam de las luces”, que no seria sino una actualización del mensaje del islam, centrado en la ética y en la espiritualidad antes de que no en los aspectos jurídicos o normativos.
Esta tendencia es inevitable, se da incluso entre sujetos no conscientes de ello. No es el momento de desarrollar el tema, pero quiero hacer referencia a las investigaciones de Serge Moscovici sobre el papel de las minorías activas y sus relaciones con la mayoría obediente: “Los sujetos que se hayan ante puntos de vista incompatibles respecto a un objeto de juicio único emprenderán un proceso de negociación tácita a fin de reducir o eliminar el desacuerdo y reestablecer el consenso social”. (Psicología social, I, Paidós 1985, p.86). El euro-islam correspondería al “estilo de comportamiento flexible de las minorías”, el cual, según los autores, es el más capaz de influir y modificar la situación previa. Pero junto al euro-islam o discurso flexible y contextualista, encontramos el salafismo y su discurso rígido. De ahí la imperiosa necesidad de atender a aquellos sectores que abogan por el euro-islam, como discurso integrador, como mejor antídoto a aquellos discursos intra-islámicos que tienden a crear una fractura con el resto de la sociedad.
Se puede decir que actualmente centenares de líderes musulmanes en Europa han interiorizado el discurso de los derechos humanos. Pero justo en este momento nos encontramos que la respuesta negativa a las reivindicaciones de los musulmanes se plantea no en términos de derechos y deberes, sino en términos culturalistas y de identidades nacionales. La vinculación entre musulmán y extranjero traza una frontera entre el islam y la cultura autóctona, de forma que los musulmanes quedarían necesariamente excluidos de la misma. Se considera que el islam es esencialmente contrario a los valores encarnados por la cultura dominante. Se da una dialéctica y también una práctica centro/periferia, en la cual, por ejemplo, las mezquitas son expulsadas del centro urbano hacia polígonos industriales inaccesibles. Los musulmanes deben aceptar su marginación en una Europa todavía anclada en un concepto de Estado-nación decimonónico. La situación es paradójica. En el momento en el cual los musulmanes se remiten al Estado de derecho, son rechazados con argumentos culturalistas e identitarios. Se apela a una identidad nacional de la cual el islam estaría excluida, tanto por sus valores como por cuestiones históricas.
Se comprende pues que la UE constituya una “tabla de salvación” para los musulmanes europeos. El musulmán puede identificarse más fácilmente con una identidad europea transnacional en construcción, basada en valores y en derechos iguales para todos. Pero difícilmente se sentirá partícipe de una identidad nacional basada en mitos nacionales fundacionales que se remontan a la Edad Media, y en los cuales el cristianismo biológico suele ser determinante (el nacional-catolicismo español sería un buen ejemplo). De ahí la importancia de recuperar las “raíces islámicas de Europa”, entendiendo como tales todos aquellos elementos culturales y científicos que pasaron desde el mundo islámico a Europa, como uno de los elementos que dieron lugar a la emergencia de la Europa moderna. Entre las muchas citas al respecto, basten dos como muestra:
John Davenport, un destacado científico, escribió: “Debe reconocerse que todo el conocimiento –sea en física, astronomía, filosofía o matemáticas– que floreció en la Europa del siglo XX fue derivado de las escuelas árabes, y que la España musulmana puede ser vista como el padre de la filosofía europea”. Y Robert Briffault, reconoce en su obra La formación de la humanidad: “Es sumamente probable que si no fuera por los árabes, la civilización europea moderna nunca hubiera asumido ese carácter que le ha permitido superar todas las fases anteriores de su evolución. Ya que, aunque no haya ni un aspecto de crecimiento humano en el que la influencia decisiva de la cultura islámica no sea detectable, en ninguna parte es tan clara y trascendental como en la génesis de aquel poder que constituye la fuerza suprema distintiva del mundo moderno y la base suprema de su victoria –las ciencias naturales y el espíritu científico”.
Como conclusión, consideramos urgente y necesario un cambio de perspectiva por parte de las instituciones europeas en su interlocución con los musulmanes. Escuchar a aquellas voces reivindicativas y trabajar por el desarrollo de los derechos religiosos de los musulmanes, en la lucha contra la islamofobia y en la disminución de las discriminaciones que sufren los musulmanes en Europa. Es esto lo que favorecerá el surgimiento de un islam europeo, concebido como una opción espiritual más en un espacio laico compartido, y respetuoso de los valores que están en la base de la construcción europea. Un euro-islam que habla el lenguaje reivindicativo de los derechos civiles, pero que precisamente por el hecho de ser reivindicativo y crítico del status quo, es más europeo.
Propuestas de Junta Islámica Catalana para la presidencia española de la Unión Europea (2010), en relación a los derechos humanos de los musulmanes europeos:
•Tener en cuenta la dimensión islámica en cualquier reflexión o acción en torno a la identidad europea.
•Realizar una campaña o serie de actividades que de a conocer las “raíces islámicas de Europa”, con especial incidencia en el legado andalusí y en el legado científico del periodo clásico del islam. España está en una posisión privilegiada: reivindicar el pasado islámico de Europa es poner el foco en el “paradigma andalusí”, un momento de la historia en el cual España estaba en la vanguardia de la civilización.
•Promover la realización de un plan europeo contra la islamofobia, tendente a concienciar a la ciudadanía sobre la naturaleza de la islamofobia y el peligro que representa para una Europa basada en los derechos humanos.
•Urgir a los estados miembros a implementar las leyes y protocolos europeos sobre no discriminación en el acceso a la vivienda y al empleo, con especial atención a las discriminaciones que sufren las minorías étnicas y religiosas.
•Realizar encuestas nacionales entre los musulmanes europeos, con el objetivo de conocer cuales son sus preocupaciones, reivindicaciones y espectativas en relación a la UE, y con el objetivo de tener en cuenta dichas espectativas de cara a las políticas europeas respecto a dicho colectivo.
Anexo:
Propuestas incluidas en el informe elaborado por un grupo de expertos para el Parlamento Europeo, titulado Study: Islam in the European Union: What's at stake in the future? (May 2007):
•To take the Muslim dimension into consideration in any reflection upon a European identity (as much in respect of the state of things at present as in respect of the question of the rootedness of identity in the past).
•To find an equilibrium between principles of equity and innovation in the political management of the reality of European Islam (meaning equity with regard to the Muslim faithful in relation to the faithful of other religions); the desire for integration in general must involve the integration of Muslims into European space, and also the education of non-Muslim European citizens as regards Muslim reality. For all citizens of the European Union, there should be an emphasis on education about citizenship and democratic foundations (which are often taken for granted) and a pluridisciplinary investigation concerning the place of the religious dimension in public space.
•To avoid reducing questions about European Islam that arises to stock patterns of encounter and dialogue between religions.
•To avoid getting stuck in situations that are, on the institutional level, responses to current expectations, expectations that may not yet have stabilized. Here, we need to be aware that some Muslim organisations consider themselves as the representatives of European Muslims and attempt to function, sometimes improperly, as their spokespersons. In this context, it is important to find out what the expectations of the great silent majority are, as these are sometimes situated quite far from the concerns of their “representatives”.
•To promote, with great caution and prudence, the development of tolerant and open Islam through activities of elaboration and circulation of ideas (translations and communication).
•To promote profound debates which do not hesitate to evoke themes that may make people angry. They must be conducted in a spirit of openness and freedom to speak, without limitation, in an atmosphere of mutual respect, reciprocity, and “reciprocal co- inclusion”. It is a question of going beyond a relatively passive cohabitation in order to reinvent and render actively operational the promotion of interculturalism in the city, now often confined to expressive forms, cultural forms, or even the folkloric.
Notas
[1] Para obtener más datos de más agresiones a individuos, ataques a mezquitas, etc., pueden consultarse los siguientes informes del “European Monitoring Centre on Racism and Xenophobia” (EUMC): Racism and Xenophobia in the EU Member States - Trends, developments and good practices, Annual Report 2005. http://fra.europa.eu/fra/material/pub/ar05/AR05_p2_EN.pdf. Y EUMC (2006): The Annual Report on the Situation regarding Racism and Xenophobia in the Member States of the EU, Vienna 2006. http://fra.europa.eu/fra/material/pub/ar06/AR06-P2-EN.pdf
[2] Esta es la tesis de Melissa Anne Parker: The Europeanization of Islam: The Role of the Multi-Level Structure of the European Union.
28 abr 2010
Los moriscos: una comunidad entre las dos orillas del Mediterráneo
"Ningún país europeo cuenta con un patrimonio como el legado de Al-Andalus y ello no redunda en mengua de nuestro europeísmo. Somos europeos distintos, europeos en más"
26/04/10 - Autor: Achouak Chalkha
El Mediterráneo es, por excelencia, el mar en el que se han encontrado, con frecuencia de modo conflictivo, las civilizaciones y culturas que han dado forma al mundo actual, es el lugar en el que las diversas culturas y religiones (cristianas, musulmanas y judías) han vivido en continua convivencia y enfrentamiento.
Las dos orillas del Mediterráneo han sido históricamente escenario de grandes movimientos migratorios, el caso de Al Andalus, por citar un ejemplo refulgente:
♦ Migración voluntaria desde el norte de África hacia Gibraltar para instalarse al final en Al-Andalus.
♦ Migración forzada desde la orilla europea hacia la norteafricana como consecuencia de la conquista castellana del litoral del mediterráneo andaluz a finales del siglo XV (1492) que culminaría con la expulsión de los moriscos en dos fases (1571 desde el reino de Granada, 1609 desde el resto del territorio de la Monarquía Hispánica).
A lo largo de esas migraciones hubo un encuentro e intercambio de culturas, ideas, leyendas, hábitos, tradiciones y costumbres a través del estrecho de Gibraltar.
Esta comunidad morisca activa y movediza dejó honda huella en la civilización de los países en donde se había refugiado pero también nos legó un patrimonio cultural y una identidad irrepetible que es Al-Andalus.
Tratando de los países que acogieron a los moriscos expulsados, nos interesaríamos por el caso de Marruecos. Dado que la sociedad marroquí, más que cualquier otro pueblo árabe e islámico, considera a Al-Andalus como parte de su civilización y de su historia. Ya que cabe señalar que no sólo Córdoba gobernó durante cierto tiempo diversos territorios del norte del Marruecos actual, sino que durante más de siglo y medio Marrakech fue la capital de todos los territorios islámicos de Al-Andalus.
Así las comunidades árabes, descendientes de aquellos moriscos que hoy viven en ciudades de tradición andalusí, como Fez, Rabat, Salé o Tetuán, han mantenido tradiciones de su origen hispánico, así como sus apellidos hispánicos que son una importante señal de identidad, pero se han integrado totalmente en las nuevas sociedades de acogida. Como lo es, igualmente, que los españoles viven en contacto permanente con lo árabe, a través del uso continuado de una lengua moldeada con vocablos andalusíes, o de costumbres populares y artes tradicionales.
La vecindad y las influencias mutuas crearon un patrimonio común lingüístico, literario, artístico, arquitectónico considerables, pero más allá de esas obras públicas y arquitectónicas, y los prodigios científicos y culturales, lo que mejor caracteriza el patrimonio hispanomusulmán es su espíritu de la tolerancia y la convivencia en su seno en un ambiente de libertad y mutuo respeto entre cristianos arrianos, nestorianos, monofisitas y coptos, judíos, budistas, zoroastrianos, maniqueos e hinduistas, cuyas creencias y tradiciones eran garantizadas por el Islam por el estatuto de Ahl al-Dhimma, es decir, la "Gente del Pacto".
Introducción
"A mí, Hassan hijo de Muhammad al- Alamín; a mí, Juan León de Médicis, circuncidado por la mano de un barbero y bautizado por la mano de un papa, me llaman hoy el Africano, pero ni de África, ni de Europa, ni de Arabia soy. Me llaman también el granadino, el fasí, el zayyati ,pero no procedo de ningún país, de ninguna ciudad, de ninguna tribu. Soy hijo del camino, caravana es mi patria y mi vida la mas inesperada travesía... el turco, el castellano, el beréber, el hebreo, el latín y el italiano vulgar, pues todas las lenguas, todas las plegarias me pertenecen, más yo no pertenezco a ninguna. No soy sino de Dios y de la tierra, y a ellos retornaré un día no lejano”. Amin Malouf, 1988 (1)
Me parece totalmente lógico iniciar esta ponencia, que pretendo desarrollar hoy bajo el título de: "Los moriscos: una comunidad entre las dos orillas del Mediterráneo”, con estas famosas palabras tan sublimes como reales pronunciadas por León el Africano, el héroe de la novela del autor libanés Amin Malouf.
Dicho libro, que engancha desde el primer capítulo y que os recomiendo leer, nos ofrece una visión panorámica del mundo Mediterráneo, nos muestra la vida del Mediterráneo como lugar de encuentro de pueblos y culturas, espacio de intercambio cultural, pero también de lucha y pugna por el poder, por el dominio ideológico, religioso, político y económico.
Si Amin Malouf, en su libro, pone de manifiesto la particularidad del Mediterráneo a través de su personaje León el Africano ofreciéndole la posibilidad de moverse en varios espacios recibiendo así la influencia de su lengua, cultura, costumbres, en pocas palabras, su civilización, los organizadores de este prestigioso encuentro, a quienes doy mis sinceros agradecimientos, nos ofrecen, hoy mismo, a todos los jóvenes investigadores del Mediterráneo, esa posibilidad de acercarnos y de abrirnos el uno al otro con el afán de crear un espacio de conocimiento y reflexión conjunta, así como de promover el intercambio, la movilidad y el diálogo entre nosotros.
Mi interés por el tema de los moriscos remonta a cuando formaba parte del alumnado de la Unidad de Formación e investigación Al-Andalus: estudios pluridisciplinares. En dicha Unidad de estudios de post-grado, se ha intentado captar mediante diversas materias (historia, arte, literatura, traducción, etc.) la multiplicidad y la riqueza de los saberes y de las culturas de Al-Andalus, en cuanto que espacio de confluencia Norte/Sur y Oeste/Este, y en tanto que lugar simbólico donde se ha elaborado un pensamiento de la modernidad y de la simbiosis de culturas; partiendo de la reflexión sobre conceptos como: Occidente musulmán, Oriente, Mediterráneo, tolerancia, mestizaje, lo mudéjar, lo morisco, interculturalidad, etc.
Y siempre en el mismo marco y por ser un tema candente hoy día le he dedicado un estudio en mi tesis doctoral especializándome en la cuestión morisca con el objetivo de resucitar la historia de esta minoría mediante el estudio profundo de los manuscritos aljamiados que nos han legado (me detendré en la definición del concepto aljamiado en el segundo apartado: El legado de Al-Andalus tras la expulsión definitiva de los moriscos).
Hoy, y en representación del Instituto de Estudios Hispano-Lusos de cuyo amable equipo tengo el honor de formar parte, que trabaja por la promoción del espíritu y del legado andalusí, intentaré acercaros un poco más a la vida de los moriscos en tanto que comunidad activa entre las dos orillas del Mediterráneo y cuya impronta sigue visible hasta hoy en día, dejando, así, honda huella en la civilización de los países en donde se había refugiado pero también legándonos un patrimonio cultural y una identidad irrepetible que es Al-Andalus.
Ante todo, sería conveniente empezar mi intervención aclarando conceptos, ¿qué se entiende por el vocablo morisco?
Para definir el concepto, os propongo una presentación sucinta de los hechos históricos. Con la rendición de Granada en el año 1492 la Reconquista fue llevada a término y una numerosa población vino a quedar bajo la dominación cristiana. Mediante capitulaciones especiales les fue permitiendo a los musulmanes permanecer en España y seguir practicando libremente su religión, sus hábitos culturales y sus costumbres. Estos fueron los mudéjares. Las capitulaciones de Granada fueron violadas pronto, y posteriormente, la situación de los mudéjares se agravó en toda España. Se practicó entonces una política de conversiones, sobre todo a partir de 1526. Los musulmanes españoles fueron urgidos, y aun forzados, a abrazar el catolicismo. A estos cristianos nuevos se les llamó moriscos.
El historiador Míkel de Epalza delimita, con gran precisión, el concepto enfocándolo desde dos puntos de vista complementarios: la hispanocéntrica entiende por morisco a “un grupo específico de la sociedad peninsular, diferenciado por su origen islámico y su forma de vida musulmana, cuya especifidad se estudia en función de su integración en el conjunto de la sociedad española”. En cambio la visión islamológica lo considera como “el último grupo musulmán de Al-Andalus, inserto en la sociedad hispánica que le es hostil porque es diferente; aquí lo islámico y andalusí es lo central, y la sociedad española europea es su circunstancia vital”. (De Epalza, M., 1994, 35-36) (2)
En definitiva, los moriscos son los últimos musulmanes de los reinos peninsulares que fueron obligados a convertirse al cristianismo por los decretos promulgados entre 1525 y 1528 y expulsados definitivamente en 1609, en tierras islámicas del Magreb o de Oriente Medio.
Ahora bien, os preguntaréis ¿qué tiene que ver el morisco con la interculturalidad en el Mediterráneo?, pues cuando hablamos de interculturalidad, nos referimos a la convivencia, en un territorio, de dos o más culturas diferentes. En este sentido, Al-Andalus fue un lugar en el que convivieron varias culturas y en el que se hablaron varias lenguas. Esta convivencia condujo a la interculturalidad, y como veremos más adelante, tuvo como resultado la introducción y el intercambio de ideas, leyendas, hábitos, costumbres, etc. Así que es fuerza admitir que un español no puede abrir las páginas de una historia de su país sin encontrarse de frente con la presencia árabe, una presencia, para algunos, abrumadora, e incluso, ominosa. Basta citar a Ortega y Gasset que insiste en la herencia romano-germánica y dice que los árabes no fueron un ingrediente esencial de la cultura española.
I. Movimientos migratorios en las dos orillas del Mediterráneo (711-1614)
El Mediterráneo es, por excelencia, el mar en el que se han encontrado las civilizaciones y culturas que han dado forma al mundo actual, es el lugar en el que las diversas culturas y religiones (cristianas, musulmanes y judías) han vivido en continua convivencia y enfrentamiento.
Las dos grandes orillas del Mediterráneo han sido históricamente escenario de grandes movimientos migratorios, y de modo profundo desde el comienzo de Al-Andalus, en el siglo VIII. Ese vaivén Sur-Norte (desde el siglo VIII hasta el XIII) y Norte-Sur (entre el XIII y el XV) lo podemos resumir en dos movimientos:
a. Migración voluntaria (711-1492)
Recordar aquí la historia de los casi ocho siglos de la población de Al-Andalus, en territorios peninsulares bajo dominio político musulmán, desde la toma del poder a partir de 711 hasta la pérdida final de ese poder, con la pérdida de la ciudad de Granada en 1492, es indispensable para comprender la de los moriscos.
A partir del año 711 la Península Ibérica recibió la invasión histórica de un pueblo ultramarino mediterráneo: los árabes. Tariq Ibn Ziad, a la cabeza de un ejército en el que domina la etnia beréber de la que él forma parte (los árabes eran menos de 300), cruza el estrecho que llevará a partir de entonces su nombre, para desembarcar en la antigua Hispania de los visigodos, llamada Al-Andalus por los árabes. El cambio de poder fue fácil porque los musulmanes no imponían por la fuerza su religión y sólo exigían un pacto de sometimiento, así que los cristianos y los judíos podían continuar profesando su religión.
Pacificaron la Península en menos de dos años y establecieron un estado islámico integrado por cristianos y judíos que llegó a durar casi ocho siglos, hasta 1492, y usaron el árabe como lengua de la cancillería, fomentando así la arabización e islamización de Al-Andalus.
Los habitantes autóctonos de la Península Ibérica, al menos sus élites, se dieron cuenta de que los árabes ya no iban a regresar a Oriente e iniciaron un diálogo político y cultural que terminó con su conversión al Islam, porque era el medio de prosperar e incluso de no perder lo adquirido.
Cabe señalar que durante ese período, Al-Andalus no ha roto sus lazos con Oriente, dado que se realizaban peregrinaciones, viajes culturales y comerciales. Además, con frecuencia llegaban orientales a Al-Andalus, comerciantes cultos, aventureros, que también transmitían sus conocimientos y de esta forma la corriente cultural entre Oriente y Occidente era continua.
Tras la conquista almorávide de los reinos de taifas (siglo XII) se inició la emigración de andalusíes hacia los otros países del Norte de África y entonces el fenómeno, que tuvo lugar en época del califato (siglo X), se invierte: ahora son los andalusíes los que exportan cultura árabe, y si Al-Andalus se había africanizado, el Norte de África se “andalusizará”.
Pero quedaban, aún, musulmanes en la Península Ibérica: unos permanecieron en sus tierras de origen, sometidos al poder cristiano, como mudéjares, encerrados en sí mismos en las comunidades llamadas aljamas, conservando la religión, pero perdiendo progresivamente la lengua, especialmente las comunidades de Castilla y Aragón.
A finales del siglo XIII sobrevivió un estado musulmán independiente, un resto de Al-Andalus, cuya capital era Granada desde el año 1237 y que perduró hasta 1492, más precisamente el 2 de enero, fecha de la caída del Reino de Granada en manos de los Reyes Católicos, lo que supuso el comienzo del fin de la cultura islámico-andalusí y el punto de partida del fenómeno morisco.
b. Migración forzada (1609-1614) e instalación en Marruecos (a partir del siglo XVII)
Los moriscos se vieron forzados a emigrar desde la Península hacia la orilla norteafricana, como consecuencia de la conquista castellana del litoral mediterráneo andaluz a finales del siglo XV, que culminaría con su expulsión. Éstos, partiendo de los puertos asignados, se dirigían a Orán desde donde se repartirían por los destinos finales en Marruecos, Argelia y Túnez. Bastantes moriscos aragoneses y castellanos cruzaron los Pirineos para entrar en Francia, desde donde tomaron la ruta de Italia, el Norte de África o el Imperio Otomano.
El escritor tlemcení Al-Máqqari presentó en su libro Nafh-at-tîb el resumen de la inmigración de los moriscos por este itinerario: “Salieron millares para Fez y otros millares para Tremecén, a partir de Orán, y masas de ellos para Túnez... Ellos construyeron pueblos y poblaciones en sus territorios deshabitados; lo mismo hicieron en Tetuán, Salé y La Mitidja de Argel. Entonces el sultán de Marruecos tomó a algunos de ellos como soldados armados. Se asentaron también en Salé. Otros se dedicaron al noble oficio de la guerra en el mar, siendo muy famosos ahora en defensa del Islam. Fortificaron el castillo de Salé y allí construyeron palacios, baños y casas, y allí están ahora” (Al-Máqqari, 1629, 149) (3).
Los moriscos fueron acogidos generosamente en sus nuevas patrias, aunque se presentaron algunos fenómenos de rechazo e inadaptación. Me interesaría, en este caso, por la suerte de los moriscos que arribaron en gran número a Marruecos, por razones geográficas evidentes, y se instalaron en sus ciudades marítimas de Rabat, Salé, Chefchawen y Tetuán, y también en Fez —la que fue capital del reino durante casi un milenio— y en la que la influencia morisca se palpa, hasta hoy en día, en uno de sus barrios que lleva el nombre de los andalusíes.
Y para entrar de lleno en el tema, intentaría contestar a unos interrogantes un poco preocupantes: los moriscos, una vez fuera de su contexto geográfico e histórico, ¿llegaron a perder su esencia hispana y a adaptarse fácilmente; a acomodar sus modos de vida y su cultura al mundo africano y a participar en la vida cotidiana, en las estructuras económicas, sociales y políticas en el país que les albergó?
Una vez en Marruecos, los moriscos encontraron un Islam bastante diferente del que ellos pretendían practicar ocultamente en la Península. Habían olvidado el árabe, vestían a la europea, sus mujeres iban descubiertas y, naturalmente, sus costumbres diferían, de una manera sustancial, a las de la nueva patria.
Al tener muchas dificultades de adaptación, en cierto período, se concentraron en comunidades independientes. Como modelo significativo de lo que fue el exilio citamos a los hornacheros de Rabat, llamada entonces Salé la Nueva. Esos moriscos procedentes de un pueblo de Extremadura, llamado Hornachos, se instalaron en la desembocadura de Bou Regreg y una vez bien implantados en la ciudadela, proclamaron su independencia y constituyeron una república dedicada a la piratería que se convirtió en un activo centro comercial. Gracias a los beneficios que obtenían de su actividad del saqueo de barcos españoles y portugueses, consiguieron vivir de manera autónoma al sultán de entonces y se aliaron con pilotos holandeses para esta actividad corsaria en venganza por la expulsión.
No obstante, los moriscos sí que llegaron a asimilarse y a formar parte de la sociedad que les acogió sin perder su esencia hispánica. Prueba de ello lo dicho por el libanés Najib Abu Mulham reflejando ese cambio de situación cuando el refugiado se convierte en profeta de la tierra que le acogió: «Amigo, yo soy aquél huésped que se ha convertido en anfitrión, aquel visitante que se ha vuelto residente, aquel extraño que ya es un familiar más... Amigo, yo soy cautivo del embrujo andalusí...» (Cal de. J.C, 2006) (4).
No sólo se adaptaron a la sociedad marroquí sino que participaron en la refundación de algunas de sus ciudades donde jugaron un papel relevante y prolongaron la nostalgia de su patria perdida. El caso concreto de Tetuán, la ciudad que fue refundada, bajo el influjo de lo granadino y llamada la hija de Granada, por un grupo de moriscos comandados por el capitán nazarí Al-Mandari —originario del pueblo granadino de Piñar— después de que permaneciese deshabitada durante casi un siglo tras su destrucción por las tropas enviadas por Enrique III de Castilla, en 1399.
Otra ciudad fundada por un grupo de moriscos llegados de España es Chefchawen y su semejanza con algunos pueblos del sur de Andalucía es asombrosa. La propia Alcazaba parece una copia diminuta de la majestuosa Alhambra, aloja una mezquita llamada «de los andalusíes» y su laberinto de calles está surcado de nombres en castellano que evocan la grandeza del «paraíso perdido».
Pues, ya se puede confirmar que los inmigrantes moriscos embebieron la sociedad árabe islámica del Magreb con su herencia peninsular. Por una parte eran herederos de los nueve siglos de la civilización islámica de Al-Andalus e hicieron partícipes de su herencia a los países que les recibieron en su destierro. Pero por otra parte transmitieron a esos países parte de su herencia específica hispánica, diferente de la cultura tradicional magrebí en lengua, costumbres y técnicas.
II. El legado de Al-Ándalus heredado por los moriscos
a. Patrimonio material
— Monumentos: la primera imagen que se nos viene a la memoria cuando hablamos del legado heredado de la civilización andalusí es la de algunos monumentos muy conocidos como el palacio-fortaleza de la Alhambra de Granada, la Mezquita de Córdoba o la Giralda de Sevilla, metas principales de la mayoría de los turistas que llegan anualmente a España. Además de estos monumentos, tenemos una multitud de pequeñas construcciones que jalonan el territorio andaluz como son las mezquitas convertidas en iglesias, las torres, los baños, aljibes, albercas y antiguas acequias que aún quedan, algunas de ellas en uso, así como casas y palacios de la época que han sufrido restauraciones posteriores.
— Manuscritos aljamiados: un fondo importante se encuentra bien conservado en las bibliotecas del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial y la Nacional de Madrid. Y hasta la actualidad se siguen descubriendo manuscritos moriscos tras la demolición o reparación de algunas casas antiguas.
¿Qué es una literatura aljamiada? Aljamiada es una palabra de origen árabe “ajamiya” y designa a cualquier lengua no árabe, y un texto aljamiado es un texto escrito en lengua romance con caracteres árabes. La mayoría de los tratados aljamiados tienen una temática religiosa o jurídica, pero también hay composiciones poéticas y algunas obras de imaginación en prosa. Los moriscos utilizaban estos manuscritos aljamiados como arma de resistencia política, religiosa y cultural frente al continuo embate inquisitorial que les aquejó, para defender su identidad, su religión, su lengua y su civilización.
b. Patrimonio inmaterial
— La toponimia: en el caso de la toponimia está clara la procedencia andalusí de multitud de nombres de los pueblos, ciudades, ríos, lugares, etc., ya sea directamente del árabe, o bien a través de la arabización de un topónimo anterior o de la corrupción de una palabra árabe o latina al arabizarse. Citamos como ejemplos: Guadalquivir, Almería, Toledo, Castilla, etc.
Podemos resaltar la importancia de dicha toponimia a través del ejemplo muy ilustrativo, el de Andalucía.
Está claro que el nombre de Andalucía viene del término Andalus, al que se le añadió el artículo árabe “al”.
— La lengua: el castellano tiene un 30% de términos derivados del árabe: naranja, limón, azúcar, jarabe, sorbete, julepe, elixir, jarra, azul, arabesco, sofá, muselina, bazar, caravana, tarifa, aduana, almacén, almirante, rambla, etc.
— La idiosincrasia: los habitantes de Al-Andalus eran amantes de la vida y de sus placeres, a través de las fiestas, de la música, de la poesía, de la comida y la bebida. Eran muy fiesteros y amantes de la naturaleza. En cuanto a su carácter, Al-Maqqarî se refería a ellos diciendo que "los habitantes del al-Andalus tienen en su conversación una forma de bromear, decir las cosas, con determinada dulzura y de dar réplicas tan espontáneas, que reducen al silencio al interlocutor" (Al-Maqqarî , 27)(5).
Cabe admitir que más allá de las obras públicas y arquitectónicas, y los prodigios científicos y culturales de Al-Andalus, lo que mejor caracteriza el legado hispano-musulmán es su espíritu de tolerancia, dado que, en el seno del territorio musulmán que se extendía de España hasta la China, entre los siglos VIII y XIV, convivían en un ambiente de libertad y mutuo respeto cristianos arrianos, nestorianos, monofisitas y coptos, judíos, budistas, zoroastrianos, maniqueos e hinduistas, cuyas creencias y tradiciones eran garantizadas por el Islam por el estatuto de Ahl al Dhimma, es decir, la "Gente del Pacto".
III. La herencia andalusí en Marruecos desde la instalación de los moriscos
a. Legado lingüístico y literario
— Antroponimia: hay un campo lingüístico donde las huellas de los moriscos se ha mantenido tradicionalmente en Marruecos. Es el de la antroponimia de los apellidos o nombres de familia de origen hispánico. El hecho de la pervivencia de esos apellidos indica el aprecio de esas familias por su origen andalusí, pero indica sobre todo que la sociedad marroquí en la que esas familias han vivido ha sabido respetarles con esos nombres extraños que constituían una señal de identidad. No se pueden citar aquí todos los apellidos recogidos por los investigadores, pero se pueden mencionar unos cuantos: Abril, Blasco (Blachco), Carmona, Denia, Escalante, Federico, Galán, Hornachos, Jerezano, Luque, Maldonado, Orgaz, Bergach, Padilla, Ríos, Segura, Turmo, Valenzuela, Zapata, entre otros más.
— Lenguaje: los moriscos trajeron también palabras prestadas del romance que se encuentran en el árabe andalusí que hablan, pero también del incipiente español. A modo de ejemplo citamos: babor, bachdor (del español embajador), bendir (del español del español pandero), cabot (del español capote), rueda, cantina, carro, guerra, manta, bermil (del español “barril”), taba (del español “tabaco”), chilya (del español silla), etc.
— Manuscritos: cuando se habla de manuscritos moriscos se piensa automáticamente en los que proceden de la época anterior a la expulsión, en versión aljamiada, tal como lo hemos visto en el apartado anterior. No obstante, un número muy reducido nos ha llegado del norte de África y están en castellano o en árabe, dado que había desaparecido ya el medio hostil que condicionó la literatura aljamiada como expresión o necesidad clandestina. Se puede hablar, aquí, de un renacimiento o resurgimiento literario de los moriscos en tierras norteafricanas. Para apoyar lo dicho, cito dos ejemplos: el manuscrito de la Biblioteca Universitaria de Bolonia, conservado bajo la signatura D. 565 de su autor morisco Ahmed Bencacim Bejarano, originario de Granada y establecido en Marruecos.
Otro ejemplo relevante, es el manuscrito de un anónimo morisco tunecino, un Kama Sutra español, y que es el primer tratado erótico escrito en español. A juicio de la escritora Luce López-Baralt, que publicó y realizó su trabajo en torno a dicho manuscrito, el autor de este códice “fue en el fondo un hombre que quiso seguir siendo musulmán en la España inquisitorial y que no pudo evitar seguir siendo español en su Túnez adoptiva” (López Baralt, 1995, 13) (6).
b. Legado material: indumentaria, arquitectura
— Indumentaria: es evidentemente en los vestidos de lujo, como son los bordados, donde más se notan, hasta hoy en día, ciertas influencias hispánicas que pueden remontarse a la época de los moriscos. Estos bordados suelen utilizarse en los ricos trajes de bodas de las novias marroquíes, especialmente en los dos principales centros andalusíes de Marruecos, Tetuán y Salé-Rabat. Los trajes de novias, por su naturaleza lujosa y por mantener las tradiciones vestimentarias más tradicionales, son seguramente el mejor «museo» del traje femenino andalusí que ha quedado en Marruecos.
Pero tampoco hay que descuidar las demás prendas de clases medias, tal como el albornoz, palabra que ha desaparecido del lenguaje hablado marroquí, pero como prenda sigue usada bajo otro nombre (selham), y que significa lo mismo que el albornoz, una prenda de abrigo con capucha.
Lo mismo ocurre con la babucha (belga: zapato ligero y sin tacón), chaleco (bid’ya, el vocablo tiene su raíz en bada’a que significa inventar, y para los habitantes del norte de África dicha prenda pudo significar una novedad), camisa (qamiya en árabe dialectal que deletrea casi la voz española, mientras que en árabe culto tenemos qamis), barretina (barreta o barneta), sombrero (samrir o chamrir), etc. Todos ellos han desaparecido como vocablo pero permanecen vivos en tanto que indumentaria.
— Arquitectura: la herencia arquitectónica andalusí en Marruecos también ha sido muy visible. En efecto, la planta misma de la ciudad de Rabat está compuesta de calles rectilíneas en forma de parrilla, disposición urbanística ajena a la tradición marroquí y típica de las poblaciones de nueva planta de los moriscos en el Magreb. También se atribuyen a los moriscos algunas peculiaridades de los baños de vapor de Rabat, las mezquitas fechadas y casas con tejados y sin azoteas serían también, en la región de Tetuán, llamada en aquel entonces la hija de Granada, muestras de los restos arquitectónicos moriscos en Marruecos.
c. Legado artístico
— Música: la música andalusí llegó a Marruecos en dos etapas y tipos, la sevillana y la garnatí. Esta última llegó a perdurar hasta hoy en día. Prueba de ello son los encuentros y festivales de música garnatí que se organizan anualmente en la ciudad de Oujda. Los marroquíes llegaron a transformarla en una música clásica y prestigiosa, le añadieron bráwal o poemas marroquíes ligeros y populares y la entonaron en diferentes ocasiones: cantos de bodas, cantos religiosos, cantos de amor, cantos de nostalgia y de diálogo con la naturaleza, etc.
Conclusión
Como introducción a un debate, que espero enriquecedor para todo el mundo y dialogal, concluyo afirmando que el problema migratorio no es propio de nuestro tiempo, sino que siempre ha existido, y que durante tres o cuatro milenios las migraciones han creado la historia, la riqueza y la unidad del Mediterráneo.
Los estudios morisco-andaluces cobran hoy una nueva dimensión ya que están involucrando problemáticas fundamentales como el derecho a la diferencia y a la diversidad, la tolerancia, la libertad de cultos, etc.
Abordar la cuestión morisca en esta época de la globalización es, pues, de suma importancia para extraer útiles enseñanzas del pasado, dado que los moriscos han convivido pacíficamente con las otras religiones, en ciertos momentos, y han participado en el enriquecimiento humano y cultural tanto del país que les expulsó como del que les acogió, acentuando así el significativo dicho popular: «A más moros, más ganancia» y «Huerta que cava un moro, vale un tesoro».
Para finalizar, quisiera apuntar que ojalá mi humilde aportación a este tema sirva para ilustrar la célebre máxima “el que no recuerda la historia está condenado a repetirla” ante una época actual que nos conduce de nuevo al encuentro y a la convivencia entre diferentes culturas. La convivencia entre las tres religiones en Al-Andalus es un modelo que podemos aplicar hoy en día en un mundo dominado por el terrorismo, la violencia, la injusticia y un desequilibrio internacional entre los prósperos y los hambrientos.
No quisiera concluir sin dejar de citar unas palabras que el escritor español Juan Goytisolo compuso para el prólogo de la obra La arquitectura del Islam occidental (Lunwerg): "Digámoslo bien alto: el complejo de inferioridad acerca del retraso histórico y nuestro pasado árabe ha perdido su razón de ser. En la Europa comunitaria a la que nos hemos incorporado, nuestra diferencia no ha de ser ya un recordatorio penoso ni causa de frustración: la huella musulmana en nuestro suelo, visible en todos sus ámbitos, es expresión al contrario de una riqueza y originalidad únicas. Ningún país europeo cuenta con un patrimonio como el legado de Al-Andalus y ello no redunda en mengua de nuestro europeísmo. Somos europeos distintos, europeos en más” (7).
Bibliografía
— AL-MÁQQARI (1629): Nafh-at-tîb. Egipto. P 149, citado por Juan Carlos de la Cal, en su artículo “Los hijos de Al Andalus”, Webislam, 2006.
— AL-MÁQQARI: Esplendor de al-Andalus. P 27.
— AMIN MALOUF (1988): León el africano. Ed. Alianza. Madrid
— BEN JEMIA, MOHAMED NEJIB (1987): La langue des derniers musulmans de l´Espagne : linguistique hispanique, Tunis : Publications de l´Université.
— CABANELAS RODRÍGUEZ, DARÍO (1981): «Intento de supervivencia en el ocaso de una cultura», Nueva revista de filología hispánica, Tomo XXX, México, núm. 1, pp. 334-358.
— LÓPEZ-BARALT, LUCE (1995): Un kama sutra español. Madrid. Libertarias/Prodhufi. P 13.
— JORDI ESTEVA (2000): Mil y una voces, Cap. II: un pasado ocultado. Entrevista a Juan Goytisolo. PP. 125-126.
— JUAN CARLOS DE LA CAL (2006): “Los hijos de Al Andalus”, Webislam.
— BORONAT Y BARRACHINA, PASCUAL; GARCÍA CÁRCEL, RICARDO (1992): Los moriscos españoles y su expulsión, Ed. facs., Granada: Servicio de Publicaciones de la Universidad, 2 vols (Archivum; 38).
— CARDAILLAC, LOUIS (1979): Moriscos y cristianos: un enfrentamiento polémico: (1492- 1640), Madrid: Fondo de Cultura Económica.
— DOMINGUEZ ORTIZ, ANTONIO; VINCENT, BERNARD (1985): Historia de los moriscos: Vida y tragedia de una minoría, Madrid: Alianza Editorial, (Alianza Universidad; 415).
— EPALZA, MÍKEL DE (1994): Los moriscos antes y después de la expulsión, Madrid: MAPFRE.
— LEA, HENRY CHARLES (2001): Los Moriscos españoles: su conversión y expulsión, Alicante: Publicaciones de la Universidad de Alicante.
— LÓPEZ GARCÍA, BERNABÉ (1993): Inmigración magrebí en España: el retorno de los moriscos, Madrid: MAPFRE, (Colección El Magreb; 8).
— MÁRQUEZ VILLANUEVA, FRANCISCO (1998): El problema morisco: (desde otras laderas), Madrid: Libertarias/Prodhufi, (Al-Quibla. Bolsillo; 2).
— REGLÀ, JUAN (1953): «La expulsión de los moriscos y sus consecuencias: Contribución a su estudio», Hispania, pp. 217-234.
— SÁNCHEZ MERCEDES, ÁLVAREZ (1981): «La lengua de los manuscritos aljamiado-moriscos como testimonio de la doble marginación de una minoría islámica», Nueva revista de filología hispánica, Tomo XXX, México, núm. 1, pp: 441-452.
— VESPERTINO RODRÍGUEZ, ANTONIO (1987): «Una aproximación a la datación de los manuscritos aljamiado-moriscos», Estudios Románicos, Homenaje al Pr. Luis Rubio, II, 5, Murcia, pp. 1419-1439.
Notas
1. Amin Malouf. (1988): León el africano. Ed. Alianza. Madrid.
2. De Epalza, M. (1994): Los moriscos antes y después de la expulsión. Ed. MAPFRE. Madrid. PP. 35-36.
3. Al-Máqqari. (1629): Nafh-at-tîb. Egipto. P 149.
4. citado por Juan Carlos de la Cal, en su artículo “Los hijos de Al Andalus”, Webislam, 2006.
5. Al-Máqqari : Esplendor de al-Andalus . P 27.
6. López-Baralt, Luce. (1995): Un kama sutra español. Madrid. Libertarias/Prodhufi. P 13.
7. Jordi Esteva (2000). Mil y una voces, Cap. II: un pasado ocultado. Entrevista a Juan Goytisolo. PP. 125-126.
ACHOUAK CHALKHA. es investigador del Instituto de Estudios Hispano-Lusos. Universidad Mohammed V-Agdal
26/04/10 - Autor: Achouak Chalkha
El Mediterráneo es, por excelencia, el mar en el que se han encontrado, con frecuencia de modo conflictivo, las civilizaciones y culturas que han dado forma al mundo actual, es el lugar en el que las diversas culturas y religiones (cristianas, musulmanas y judías) han vivido en continua convivencia y enfrentamiento.
Las dos orillas del Mediterráneo han sido históricamente escenario de grandes movimientos migratorios, el caso de Al Andalus, por citar un ejemplo refulgente:
♦ Migración voluntaria desde el norte de África hacia Gibraltar para instalarse al final en Al-Andalus.
♦ Migración forzada desde la orilla europea hacia la norteafricana como consecuencia de la conquista castellana del litoral del mediterráneo andaluz a finales del siglo XV (1492) que culminaría con la expulsión de los moriscos en dos fases (1571 desde el reino de Granada, 1609 desde el resto del territorio de la Monarquía Hispánica).
A lo largo de esas migraciones hubo un encuentro e intercambio de culturas, ideas, leyendas, hábitos, tradiciones y costumbres a través del estrecho de Gibraltar.
Esta comunidad morisca activa y movediza dejó honda huella en la civilización de los países en donde se había refugiado pero también nos legó un patrimonio cultural y una identidad irrepetible que es Al-Andalus.
Tratando de los países que acogieron a los moriscos expulsados, nos interesaríamos por el caso de Marruecos. Dado que la sociedad marroquí, más que cualquier otro pueblo árabe e islámico, considera a Al-Andalus como parte de su civilización y de su historia. Ya que cabe señalar que no sólo Córdoba gobernó durante cierto tiempo diversos territorios del norte del Marruecos actual, sino que durante más de siglo y medio Marrakech fue la capital de todos los territorios islámicos de Al-Andalus.
Así las comunidades árabes, descendientes de aquellos moriscos que hoy viven en ciudades de tradición andalusí, como Fez, Rabat, Salé o Tetuán, han mantenido tradiciones de su origen hispánico, así como sus apellidos hispánicos que son una importante señal de identidad, pero se han integrado totalmente en las nuevas sociedades de acogida. Como lo es, igualmente, que los españoles viven en contacto permanente con lo árabe, a través del uso continuado de una lengua moldeada con vocablos andalusíes, o de costumbres populares y artes tradicionales.
La vecindad y las influencias mutuas crearon un patrimonio común lingüístico, literario, artístico, arquitectónico considerables, pero más allá de esas obras públicas y arquitectónicas, y los prodigios científicos y culturales, lo que mejor caracteriza el patrimonio hispanomusulmán es su espíritu de la tolerancia y la convivencia en su seno en un ambiente de libertad y mutuo respeto entre cristianos arrianos, nestorianos, monofisitas y coptos, judíos, budistas, zoroastrianos, maniqueos e hinduistas, cuyas creencias y tradiciones eran garantizadas por el Islam por el estatuto de Ahl al-Dhimma, es decir, la "Gente del Pacto".
Introducción
"A mí, Hassan hijo de Muhammad al- Alamín; a mí, Juan León de Médicis, circuncidado por la mano de un barbero y bautizado por la mano de un papa, me llaman hoy el Africano, pero ni de África, ni de Europa, ni de Arabia soy. Me llaman también el granadino, el fasí, el zayyati ,pero no procedo de ningún país, de ninguna ciudad, de ninguna tribu. Soy hijo del camino, caravana es mi patria y mi vida la mas inesperada travesía... el turco, el castellano, el beréber, el hebreo, el latín y el italiano vulgar, pues todas las lenguas, todas las plegarias me pertenecen, más yo no pertenezco a ninguna. No soy sino de Dios y de la tierra, y a ellos retornaré un día no lejano”. Amin Malouf, 1988 (1)
Me parece totalmente lógico iniciar esta ponencia, que pretendo desarrollar hoy bajo el título de: "Los moriscos: una comunidad entre las dos orillas del Mediterráneo”, con estas famosas palabras tan sublimes como reales pronunciadas por León el Africano, el héroe de la novela del autor libanés Amin Malouf.
Dicho libro, que engancha desde el primer capítulo y que os recomiendo leer, nos ofrece una visión panorámica del mundo Mediterráneo, nos muestra la vida del Mediterráneo como lugar de encuentro de pueblos y culturas, espacio de intercambio cultural, pero también de lucha y pugna por el poder, por el dominio ideológico, religioso, político y económico.
Si Amin Malouf, en su libro, pone de manifiesto la particularidad del Mediterráneo a través de su personaje León el Africano ofreciéndole la posibilidad de moverse en varios espacios recibiendo así la influencia de su lengua, cultura, costumbres, en pocas palabras, su civilización, los organizadores de este prestigioso encuentro, a quienes doy mis sinceros agradecimientos, nos ofrecen, hoy mismo, a todos los jóvenes investigadores del Mediterráneo, esa posibilidad de acercarnos y de abrirnos el uno al otro con el afán de crear un espacio de conocimiento y reflexión conjunta, así como de promover el intercambio, la movilidad y el diálogo entre nosotros.
Mi interés por el tema de los moriscos remonta a cuando formaba parte del alumnado de la Unidad de Formación e investigación Al-Andalus: estudios pluridisciplinares. En dicha Unidad de estudios de post-grado, se ha intentado captar mediante diversas materias (historia, arte, literatura, traducción, etc.) la multiplicidad y la riqueza de los saberes y de las culturas de Al-Andalus, en cuanto que espacio de confluencia Norte/Sur y Oeste/Este, y en tanto que lugar simbólico donde se ha elaborado un pensamiento de la modernidad y de la simbiosis de culturas; partiendo de la reflexión sobre conceptos como: Occidente musulmán, Oriente, Mediterráneo, tolerancia, mestizaje, lo mudéjar, lo morisco, interculturalidad, etc.
Y siempre en el mismo marco y por ser un tema candente hoy día le he dedicado un estudio en mi tesis doctoral especializándome en la cuestión morisca con el objetivo de resucitar la historia de esta minoría mediante el estudio profundo de los manuscritos aljamiados que nos han legado (me detendré en la definición del concepto aljamiado en el segundo apartado: El legado de Al-Andalus tras la expulsión definitiva de los moriscos).
Hoy, y en representación del Instituto de Estudios Hispano-Lusos de cuyo amable equipo tengo el honor de formar parte, que trabaja por la promoción del espíritu y del legado andalusí, intentaré acercaros un poco más a la vida de los moriscos en tanto que comunidad activa entre las dos orillas del Mediterráneo y cuya impronta sigue visible hasta hoy en día, dejando, así, honda huella en la civilización de los países en donde se había refugiado pero también legándonos un patrimonio cultural y una identidad irrepetible que es Al-Andalus.
Ante todo, sería conveniente empezar mi intervención aclarando conceptos, ¿qué se entiende por el vocablo morisco?
Para definir el concepto, os propongo una presentación sucinta de los hechos históricos. Con la rendición de Granada en el año 1492 la Reconquista fue llevada a término y una numerosa población vino a quedar bajo la dominación cristiana. Mediante capitulaciones especiales les fue permitiendo a los musulmanes permanecer en España y seguir practicando libremente su religión, sus hábitos culturales y sus costumbres. Estos fueron los mudéjares. Las capitulaciones de Granada fueron violadas pronto, y posteriormente, la situación de los mudéjares se agravó en toda España. Se practicó entonces una política de conversiones, sobre todo a partir de 1526. Los musulmanes españoles fueron urgidos, y aun forzados, a abrazar el catolicismo. A estos cristianos nuevos se les llamó moriscos.
El historiador Míkel de Epalza delimita, con gran precisión, el concepto enfocándolo desde dos puntos de vista complementarios: la hispanocéntrica entiende por morisco a “un grupo específico de la sociedad peninsular, diferenciado por su origen islámico y su forma de vida musulmana, cuya especifidad se estudia en función de su integración en el conjunto de la sociedad española”. En cambio la visión islamológica lo considera como “el último grupo musulmán de Al-Andalus, inserto en la sociedad hispánica que le es hostil porque es diferente; aquí lo islámico y andalusí es lo central, y la sociedad española europea es su circunstancia vital”. (De Epalza, M., 1994, 35-36) (2)
En definitiva, los moriscos son los últimos musulmanes de los reinos peninsulares que fueron obligados a convertirse al cristianismo por los decretos promulgados entre 1525 y 1528 y expulsados definitivamente en 1609, en tierras islámicas del Magreb o de Oriente Medio.
Ahora bien, os preguntaréis ¿qué tiene que ver el morisco con la interculturalidad en el Mediterráneo?, pues cuando hablamos de interculturalidad, nos referimos a la convivencia, en un territorio, de dos o más culturas diferentes. En este sentido, Al-Andalus fue un lugar en el que convivieron varias culturas y en el que se hablaron varias lenguas. Esta convivencia condujo a la interculturalidad, y como veremos más adelante, tuvo como resultado la introducción y el intercambio de ideas, leyendas, hábitos, costumbres, etc. Así que es fuerza admitir que un español no puede abrir las páginas de una historia de su país sin encontrarse de frente con la presencia árabe, una presencia, para algunos, abrumadora, e incluso, ominosa. Basta citar a Ortega y Gasset que insiste en la herencia romano-germánica y dice que los árabes no fueron un ingrediente esencial de la cultura española.
I. Movimientos migratorios en las dos orillas del Mediterráneo (711-1614)
El Mediterráneo es, por excelencia, el mar en el que se han encontrado las civilizaciones y culturas que han dado forma al mundo actual, es el lugar en el que las diversas culturas y religiones (cristianas, musulmanes y judías) han vivido en continua convivencia y enfrentamiento.
Las dos grandes orillas del Mediterráneo han sido históricamente escenario de grandes movimientos migratorios, y de modo profundo desde el comienzo de Al-Andalus, en el siglo VIII. Ese vaivén Sur-Norte (desde el siglo VIII hasta el XIII) y Norte-Sur (entre el XIII y el XV) lo podemos resumir en dos movimientos:
a. Migración voluntaria (711-1492)
Recordar aquí la historia de los casi ocho siglos de la población de Al-Andalus, en territorios peninsulares bajo dominio político musulmán, desde la toma del poder a partir de 711 hasta la pérdida final de ese poder, con la pérdida de la ciudad de Granada en 1492, es indispensable para comprender la de los moriscos.
A partir del año 711 la Península Ibérica recibió la invasión histórica de un pueblo ultramarino mediterráneo: los árabes. Tariq Ibn Ziad, a la cabeza de un ejército en el que domina la etnia beréber de la que él forma parte (los árabes eran menos de 300), cruza el estrecho que llevará a partir de entonces su nombre, para desembarcar en la antigua Hispania de los visigodos, llamada Al-Andalus por los árabes. El cambio de poder fue fácil porque los musulmanes no imponían por la fuerza su religión y sólo exigían un pacto de sometimiento, así que los cristianos y los judíos podían continuar profesando su religión.
Pacificaron la Península en menos de dos años y establecieron un estado islámico integrado por cristianos y judíos que llegó a durar casi ocho siglos, hasta 1492, y usaron el árabe como lengua de la cancillería, fomentando así la arabización e islamización de Al-Andalus.
Los habitantes autóctonos de la Península Ibérica, al menos sus élites, se dieron cuenta de que los árabes ya no iban a regresar a Oriente e iniciaron un diálogo político y cultural que terminó con su conversión al Islam, porque era el medio de prosperar e incluso de no perder lo adquirido.
Cabe señalar que durante ese período, Al-Andalus no ha roto sus lazos con Oriente, dado que se realizaban peregrinaciones, viajes culturales y comerciales. Además, con frecuencia llegaban orientales a Al-Andalus, comerciantes cultos, aventureros, que también transmitían sus conocimientos y de esta forma la corriente cultural entre Oriente y Occidente era continua.
Tras la conquista almorávide de los reinos de taifas (siglo XII) se inició la emigración de andalusíes hacia los otros países del Norte de África y entonces el fenómeno, que tuvo lugar en época del califato (siglo X), se invierte: ahora son los andalusíes los que exportan cultura árabe, y si Al-Andalus se había africanizado, el Norte de África se “andalusizará”.
Pero quedaban, aún, musulmanes en la Península Ibérica: unos permanecieron en sus tierras de origen, sometidos al poder cristiano, como mudéjares, encerrados en sí mismos en las comunidades llamadas aljamas, conservando la religión, pero perdiendo progresivamente la lengua, especialmente las comunidades de Castilla y Aragón.
A finales del siglo XIII sobrevivió un estado musulmán independiente, un resto de Al-Andalus, cuya capital era Granada desde el año 1237 y que perduró hasta 1492, más precisamente el 2 de enero, fecha de la caída del Reino de Granada en manos de los Reyes Católicos, lo que supuso el comienzo del fin de la cultura islámico-andalusí y el punto de partida del fenómeno morisco.
b. Migración forzada (1609-1614) e instalación en Marruecos (a partir del siglo XVII)
Los moriscos se vieron forzados a emigrar desde la Península hacia la orilla norteafricana, como consecuencia de la conquista castellana del litoral mediterráneo andaluz a finales del siglo XV, que culminaría con su expulsión. Éstos, partiendo de los puertos asignados, se dirigían a Orán desde donde se repartirían por los destinos finales en Marruecos, Argelia y Túnez. Bastantes moriscos aragoneses y castellanos cruzaron los Pirineos para entrar en Francia, desde donde tomaron la ruta de Italia, el Norte de África o el Imperio Otomano.
El escritor tlemcení Al-Máqqari presentó en su libro Nafh-at-tîb el resumen de la inmigración de los moriscos por este itinerario: “Salieron millares para Fez y otros millares para Tremecén, a partir de Orán, y masas de ellos para Túnez... Ellos construyeron pueblos y poblaciones en sus territorios deshabitados; lo mismo hicieron en Tetuán, Salé y La Mitidja de Argel. Entonces el sultán de Marruecos tomó a algunos de ellos como soldados armados. Se asentaron también en Salé. Otros se dedicaron al noble oficio de la guerra en el mar, siendo muy famosos ahora en defensa del Islam. Fortificaron el castillo de Salé y allí construyeron palacios, baños y casas, y allí están ahora” (Al-Máqqari, 1629, 149) (3).
Los moriscos fueron acogidos generosamente en sus nuevas patrias, aunque se presentaron algunos fenómenos de rechazo e inadaptación. Me interesaría, en este caso, por la suerte de los moriscos que arribaron en gran número a Marruecos, por razones geográficas evidentes, y se instalaron en sus ciudades marítimas de Rabat, Salé, Chefchawen y Tetuán, y también en Fez —la que fue capital del reino durante casi un milenio— y en la que la influencia morisca se palpa, hasta hoy en día, en uno de sus barrios que lleva el nombre de los andalusíes.
Y para entrar de lleno en el tema, intentaría contestar a unos interrogantes un poco preocupantes: los moriscos, una vez fuera de su contexto geográfico e histórico, ¿llegaron a perder su esencia hispana y a adaptarse fácilmente; a acomodar sus modos de vida y su cultura al mundo africano y a participar en la vida cotidiana, en las estructuras económicas, sociales y políticas en el país que les albergó?
Una vez en Marruecos, los moriscos encontraron un Islam bastante diferente del que ellos pretendían practicar ocultamente en la Península. Habían olvidado el árabe, vestían a la europea, sus mujeres iban descubiertas y, naturalmente, sus costumbres diferían, de una manera sustancial, a las de la nueva patria.
Al tener muchas dificultades de adaptación, en cierto período, se concentraron en comunidades independientes. Como modelo significativo de lo que fue el exilio citamos a los hornacheros de Rabat, llamada entonces Salé la Nueva. Esos moriscos procedentes de un pueblo de Extremadura, llamado Hornachos, se instalaron en la desembocadura de Bou Regreg y una vez bien implantados en la ciudadela, proclamaron su independencia y constituyeron una república dedicada a la piratería que se convirtió en un activo centro comercial. Gracias a los beneficios que obtenían de su actividad del saqueo de barcos españoles y portugueses, consiguieron vivir de manera autónoma al sultán de entonces y se aliaron con pilotos holandeses para esta actividad corsaria en venganza por la expulsión.
No obstante, los moriscos sí que llegaron a asimilarse y a formar parte de la sociedad que les acogió sin perder su esencia hispánica. Prueba de ello lo dicho por el libanés Najib Abu Mulham reflejando ese cambio de situación cuando el refugiado se convierte en profeta de la tierra que le acogió: «Amigo, yo soy aquél huésped que se ha convertido en anfitrión, aquel visitante que se ha vuelto residente, aquel extraño que ya es un familiar más... Amigo, yo soy cautivo del embrujo andalusí...» (Cal de. J.C, 2006) (4).
No sólo se adaptaron a la sociedad marroquí sino que participaron en la refundación de algunas de sus ciudades donde jugaron un papel relevante y prolongaron la nostalgia de su patria perdida. El caso concreto de Tetuán, la ciudad que fue refundada, bajo el influjo de lo granadino y llamada la hija de Granada, por un grupo de moriscos comandados por el capitán nazarí Al-Mandari —originario del pueblo granadino de Piñar— después de que permaneciese deshabitada durante casi un siglo tras su destrucción por las tropas enviadas por Enrique III de Castilla, en 1399.
Otra ciudad fundada por un grupo de moriscos llegados de España es Chefchawen y su semejanza con algunos pueblos del sur de Andalucía es asombrosa. La propia Alcazaba parece una copia diminuta de la majestuosa Alhambra, aloja una mezquita llamada «de los andalusíes» y su laberinto de calles está surcado de nombres en castellano que evocan la grandeza del «paraíso perdido».
Pues, ya se puede confirmar que los inmigrantes moriscos embebieron la sociedad árabe islámica del Magreb con su herencia peninsular. Por una parte eran herederos de los nueve siglos de la civilización islámica de Al-Andalus e hicieron partícipes de su herencia a los países que les recibieron en su destierro. Pero por otra parte transmitieron a esos países parte de su herencia específica hispánica, diferente de la cultura tradicional magrebí en lengua, costumbres y técnicas.
II. El legado de Al-Ándalus heredado por los moriscos
a. Patrimonio material
— Monumentos: la primera imagen que se nos viene a la memoria cuando hablamos del legado heredado de la civilización andalusí es la de algunos monumentos muy conocidos como el palacio-fortaleza de la Alhambra de Granada, la Mezquita de Córdoba o la Giralda de Sevilla, metas principales de la mayoría de los turistas que llegan anualmente a España. Además de estos monumentos, tenemos una multitud de pequeñas construcciones que jalonan el territorio andaluz como son las mezquitas convertidas en iglesias, las torres, los baños, aljibes, albercas y antiguas acequias que aún quedan, algunas de ellas en uso, así como casas y palacios de la época que han sufrido restauraciones posteriores.
— Manuscritos aljamiados: un fondo importante se encuentra bien conservado en las bibliotecas del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial y la Nacional de Madrid. Y hasta la actualidad se siguen descubriendo manuscritos moriscos tras la demolición o reparación de algunas casas antiguas.
¿Qué es una literatura aljamiada? Aljamiada es una palabra de origen árabe “ajamiya” y designa a cualquier lengua no árabe, y un texto aljamiado es un texto escrito en lengua romance con caracteres árabes. La mayoría de los tratados aljamiados tienen una temática religiosa o jurídica, pero también hay composiciones poéticas y algunas obras de imaginación en prosa. Los moriscos utilizaban estos manuscritos aljamiados como arma de resistencia política, religiosa y cultural frente al continuo embate inquisitorial que les aquejó, para defender su identidad, su religión, su lengua y su civilización.
b. Patrimonio inmaterial
— La toponimia: en el caso de la toponimia está clara la procedencia andalusí de multitud de nombres de los pueblos, ciudades, ríos, lugares, etc., ya sea directamente del árabe, o bien a través de la arabización de un topónimo anterior o de la corrupción de una palabra árabe o latina al arabizarse. Citamos como ejemplos: Guadalquivir, Almería, Toledo, Castilla, etc.
Podemos resaltar la importancia de dicha toponimia a través del ejemplo muy ilustrativo, el de Andalucía.
Está claro que el nombre de Andalucía viene del término Andalus, al que se le añadió el artículo árabe “al”.
— La lengua: el castellano tiene un 30% de términos derivados del árabe: naranja, limón, azúcar, jarabe, sorbete, julepe, elixir, jarra, azul, arabesco, sofá, muselina, bazar, caravana, tarifa, aduana, almacén, almirante, rambla, etc.
— La idiosincrasia: los habitantes de Al-Andalus eran amantes de la vida y de sus placeres, a través de las fiestas, de la música, de la poesía, de la comida y la bebida. Eran muy fiesteros y amantes de la naturaleza. En cuanto a su carácter, Al-Maqqarî se refería a ellos diciendo que "los habitantes del al-Andalus tienen en su conversación una forma de bromear, decir las cosas, con determinada dulzura y de dar réplicas tan espontáneas, que reducen al silencio al interlocutor" (Al-Maqqarî , 27)(5).
Cabe admitir que más allá de las obras públicas y arquitectónicas, y los prodigios científicos y culturales de Al-Andalus, lo que mejor caracteriza el legado hispano-musulmán es su espíritu de tolerancia, dado que, en el seno del territorio musulmán que se extendía de España hasta la China, entre los siglos VIII y XIV, convivían en un ambiente de libertad y mutuo respeto cristianos arrianos, nestorianos, monofisitas y coptos, judíos, budistas, zoroastrianos, maniqueos e hinduistas, cuyas creencias y tradiciones eran garantizadas por el Islam por el estatuto de Ahl al Dhimma, es decir, la "Gente del Pacto".
III. La herencia andalusí en Marruecos desde la instalación de los moriscos
a. Legado lingüístico y literario
— Antroponimia: hay un campo lingüístico donde las huellas de los moriscos se ha mantenido tradicionalmente en Marruecos. Es el de la antroponimia de los apellidos o nombres de familia de origen hispánico. El hecho de la pervivencia de esos apellidos indica el aprecio de esas familias por su origen andalusí, pero indica sobre todo que la sociedad marroquí en la que esas familias han vivido ha sabido respetarles con esos nombres extraños que constituían una señal de identidad. No se pueden citar aquí todos los apellidos recogidos por los investigadores, pero se pueden mencionar unos cuantos: Abril, Blasco (Blachco), Carmona, Denia, Escalante, Federico, Galán, Hornachos, Jerezano, Luque, Maldonado, Orgaz, Bergach, Padilla, Ríos, Segura, Turmo, Valenzuela, Zapata, entre otros más.
— Lenguaje: los moriscos trajeron también palabras prestadas del romance que se encuentran en el árabe andalusí que hablan, pero también del incipiente español. A modo de ejemplo citamos: babor, bachdor (del español embajador), bendir (del español del español pandero), cabot (del español capote), rueda, cantina, carro, guerra, manta, bermil (del español “barril”), taba (del español “tabaco”), chilya (del español silla), etc.
— Manuscritos: cuando se habla de manuscritos moriscos se piensa automáticamente en los que proceden de la época anterior a la expulsión, en versión aljamiada, tal como lo hemos visto en el apartado anterior. No obstante, un número muy reducido nos ha llegado del norte de África y están en castellano o en árabe, dado que había desaparecido ya el medio hostil que condicionó la literatura aljamiada como expresión o necesidad clandestina. Se puede hablar, aquí, de un renacimiento o resurgimiento literario de los moriscos en tierras norteafricanas. Para apoyar lo dicho, cito dos ejemplos: el manuscrito de la Biblioteca Universitaria de Bolonia, conservado bajo la signatura D. 565 de su autor morisco Ahmed Bencacim Bejarano, originario de Granada y establecido en Marruecos.
Otro ejemplo relevante, es el manuscrito de un anónimo morisco tunecino, un Kama Sutra español, y que es el primer tratado erótico escrito en español. A juicio de la escritora Luce López-Baralt, que publicó y realizó su trabajo en torno a dicho manuscrito, el autor de este códice “fue en el fondo un hombre que quiso seguir siendo musulmán en la España inquisitorial y que no pudo evitar seguir siendo español en su Túnez adoptiva” (López Baralt, 1995, 13) (6).
b. Legado material: indumentaria, arquitectura
— Indumentaria: es evidentemente en los vestidos de lujo, como son los bordados, donde más se notan, hasta hoy en día, ciertas influencias hispánicas que pueden remontarse a la época de los moriscos. Estos bordados suelen utilizarse en los ricos trajes de bodas de las novias marroquíes, especialmente en los dos principales centros andalusíes de Marruecos, Tetuán y Salé-Rabat. Los trajes de novias, por su naturaleza lujosa y por mantener las tradiciones vestimentarias más tradicionales, son seguramente el mejor «museo» del traje femenino andalusí que ha quedado en Marruecos.
Pero tampoco hay que descuidar las demás prendas de clases medias, tal como el albornoz, palabra que ha desaparecido del lenguaje hablado marroquí, pero como prenda sigue usada bajo otro nombre (selham), y que significa lo mismo que el albornoz, una prenda de abrigo con capucha.
Lo mismo ocurre con la babucha (belga: zapato ligero y sin tacón), chaleco (bid’ya, el vocablo tiene su raíz en bada’a que significa inventar, y para los habitantes del norte de África dicha prenda pudo significar una novedad), camisa (qamiya en árabe dialectal que deletrea casi la voz española, mientras que en árabe culto tenemos qamis), barretina (barreta o barneta), sombrero (samrir o chamrir), etc. Todos ellos han desaparecido como vocablo pero permanecen vivos en tanto que indumentaria.
— Arquitectura: la herencia arquitectónica andalusí en Marruecos también ha sido muy visible. En efecto, la planta misma de la ciudad de Rabat está compuesta de calles rectilíneas en forma de parrilla, disposición urbanística ajena a la tradición marroquí y típica de las poblaciones de nueva planta de los moriscos en el Magreb. También se atribuyen a los moriscos algunas peculiaridades de los baños de vapor de Rabat, las mezquitas fechadas y casas con tejados y sin azoteas serían también, en la región de Tetuán, llamada en aquel entonces la hija de Granada, muestras de los restos arquitectónicos moriscos en Marruecos.
c. Legado artístico
— Música: la música andalusí llegó a Marruecos en dos etapas y tipos, la sevillana y la garnatí. Esta última llegó a perdurar hasta hoy en día. Prueba de ello son los encuentros y festivales de música garnatí que se organizan anualmente en la ciudad de Oujda. Los marroquíes llegaron a transformarla en una música clásica y prestigiosa, le añadieron bráwal o poemas marroquíes ligeros y populares y la entonaron en diferentes ocasiones: cantos de bodas, cantos religiosos, cantos de amor, cantos de nostalgia y de diálogo con la naturaleza, etc.
Conclusión
Como introducción a un debate, que espero enriquecedor para todo el mundo y dialogal, concluyo afirmando que el problema migratorio no es propio de nuestro tiempo, sino que siempre ha existido, y que durante tres o cuatro milenios las migraciones han creado la historia, la riqueza y la unidad del Mediterráneo.
Los estudios morisco-andaluces cobran hoy una nueva dimensión ya que están involucrando problemáticas fundamentales como el derecho a la diferencia y a la diversidad, la tolerancia, la libertad de cultos, etc.
Abordar la cuestión morisca en esta época de la globalización es, pues, de suma importancia para extraer útiles enseñanzas del pasado, dado que los moriscos han convivido pacíficamente con las otras religiones, en ciertos momentos, y han participado en el enriquecimiento humano y cultural tanto del país que les expulsó como del que les acogió, acentuando así el significativo dicho popular: «A más moros, más ganancia» y «Huerta que cava un moro, vale un tesoro».
Para finalizar, quisiera apuntar que ojalá mi humilde aportación a este tema sirva para ilustrar la célebre máxima “el que no recuerda la historia está condenado a repetirla” ante una época actual que nos conduce de nuevo al encuentro y a la convivencia entre diferentes culturas. La convivencia entre las tres religiones en Al-Andalus es un modelo que podemos aplicar hoy en día en un mundo dominado por el terrorismo, la violencia, la injusticia y un desequilibrio internacional entre los prósperos y los hambrientos.
No quisiera concluir sin dejar de citar unas palabras que el escritor español Juan Goytisolo compuso para el prólogo de la obra La arquitectura del Islam occidental (Lunwerg): "Digámoslo bien alto: el complejo de inferioridad acerca del retraso histórico y nuestro pasado árabe ha perdido su razón de ser. En la Europa comunitaria a la que nos hemos incorporado, nuestra diferencia no ha de ser ya un recordatorio penoso ni causa de frustración: la huella musulmana en nuestro suelo, visible en todos sus ámbitos, es expresión al contrario de una riqueza y originalidad únicas. Ningún país europeo cuenta con un patrimonio como el legado de Al-Andalus y ello no redunda en mengua de nuestro europeísmo. Somos europeos distintos, europeos en más” (7).
Bibliografía
— AL-MÁQQARI (1629): Nafh-at-tîb. Egipto. P 149, citado por Juan Carlos de la Cal, en su artículo “Los hijos de Al Andalus”, Webislam, 2006.
— AL-MÁQQARI: Esplendor de al-Andalus. P 27.
— AMIN MALOUF (1988): León el africano. Ed. Alianza. Madrid
— BEN JEMIA, MOHAMED NEJIB (1987): La langue des derniers musulmans de l´Espagne : linguistique hispanique, Tunis : Publications de l´Université.
— CABANELAS RODRÍGUEZ, DARÍO (1981): «Intento de supervivencia en el ocaso de una cultura», Nueva revista de filología hispánica, Tomo XXX, México, núm. 1, pp. 334-358.
— LÓPEZ-BARALT, LUCE (1995): Un kama sutra español. Madrid. Libertarias/Prodhufi. P 13.
— JORDI ESTEVA (2000): Mil y una voces, Cap. II: un pasado ocultado. Entrevista a Juan Goytisolo. PP. 125-126.
— JUAN CARLOS DE LA CAL (2006): “Los hijos de Al Andalus”, Webislam.
— BORONAT Y BARRACHINA, PASCUAL; GARCÍA CÁRCEL, RICARDO (1992): Los moriscos españoles y su expulsión, Ed. facs., Granada: Servicio de Publicaciones de la Universidad, 2 vols (Archivum; 38).
— CARDAILLAC, LOUIS (1979): Moriscos y cristianos: un enfrentamiento polémico: (1492- 1640), Madrid: Fondo de Cultura Económica.
— DOMINGUEZ ORTIZ, ANTONIO; VINCENT, BERNARD (1985): Historia de los moriscos: Vida y tragedia de una minoría, Madrid: Alianza Editorial, (Alianza Universidad; 415).
— EPALZA, MÍKEL DE (1994): Los moriscos antes y después de la expulsión, Madrid: MAPFRE.
— LEA, HENRY CHARLES (2001): Los Moriscos españoles: su conversión y expulsión, Alicante: Publicaciones de la Universidad de Alicante.
— LÓPEZ GARCÍA, BERNABÉ (1993): Inmigración magrebí en España: el retorno de los moriscos, Madrid: MAPFRE, (Colección El Magreb; 8).
— MÁRQUEZ VILLANUEVA, FRANCISCO (1998): El problema morisco: (desde otras laderas), Madrid: Libertarias/Prodhufi, (Al-Quibla. Bolsillo; 2).
— REGLÀ, JUAN (1953): «La expulsión de los moriscos y sus consecuencias: Contribución a su estudio», Hispania, pp. 217-234.
— SÁNCHEZ MERCEDES, ÁLVAREZ (1981): «La lengua de los manuscritos aljamiado-moriscos como testimonio de la doble marginación de una minoría islámica», Nueva revista de filología hispánica, Tomo XXX, México, núm. 1, pp: 441-452.
— VESPERTINO RODRÍGUEZ, ANTONIO (1987): «Una aproximación a la datación de los manuscritos aljamiado-moriscos», Estudios Románicos, Homenaje al Pr. Luis Rubio, II, 5, Murcia, pp. 1419-1439.
Notas
1. Amin Malouf. (1988): León el africano. Ed. Alianza. Madrid.
2. De Epalza, M. (1994): Los moriscos antes y después de la expulsión. Ed. MAPFRE. Madrid. PP. 35-36.
3. Al-Máqqari. (1629): Nafh-at-tîb. Egipto. P 149.
4. citado por Juan Carlos de la Cal, en su artículo “Los hijos de Al Andalus”, Webislam, 2006.
5. Al-Máqqari : Esplendor de al-Andalus . P 27.
6. López-Baralt, Luce. (1995): Un kama sutra español. Madrid. Libertarias/Prodhufi. P 13.
7. Jordi Esteva (2000). Mil y una voces, Cap. II: un pasado ocultado. Entrevista a Juan Goytisolo. PP. 125-126.
ACHOUAK CHALKHA. es investigador del Instituto de Estudios Hispano-Lusos. Universidad Mohammed V-Agdal
Consolidar la libertad religiosa, conclusión del VI Diálogo Interreligioso
En el acto, celebrado en el Ayuntamiento toledano, ha intervenido el embajador en Misión Especial para las Relaciones con las Comunidades y Organizaciones Musulmanas del Ministerio de Asuntos Exteriores, José María Ferré de la Peña, que ha dado lectura a la declaración consensuada por los 27 países asistentes a esta reunión, del medio centenar que componen el Encuentro Asia-Europa (ASEM).
Ferré ha resaltado la importancia de que aumente "el mutuo conocimiento y el respeto" entre estas dos regiones del mundo, donde además vive la mayor parte de la población mundial, ha destacado en declaraciones a EFE.
Y ha agregado que "cada cual puede tener la opinión que quiera acerca de una religión o cultura, pero siempre debe estar fundamentada en el conocimiento y el respeto hacia los demás", algo que se hace especialmente importante hoy en día debido al fenómeno de la inmigración en Europa.
Además de Ferré, han intervenido en la clausura el director general para Asia Pacífico del Ministerio de Asuntos Exteriores, José Eugenio Salarich, el embajador de la República Islámica de Pakistán, Aizaz Ahmad Chaudhry, y el alcalde de Toledo, Emiliano García-Page.
Todos han hecho alusión a la condición de Toledo como "ciudad de la convivencia" y Salarich se ha referido a ella como "la patria de las tres religiones monoteístas (judía, cristiana y musulmana) y un ejemplo de alianza de civilizaciones".
El embajador de la República Islámica ha abogado en su intervención por que hoy "se mantenga el espíritu de Toledo" que llevó a tres culturas a convivir de forma pacífica durante varios siglos y se ha dirigido a García-Page para manifestarle que debe sentirse "orgulloso" por ser el regidor de esta ciudad.
García-Page, por su parte, ha resaltado que Toledo quiere "presumir" de seguir siendo "un testigo actual" de la convivencia pacífica entre distintas culturas y religiones y, por eso, agradece que el Ministerio de Asuntos Exteriores haya elegido esta ciudad para la clausura de la VI Reunión del Diálogo Interreligioso Asia-Europa.
Ha resaltado también que, aunque los diferentes credos han sido en muchas ocasiones "motivo de confrontación", la única manera de entender el mundo es asumir que la religión "es un hecho consustancial al hombre", que tiene sentido "cuando lo que se busca es el entendimiento, al que sólo se puede llegar hablando".
A esta cumbre han asistido como invitados Rusia y Australia, que han confirmado su adhesión a ASEM, en la próxima cumbre que este foro celebrará en Bruselas el próximo mes de octubre.
Las sesiones de trabajo de esta reunión, que se iniciaron el pasado miércoles en Madrid, han girado en torno a tres grandes ejes: libertad religiosa y derechos humanos, respeto y conocimiento mutuo y diálogo entre culturas y religiones como puente entre sociedades.
El Diálogo Interreligioso Asia-Europa, que se viene celebrando con carácter anual desde 2005 alternativamente en Asia y Europa, reúne a diplomáticos, altos funcionarios relacionados con cuestiones interreligiosas, académicos de prestigio y líderes religiosos de distintas confesiones.
En esta edición, la coordinación ha correspondido a España y Pakistán, que han contado con el patrocinio de Alemania, Austria, China, Corea del Sur, Dinamarca, Filipinas, Finlandia, Indonesia, Italia, Japón, Malasia, Países Bajos, Polonia, Singapur y Tailandia.
Antes de la clausura, los más de cien participantes que se han desplazado a la capital castellano-manchega, han visitado la Catedral de Toledo, la Sinagoga del Tránsito y la Mezquita de Santa María La Blanca. EFE
Ferré ha resaltado la importancia de que aumente "el mutuo conocimiento y el respeto" entre estas dos regiones del mundo, donde además vive la mayor parte de la población mundial, ha destacado en declaraciones a EFE.
Y ha agregado que "cada cual puede tener la opinión que quiera acerca de una religión o cultura, pero siempre debe estar fundamentada en el conocimiento y el respeto hacia los demás", algo que se hace especialmente importante hoy en día debido al fenómeno de la inmigración en Europa.
Además de Ferré, han intervenido en la clausura el director general para Asia Pacífico del Ministerio de Asuntos Exteriores, José Eugenio Salarich, el embajador de la República Islámica de Pakistán, Aizaz Ahmad Chaudhry, y el alcalde de Toledo, Emiliano García-Page.
Todos han hecho alusión a la condición de Toledo como "ciudad de la convivencia" y Salarich se ha referido a ella como "la patria de las tres religiones monoteístas (judía, cristiana y musulmana) y un ejemplo de alianza de civilizaciones".
El embajador de la República Islámica ha abogado en su intervención por que hoy "se mantenga el espíritu de Toledo" que llevó a tres culturas a convivir de forma pacífica durante varios siglos y se ha dirigido a García-Page para manifestarle que debe sentirse "orgulloso" por ser el regidor de esta ciudad.
García-Page, por su parte, ha resaltado que Toledo quiere "presumir" de seguir siendo "un testigo actual" de la convivencia pacífica entre distintas culturas y religiones y, por eso, agradece que el Ministerio de Asuntos Exteriores haya elegido esta ciudad para la clausura de la VI Reunión del Diálogo Interreligioso Asia-Europa.
Ha resaltado también que, aunque los diferentes credos han sido en muchas ocasiones "motivo de confrontación", la única manera de entender el mundo es asumir que la religión "es un hecho consustancial al hombre", que tiene sentido "cuando lo que se busca es el entendimiento, al que sólo se puede llegar hablando".
A esta cumbre han asistido como invitados Rusia y Australia, que han confirmado su adhesión a ASEM, en la próxima cumbre que este foro celebrará en Bruselas el próximo mes de octubre.
Las sesiones de trabajo de esta reunión, que se iniciaron el pasado miércoles en Madrid, han girado en torno a tres grandes ejes: libertad religiosa y derechos humanos, respeto y conocimiento mutuo y diálogo entre culturas y religiones como puente entre sociedades.
El Diálogo Interreligioso Asia-Europa, que se viene celebrando con carácter anual desde 2005 alternativamente en Asia y Europa, reúne a diplomáticos, altos funcionarios relacionados con cuestiones interreligiosas, académicos de prestigio y líderes religiosos de distintas confesiones.
En esta edición, la coordinación ha correspondido a España y Pakistán, que han contado con el patrocinio de Alemania, Austria, China, Corea del Sur, Dinamarca, Filipinas, Finlandia, Indonesia, Italia, Japón, Malasia, Países Bajos, Polonia, Singapur y Tailandia.
Antes de la clausura, los más de cien participantes que se han desplazado a la capital castellano-manchega, han visitado la Catedral de Toledo, la Sinagoga del Tránsito y la Mezquita de Santa María La Blanca. EFE
27 abr 2010
El velo de Najwa
KOLDO ALDAI, 27/04/10
Lo importante no es lo que nos ponemos sobre la cabeza, sino lo que es capaz de abrigar nuestro corazón. Cabemos tod@s antes las mismas pizarras, en las mismas aulas. Cabemos todos en las mismas calles, en la misma Tierra. ¡Bienvenido el velo, la kipa, la túnica, el crucifijo... siempre y cuando vistamos prendas o símbolos en pleno ejercicio de nuestra voluntad! Ya no es tiempo de exclusiones, sino de honrar todas las tradiciones sagradas que nos salen al paso.
El aprecio por las sanas costumbres ajenas mide la anchura del corazón de los individuos y pueblos. A nadie le asuste el velo de Najwa. El discreto pañuelo sobre la cabeza de la adolescente no debiera haber saltado a los titulares. No obstante, si necesario es asegurar la libertad de indumentaria en ese y en todos los centros de enseñanza, tanto lo será asegurar que la decisión de la joven de 17 años de origen marroquí ha sido adoptada en la más absoluta libertad. Es preciso confirmar que no fueron sus padres los que la obligaron a colocarse la prenda en la cabeza al tomar camino de su pupitre. De nada sirve que se garantice a nivel público una libertad que después puede ser cercenada puertas adentro en el hogar.
A pesar del alboroto desmedido, Najwa y su "hiyab" nos han permitido reflexionar colectivamente sobre el ejercicio de la libertad, han traído a primer plano de actualidad un rico debate sobre la jerarquía de valores universales. El gobierno del propio cuerpo y su manifestación, la generalidad de los derechos humanos anteceden al derecho de expresión de las formas culturales y religiosas. Una vez asegurados los primeros, deberemos ser escrupulosamente respetuosos con esas diferentes formas de expresión.
Abracemos un Islam amable que respeta plenamente el libre albedrío de la mujer, pero mantengámonos vigilantes y no transijamos si ellas se ven marginadas, acalladas u oprimidas por un machismo excesivamente pujante en ese entorno. Puertas abiertas en el Instituto de Pozuelo de Alarcón, puertas abiertas en todas las aulas, pero que nadie imponga cómo ha de obrar o vestir la mujer, por joven que ella sea. Sólo un destape excesivo con eventual lesión de sensibilidades, puede ser motivo de llamada de atención.
Hay únicamente una condición para que cada quien avance con su velo, con su kipá, con su túnica, con su crucifijo... hacia el espacio común, y es que lo haga en pleno ejercicio de su más absoluta y plena libertad. Habremos de aceptar incluso el burka en nuestra acera, en nuestra aula, en nuestro vecindario, siempre y cuando ese burka haya sido calzado motu proprio. Las calles deberán abrirse para estas mujeres enjauladas, por más que resulte difícil comprender que una mujer desee, en pleno ejercicio de su voluntad, meterse en esa cárcel andante. Ella ha de conquistar el sol y el viento en su cara y para ello contará, por supuesto, con el apoyo unánime de toda la sociedad.
Francia se dispone a prohibir el uso del burka, sin embargo la libertad es ley suprema, por más que nos duela ver a esas mujeres encerradas en su propia tela negra. Esa libertad marca a veces un precio excesivamente alto. Hay un dominio más íntimo de conquista de libertades en el que la acción del Estado se encuentra muy limitada.
Bendigamos, aun con todo, este momento de cruces de caminos y de fecundación cultural y religiosa. El problema sería que todas las cabezas fueran iguales, que se cubrieran de la misma forma. Cada quien con su paso y su pasado, con su cultura, hábitos y costumbres... avancemos hacia un espacio común, hacia una plaza de todos. Lo importante es que la armonía, no sólo la tolerancia, se extienda más allá de la convivencia con los nuestros. Lo diverso siempre añade, cuando logramos tumbar nuestras tapias, cuando nos ensayamos en sumar y no restar, cuando concluimos que cada quien somos, en alguna medida, reunión de todos.
No tiemblen los incondicionales del crucifijo, porque si algo significa aún ese Ser excelso, ese Cristo sublime que dos mil años después siguen clavando al triste madero, es precisamente acogida y abrazo incondicional. Ese Jesús de la Cruz, que preside aún tantas aulas públicas, no instituyó religión alguna, y si lo hizo fue la del amor absolutamente incondicional, la de aulas, calles y plazas para todos... Si no deseamos perder nuestras raíces cristianas deberíamos comenzar apeando a Jesús del madero y al propio madero de las paredes públicas, sobre todo deberíamos comenzar abriendo puertas de institutos y de corazones cerrados.
Bajemos las espadas, compartamos aula en el corazón de nuestras ciudades, compartamos templo en la encrucijada de los caminos, pues el tiempo ya ha llegado de honrar la verdad y belleza que las demás tradiciones también encarnan. Cruzada sólo contra nosotros mismos y el "infiel" que nos habita, infidelidad a la ley de amparo, a la ley de la fraternidad universal. Agitemos las bridas, salgamos del ensueño de reconocernos separados, cabalguemos nuestros áridos desiertos hasta tropezar con la Jerusalem de adentro donde brilla una cúpula ancha en su oro, infinita en su acogida.
Lo importante no es lo que nos ponemos sobre la cabeza, sino lo que es capaz de abrigar nuestro corazón. Cabemos tod@s antes las mismas pizarras, en las mismas aulas. Cabemos todos en las mismas calles, en la misma Tierra. ¡Bienvenido el velo, la kipa, la túnica, el crucifijo... siempre y cuando vistamos prendas o símbolos en pleno ejercicio de nuestra voluntad! Ya no es tiempo de exclusiones, sino de honrar todas las tradiciones sagradas que nos salen al paso.
El aprecio por las sanas costumbres ajenas mide la anchura del corazón de los individuos y pueblos. A nadie le asuste el velo de Najwa. El discreto pañuelo sobre la cabeza de la adolescente no debiera haber saltado a los titulares. No obstante, si necesario es asegurar la libertad de indumentaria en ese y en todos los centros de enseñanza, tanto lo será asegurar que la decisión de la joven de 17 años de origen marroquí ha sido adoptada en la más absoluta libertad. Es preciso confirmar que no fueron sus padres los que la obligaron a colocarse la prenda en la cabeza al tomar camino de su pupitre. De nada sirve que se garantice a nivel público una libertad que después puede ser cercenada puertas adentro en el hogar.
A pesar del alboroto desmedido, Najwa y su "hiyab" nos han permitido reflexionar colectivamente sobre el ejercicio de la libertad, han traído a primer plano de actualidad un rico debate sobre la jerarquía de valores universales. El gobierno del propio cuerpo y su manifestación, la generalidad de los derechos humanos anteceden al derecho de expresión de las formas culturales y religiosas. Una vez asegurados los primeros, deberemos ser escrupulosamente respetuosos con esas diferentes formas de expresión.
Abracemos un Islam amable que respeta plenamente el libre albedrío de la mujer, pero mantengámonos vigilantes y no transijamos si ellas se ven marginadas, acalladas u oprimidas por un machismo excesivamente pujante en ese entorno. Puertas abiertas en el Instituto de Pozuelo de Alarcón, puertas abiertas en todas las aulas, pero que nadie imponga cómo ha de obrar o vestir la mujer, por joven que ella sea. Sólo un destape excesivo con eventual lesión de sensibilidades, puede ser motivo de llamada de atención.
Hay únicamente una condición para que cada quien avance con su velo, con su kipá, con su túnica, con su crucifijo... hacia el espacio común, y es que lo haga en pleno ejercicio de su más absoluta y plena libertad. Habremos de aceptar incluso el burka en nuestra acera, en nuestra aula, en nuestro vecindario, siempre y cuando ese burka haya sido calzado motu proprio. Las calles deberán abrirse para estas mujeres enjauladas, por más que resulte difícil comprender que una mujer desee, en pleno ejercicio de su voluntad, meterse en esa cárcel andante. Ella ha de conquistar el sol y el viento en su cara y para ello contará, por supuesto, con el apoyo unánime de toda la sociedad.
Francia se dispone a prohibir el uso del burka, sin embargo la libertad es ley suprema, por más que nos duela ver a esas mujeres encerradas en su propia tela negra. Esa libertad marca a veces un precio excesivamente alto. Hay un dominio más íntimo de conquista de libertades en el que la acción del Estado se encuentra muy limitada.
Bendigamos, aun con todo, este momento de cruces de caminos y de fecundación cultural y religiosa. El problema sería que todas las cabezas fueran iguales, que se cubrieran de la misma forma. Cada quien con su paso y su pasado, con su cultura, hábitos y costumbres... avancemos hacia un espacio común, hacia una plaza de todos. Lo importante es que la armonía, no sólo la tolerancia, se extienda más allá de la convivencia con los nuestros. Lo diverso siempre añade, cuando logramos tumbar nuestras tapias, cuando nos ensayamos en sumar y no restar, cuando concluimos que cada quien somos, en alguna medida, reunión de todos.
No tiemblen los incondicionales del crucifijo, porque si algo significa aún ese Ser excelso, ese Cristo sublime que dos mil años después siguen clavando al triste madero, es precisamente acogida y abrazo incondicional. Ese Jesús de la Cruz, que preside aún tantas aulas públicas, no instituyó religión alguna, y si lo hizo fue la del amor absolutamente incondicional, la de aulas, calles y plazas para todos... Si no deseamos perder nuestras raíces cristianas deberíamos comenzar apeando a Jesús del madero y al propio madero de las paredes públicas, sobre todo deberíamos comenzar abriendo puertas de institutos y de corazones cerrados.
Bajemos las espadas, compartamos aula en el corazón de nuestras ciudades, compartamos templo en la encrucijada de los caminos, pues el tiempo ya ha llegado de honrar la verdad y belleza que las demás tradiciones también encarnan. Cruzada sólo contra nosotros mismos y el "infiel" que nos habita, infidelidad a la ley de amparo, a la ley de la fraternidad universal. Agitemos las bridas, salgamos del ensueño de reconocernos separados, cabalguemos nuestros áridos desiertos hasta tropezar con la Jerusalem de adentro donde brilla una cúpula ancha en su oro, infinita en su acogida.
El color del 'hiyab'
Que los colegios determinen si aceptan o no a esas jóvenes tocadas, que lo adviertan a quien pida el ingreso, que se asegure a todas el derecho a la educación y que se calme la algarabía
26.04.10 - AGUSTÍN REMESAL
Nunca dejará de sorprenderme la certeza rotunda con la que opinan los unos y los otros, y sus menguados razonamientos en catarata, acerca de la culpabilidad árabe o israelí en el conflicto que se libra en Oriente Próximo desde hace casi un siglo. Tras asistir durante años en directo a ese drama y conociendo a muchos de sus protagonistas, he soportado largas conferencias de taberna de quienes, con más pasión que juicio, decían poseer las claves para resolver con tres patadas ese contencioso. En su obcecación por persuadirme de su sabiduría, adquirida en cuatro telediarios, alguno llegó a recriminar mi estulticia por no ser capaz de dar con las claves de la paz eterna en tierras palestinas. Esa misma ansia de arreglar el mundo con unas cuantas frases mordaces o ingeniosas y ninguna idea sólida, se ha apoderado de la gente esta semana en el barullo nacional provocado por la joven Najwa Malha, alumna de un instituto de enseñanza madrileño.
Conviene evitar, en especial, los encuentros de ciertos cabestros de la inteligencia polarizada ante las cámaras de televisión a medianoche, empeñados con la misma falacia desmedida y simplona en despeñar a la chica o en alzarla a los altares mahometanos. Ya se sabe, vivimos en un país acostumbrado a discutir a cristazos y muy raramente alguien se deja arrastrar por la curiosidad y leer la letra pequeña.
Nunca dejaré de incomodarme cuando, a invitación de alguno de mis amigos musulmanes, asisto a un almuerzo en familia y se me ofrece un magnifico menú (cuscús, 'meshwi', galleta) que degusto con un suave té de menta junto a mi anfitrión y, casi siempre, en ausencia de la esposa que ha compuesto el delicioso concierto de sabores. A veces, la mujer deja la cocina y hace acto de presencia a los postres para recibir el merecidísimo agasajo del huésped, paladear alguno de sus platos y certificar las cuestiones de intendencia doméstica que expone su marido. Asisto con el máximo respeto a la escena casera, porque llego siempre al íntimo convencimiento de que ese comportamiento de mis amables anfitriones tiene sus raíces profundas en la religión y su atuendo (chilaba, 'hiyab') es el atavío adecuado a la creencia que ordena también la intimidad de los creyentes. A pesar de su cordialidad y cortesía, no logro entender esas reglas de la convivencia familiar que, al menos a primera vista, discriminan a la mujer. La escena me deja en la boca el mismo sabor amargo que el humo del narguile.
En esos trances de relación con otros pueblos y culturas, no tenemos los españoles la armadura mental de los ingleses para considerar tal diversidad como riqueza inherente a la evolución de la raza humana, que ha de ser respetada en la lejanía de un descubrimiento cierto y sin la inquietud por poner en práctica cualquiera forma de mesianismo. Ese parece ser nuestro designio carpetovetónico, herencia radical de los descendientes de aquellos matamoros que convivieron durante siglos con el islam mercando más que peleando. El arranque ibero de llevar al infiel hasta la verdad, aunque fuere a rastras, permanece aquí en lo más hondo del alma, porque la mayor parte de los españoles sólo han visto de cerca a un musulmán cuando se cruzaron por la calle con el primer emigrante 'moro'. En esto también llevamos varios trenes de atraso y ha llegado la hora de concertar la estadística con las normas de conducta social mirando hacia el norte.
En septiembre de 1994, el Ministerio francés de Educación envió una circular a todos los liceos ordenando la prohibición del velo islámico en las escuelas públicas. Sólo cuatro casos habían alterado hasta entonces la paz de las aulas. Y la guerra estalló: más de 2.000 jóvenes musulmanas se presentaron en clase tocadas con el 'foulard' y un centenar de adolescentes fueron expulsadas de los centros. Los tribunales dirimieron sus casos aplicando la ley republicana: ¿sumisión o rebeldía? Cuando los jueces dictaron finalmente sentencias favorables y condenatorias en la misma proporción, sólo un centenar de alumnas seguía usando el velo. La sublevación duró un trimestre y se ahogó en el silencio de la prensa. Dos años más tarde, un periódico revisó aquella revolución y constató que sólo una minoría de las insumisas se declaraba creyente musulmana.
El uso del velo por la mujer ni es dogma en el islam ni constituye en modo alguno un símbolo religioso. ¿Fidelidad cultural, desarraigo o provocación? En Marne la Vallée, en Ceuta, y en Pozuelo de Alarcón las jóvenes musulmanas tienen las mismas pulsiones adolescentes cuando deciden vestir esa prenda del escándalo, pero varía la índole del entorno en el que viven. Frente a la reclamación de algunos feligreses de la tertulia vociferante, no parece necesaria esa ley de homologación universal en cuestión tan nimia. Que los centros de enseñanza determinen si aceptan o no a esas jóvenes tocadas, que adviertan de tal veto a quienes soliciten ingreso, que se asegure a todas el derecho a la educación y que se calme la algarabía.
Hace medio siglo, las viejas de los pueblos de adobe varados en la meseta más pobre cubrían su cabeza con aquellos pañolones negros, una indumentaria rural de muy difícil datación y origen cuyo uso era de moral cumplimiento para nuestras abuelas. El verano pasado mis rutibéricas (las jóvenes expedicionarias del programa Ruta Ibérica Caja Duero) se ejercitaron en Chef Chaouen con sus colegas marroquíes en el arte de anudarse el 'hiyab', de todos los colores. Y aprendieron allí más del islam que en un curso de doctorado. No hubo síntomas de alergia.
26.04.10 - AGUSTÍN REMESAL
Nunca dejará de sorprenderme la certeza rotunda con la que opinan los unos y los otros, y sus menguados razonamientos en catarata, acerca de la culpabilidad árabe o israelí en el conflicto que se libra en Oriente Próximo desde hace casi un siglo. Tras asistir durante años en directo a ese drama y conociendo a muchos de sus protagonistas, he soportado largas conferencias de taberna de quienes, con más pasión que juicio, decían poseer las claves para resolver con tres patadas ese contencioso. En su obcecación por persuadirme de su sabiduría, adquirida en cuatro telediarios, alguno llegó a recriminar mi estulticia por no ser capaz de dar con las claves de la paz eterna en tierras palestinas. Esa misma ansia de arreglar el mundo con unas cuantas frases mordaces o ingeniosas y ninguna idea sólida, se ha apoderado de la gente esta semana en el barullo nacional provocado por la joven Najwa Malha, alumna de un instituto de enseñanza madrileño.
Conviene evitar, en especial, los encuentros de ciertos cabestros de la inteligencia polarizada ante las cámaras de televisión a medianoche, empeñados con la misma falacia desmedida y simplona en despeñar a la chica o en alzarla a los altares mahometanos. Ya se sabe, vivimos en un país acostumbrado a discutir a cristazos y muy raramente alguien se deja arrastrar por la curiosidad y leer la letra pequeña.
Nunca dejaré de incomodarme cuando, a invitación de alguno de mis amigos musulmanes, asisto a un almuerzo en familia y se me ofrece un magnifico menú (cuscús, 'meshwi', galleta) que degusto con un suave té de menta junto a mi anfitrión y, casi siempre, en ausencia de la esposa que ha compuesto el delicioso concierto de sabores. A veces, la mujer deja la cocina y hace acto de presencia a los postres para recibir el merecidísimo agasajo del huésped, paladear alguno de sus platos y certificar las cuestiones de intendencia doméstica que expone su marido. Asisto con el máximo respeto a la escena casera, porque llego siempre al íntimo convencimiento de que ese comportamiento de mis amables anfitriones tiene sus raíces profundas en la religión y su atuendo (chilaba, 'hiyab') es el atavío adecuado a la creencia que ordena también la intimidad de los creyentes. A pesar de su cordialidad y cortesía, no logro entender esas reglas de la convivencia familiar que, al menos a primera vista, discriminan a la mujer. La escena me deja en la boca el mismo sabor amargo que el humo del narguile.
En esos trances de relación con otros pueblos y culturas, no tenemos los españoles la armadura mental de los ingleses para considerar tal diversidad como riqueza inherente a la evolución de la raza humana, que ha de ser respetada en la lejanía de un descubrimiento cierto y sin la inquietud por poner en práctica cualquiera forma de mesianismo. Ese parece ser nuestro designio carpetovetónico, herencia radical de los descendientes de aquellos matamoros que convivieron durante siglos con el islam mercando más que peleando. El arranque ibero de llevar al infiel hasta la verdad, aunque fuere a rastras, permanece aquí en lo más hondo del alma, porque la mayor parte de los españoles sólo han visto de cerca a un musulmán cuando se cruzaron por la calle con el primer emigrante 'moro'. En esto también llevamos varios trenes de atraso y ha llegado la hora de concertar la estadística con las normas de conducta social mirando hacia el norte.
En septiembre de 1994, el Ministerio francés de Educación envió una circular a todos los liceos ordenando la prohibición del velo islámico en las escuelas públicas. Sólo cuatro casos habían alterado hasta entonces la paz de las aulas. Y la guerra estalló: más de 2.000 jóvenes musulmanas se presentaron en clase tocadas con el 'foulard' y un centenar de adolescentes fueron expulsadas de los centros. Los tribunales dirimieron sus casos aplicando la ley republicana: ¿sumisión o rebeldía? Cuando los jueces dictaron finalmente sentencias favorables y condenatorias en la misma proporción, sólo un centenar de alumnas seguía usando el velo. La sublevación duró un trimestre y se ahogó en el silencio de la prensa. Dos años más tarde, un periódico revisó aquella revolución y constató que sólo una minoría de las insumisas se declaraba creyente musulmana.
El uso del velo por la mujer ni es dogma en el islam ni constituye en modo alguno un símbolo religioso. ¿Fidelidad cultural, desarraigo o provocación? En Marne la Vallée, en Ceuta, y en Pozuelo de Alarcón las jóvenes musulmanas tienen las mismas pulsiones adolescentes cuando deciden vestir esa prenda del escándalo, pero varía la índole del entorno en el que viven. Frente a la reclamación de algunos feligreses de la tertulia vociferante, no parece necesaria esa ley de homologación universal en cuestión tan nimia. Que los centros de enseñanza determinen si aceptan o no a esas jóvenes tocadas, que adviertan de tal veto a quienes soliciten ingreso, que se asegure a todas el derecho a la educación y que se calme la algarabía.
Hace medio siglo, las viejas de los pueblos de adobe varados en la meseta más pobre cubrían su cabeza con aquellos pañolones negros, una indumentaria rural de muy difícil datación y origen cuyo uso era de moral cumplimiento para nuestras abuelas. El verano pasado mis rutibéricas (las jóvenes expedicionarias del programa Ruta Ibérica Caja Duero) se ejercitaron en Chef Chaouen con sus colegas marroquíes en el arte de anudarse el 'hiyab', de todos los colores. Y aprendieron allí más del islam que en un curso de doctorado. No hubo síntomas de alergia.
26 abr 2010
OS INVITO A UNA CONVERSACIÓN SOBRE EL ISLAM
Compartiré mesa con una compañera musulmana que aún no ha podido confirmar su presencia y con asistentes de confesión mayoritariamente cristiana (a juzgar por las experiencias anteriores sobre Budismo y Judaísmo).
Este encuentro de carácter informal se celebrará en el "Centro Cultural Dari" del "Colegio Mayor Santa Fé" de Granada (entrada por la C/ San Antón, nº: 44), EL DÍA 28, A LAS 19 H, in shá a-l-Láh (Dios mediante).
HABLAREMOS DE TANTAS COSAS COMO NOS INTERESAN... PARA CONOCERNOS MEJOR Y CONVIVIR MEJOR
Este encuentro de carácter informal se celebrará en el "Centro Cultural Dari" del "Colegio Mayor Santa Fé" de Granada (entrada por la C/ San Antón, nº: 44), EL DÍA 28, A LAS 19 H, in shá a-l-Láh (Dios mediante).
HABLAREMOS DE TANTAS COSAS COMO NOS INTERESAN... PARA CONOCERNOS MEJOR Y CONVIVIR MEJOR
24 abr 2010
Manifiesto Día de la Tierra de 2010
Por un nuevo contrato verde Global y local para salir de la crisis económica, política, ecológica, energética y alimentaria hay que abrir uno, cien miles de contratos "POR LA TIERRA Y POR LA GENTE"
El movimiento verde mundial celebra el 22 de abril el Día de la Tierra, desde el año 1970 cuando más de 20 millones de personas estadounidenses ocuparon las calles y espacios públicos para reclamar el derecho a una vida saludable y sostenible. La Confederación de Los Verdes queremos con este manifiesto por la Tierra y para la gente dedicar esta fecha del 22 de Abril del 2010 a denunciar la situación crítica que vive el conjunto de nuestro planeta, ahora ya reconocida por todos donde el acelerado cambio climático se une a la crisis económica internacional más grave y sin salida a nivel global vivida hasta la fecha. En los países europeos del Mediterráneo, como Grecia y España llegamos a un paro de millones de personas, el cierre de pequeñas y medianas empresas, la crisis estructural de la agricultura tradicional, a una falta de expectativas brutal para los jóvenes y a una grave incertidumbre para los mayores y las garantías sociales básicas.
Mientras los principales responsables de la crisis económica, el sistema financiero, la banca, las empresas multinacionales continúan con sus ganancias millonarias, sin que la mayoría de dirigentes políticos se atreven a adoptar ningún tipo de medida que aumente el control democrático de sus especulaciones y pongan al servicio de la ciudadanía, de la tierra y la economia sotenible de interés social y ecológicode futuro las finanzas, los recuros y la ciencia..
Mientras, la ciudadanía observa perpleja cómo se suceden escándalos de corrupción política y económica (Gürtel, Pretoria, Marbella ...) donde parece que la finalidad de muchos políticos sea única y exclusivamente la del lucro, y no ocuparse de la gestión de las Administraciones públicas y la toma de decisiones que controlen y modifiquen de una vez por todas los efectos perversos antisociales de una economía ultraliberal y depredadora de los recursos naturales.
En la actualidad es más evidente que nunca que el actual sistema político, es una democracia formal e ineficaz para cambiar nada de fondo, con un sistema electoral pensado para consolidar el bipartidismo y repartir el poder político sólo entre el PP y el PSOE. No resuelve los problemas más básicos de la ciudadanía, ni es capaz de abrir una nueva estrategia económica-ecológica para dar soluciones reales a la crisis estructural que padecemos. Así, crece la decepción y el alejamiento de la política entre el electorado, al tiempo que surgen con fuerza el racismo, la xenofobia, el autoritarismo, el machismo y todo tipo de posiciones tendentes a un giro autoritario de la sociedad. Así, como ejemplos claros, se imputado el juez Garzón por el caso de los crimenes del Franquismo pero se le loa por sus excesos en el tema derechos civiles en Euskadi y se apalea al vecindario del Cabañal por parte de la policía o aumenta dramáticamente el número de mujeres asesinadas.
Ante ello, Los Verdes proponemos a toda la ciudadanía la movilización activa y diaria para hacer posible un nuevo contrato social, un nuevo acuerdo entre las personas con sentido democrático y voluntad de cambio real del actual estado caótico de la sociedad, que se fundamente en la apuesta decidida por una nueva economía ecológica, más justa con las personas y más respetuosa con el Planeta, con un sistema de participación política de democracia real y plural, con igualdad para todas las formaciones políticas y donde el electorado sea realmente el que controle la acción de los cargos públicos.
Es la hora de un nuevo contrato ciudadano y verde que actúe contra el cambio climático, la deforestación, la escasez de agua limpia o los peligros de la contaminación nuclear, química y genética. Una nueva economía ecológica con políticas de suficiencia y subsidiariedad en todos los ámbitos de la actividad humana, de calidad social y natural en lugar de volver al mito del crecimiento basado en la cantidad, con un nuevo modelo de desarrollo entendido como mejora de la calidad y del reparto solidario y no como el crecimiento. Una nueva economia emergente social y de base, ecológica y cooperativa en todos los ámbitos.
La política del Gobierno de Zapatero no da salida a ninguno de los problemas planteados. Una política de simple caos y de reparto absurdo en todas direcciones donde no se hace más que aumentar el déficit y la deuda pública. Así se apoya a la banca sin contrapartidas, se compensa la construcción y la industria del coche y el modelo viario insosteniblle mientras se dan solo retazos parciales y contradictorios en energias limpias o el coche eléctrico. Lo mismo que en presupuestos de CCAA y Ayuntamientos donde después de aumentar al mismo tiempo el presupuesto del Estado inflado y el de las Autonomías en asfixia al final se recortan las timidas concesiones y se da una involución junto al PP con el decrépito Tribunal Constitucional... El caos... y al final... ningún problema resuelto y más y más crisis y más deuda y más déficit y el poder a los de siempre. Por no hablar de la pírrica Presidencia Europea sin ninguna aportación cualitativa o el pago público de la aberración Griega sin erradicar las causas especulativas de su génesis.
El consumo energético vinculado a la producción es claramente insostenible y, desde el año 1990, las emisiones de gases de efecto invernadero se han multiplicando por 4 incumpliendo claramente las previsiones de Kioto, las quiebras constantes de la nuclear de Cofrentes, de Ascó , de Vandellós.. son constantes mientras al mismo tiempo sigue aumentando el volumen de cientos de toneladas de residuos radiactivos de alta actividad procedentes de todas las nucleares de España con la insistencia de "comprar" Ayuntamientos para depositar los residuos sin un compromiso firme de cierre y clausura nuclear.
En este día de la Tierra de 2010, La Confederación de Los Verdes, Els Verds, Berdak, Os verdes, Los Verdes de todas las CCAA volvemos a exigir un plan y calendario contundente de Energías Alternativas y Renovables para sustituir la actual energía nuclear y del carbono que abra una base decisiva de la nueva economia ecológica y sostenible del futuro y que se acompañe de la paralización del proyecto de cementerio nuclear mientras no se apruebe un Plan de Desnuclearización Total y a plazo fijo como propusimos y acordamos en firme ya Los Verdes en la alternativa del 2005.
Los Verdes llamamos a todas las formaciones verdes, en todo el tejido social ecologista y defensor de los valores ecosociales y cívicos, a todas las personas que aspiran a una sociedad con democracia real y participativa, donde no quepa la corrupción política y económica, donde los derechos de la ciudadanía, los derechos de los pueblos al autogobierno real y a la solidaridad efectiva puedan hacer de los derechos ecológicos unos derechos fundamentales permanentes, donde la economía esté al servicio de las personas, conservando y regenerando el Planeta para salir de la crisis y pensar también en las futuras generaciones. Para hacer un gran acuerdo verde en todos los ámbitos para cambiar la brutal crisis actual económica, ecológica y política hacia un futuro de esperanza y de paz para toda la Tierra y la Humanidad.
Joan Oms: Portavoz de Los verdes y Pura Peris: Portavoz Internacional de Los Verdes
El movimiento verde mundial celebra el 22 de abril el Día de la Tierra, desde el año 1970 cuando más de 20 millones de personas estadounidenses ocuparon las calles y espacios públicos para reclamar el derecho a una vida saludable y sostenible. La Confederación de Los Verdes queremos con este manifiesto por la Tierra y para la gente dedicar esta fecha del 22 de Abril del 2010 a denunciar la situación crítica que vive el conjunto de nuestro planeta, ahora ya reconocida por todos donde el acelerado cambio climático se une a la crisis económica internacional más grave y sin salida a nivel global vivida hasta la fecha. En los países europeos del Mediterráneo, como Grecia y España llegamos a un paro de millones de personas, el cierre de pequeñas y medianas empresas, la crisis estructural de la agricultura tradicional, a una falta de expectativas brutal para los jóvenes y a una grave incertidumbre para los mayores y las garantías sociales básicas.
Mientras los principales responsables de la crisis económica, el sistema financiero, la banca, las empresas multinacionales continúan con sus ganancias millonarias, sin que la mayoría de dirigentes políticos se atreven a adoptar ningún tipo de medida que aumente el control democrático de sus especulaciones y pongan al servicio de la ciudadanía, de la tierra y la economia sotenible de interés social y ecológicode futuro las finanzas, los recuros y la ciencia..
Paralelamente a la crisis económica y social, todos los signos vitales de la salud de nuestra tierra muestran una tendencia al declive acelerado. El cambio climático empieza a mostrar sus dramáticas consecuencias y la respuesta de los supuestos líderes políticos mundiales ha sido su incapacidad de adoptar medidas correctoras en la fracasada Cumbre de Copenhague que para más vergüenza acabó con la detención de los representantes de Greenpeace.
Mientras, la ciudadanía observa perpleja cómo se suceden escándalos de corrupción política y económica (Gürtel, Pretoria, Marbella ...) donde parece que la finalidad de muchos políticos sea única y exclusivamente la del lucro, y no ocuparse de la gestión de las Administraciones públicas y la toma de decisiones que controlen y modifiquen de una vez por todas los efectos perversos antisociales de una economía ultraliberal y depredadora de los recursos naturales.
En la actualidad es más evidente que nunca que el actual sistema político, es una democracia formal e ineficaz para cambiar nada de fondo, con un sistema electoral pensado para consolidar el bipartidismo y repartir el poder político sólo entre el PP y el PSOE. No resuelve los problemas más básicos de la ciudadanía, ni es capaz de abrir una nueva estrategia económica-ecológica para dar soluciones reales a la crisis estructural que padecemos. Así, crece la decepción y el alejamiento de la política entre el electorado, al tiempo que surgen con fuerza el racismo, la xenofobia, el autoritarismo, el machismo y todo tipo de posiciones tendentes a un giro autoritario de la sociedad. Así, como ejemplos claros, se imputado el juez Garzón por el caso de los crimenes del Franquismo pero se le loa por sus excesos en el tema derechos civiles en Euskadi y se apalea al vecindario del Cabañal por parte de la policía o aumenta dramáticamente el número de mujeres asesinadas.
Ante ello, Los Verdes proponemos a toda la ciudadanía la movilización activa y diaria para hacer posible un nuevo contrato social, un nuevo acuerdo entre las personas con sentido democrático y voluntad de cambio real del actual estado caótico de la sociedad, que se fundamente en la apuesta decidida por una nueva economía ecológica, más justa con las personas y más respetuosa con el Planeta, con un sistema de participación política de democracia real y plural, con igualdad para todas las formaciones políticas y donde el electorado sea realmente el que controle la acción de los cargos públicos.
La política del Gobierno de Zapatero no da salida a ninguno de los problemas planteados. Una política de simple caos y de reparto absurdo en todas direcciones donde no se hace más que aumentar el déficit y la deuda pública. Así se apoya a la banca sin contrapartidas, se compensa la construcción y la industria del coche y el modelo viario insosteniblle mientras se dan solo retazos parciales y contradictorios en energias limpias o el coche eléctrico. Lo mismo que en presupuestos de CCAA y Ayuntamientos donde después de aumentar al mismo tiempo el presupuesto del Estado inflado y el de las Autonomías en asfixia al final se recortan las timidas concesiones y se da una involución junto al PP con el decrépito Tribunal Constitucional... El caos... y al final... ningún problema resuelto y más y más crisis y más deuda y más déficit y el poder a los de siempre. Por no hablar de la pírrica Presidencia Europea sin ninguna aportación cualitativa o el pago público de la aberración Griega sin erradicar las causas especulativas de su génesis.
El consumo energético vinculado a la producción es claramente insostenible y, desde el año 1990, las emisiones de gases de efecto invernadero se han multiplicando por 4 incumpliendo claramente las previsiones de Kioto, las quiebras constantes de la nuclear de Cofrentes, de Ascó , de Vandellós.. son constantes mientras al mismo tiempo sigue aumentando el volumen de cientos de toneladas de residuos radiactivos de alta actividad procedentes de todas las nucleares de España con la insistencia de "comprar" Ayuntamientos para depositar los residuos sin un compromiso firme de cierre y clausura nuclear.
En este día de la Tierra de 2010, La Confederación de Los Verdes, Els Verds, Berdak, Os verdes, Los Verdes de todas las CCAA volvemos a exigir un plan y calendario contundente de Energías Alternativas y Renovables para sustituir la actual energía nuclear y del carbono que abra una base decisiva de la nueva economia ecológica y sostenible del futuro y que se acompañe de la paralización del proyecto de cementerio nuclear mientras no se apruebe un Plan de Desnuclearización Total y a plazo fijo como propusimos y acordamos en firme ya Los Verdes en la alternativa del 2005.
Joan Oms: Portavoz de Los verdes y Pura Peris: Portavoz Internacional de Los Verdes
La Alianza abordará en mayo en Córdoba la crisis de los minaretes en Suiza
Madrid, 24 abr (EFE).
- La conferencia ministerial de la Alianza de Civilizaciones, que tendrá lugar en Córdoba los días 3 y 4 de mayo en el marco de la presidencia española de la UE, abordará el impacto de la crisis suscitada por la decisión de Suiza de prohibir la construcción de minaretes en las mezquitas.
La reunión tendrá como título "La libertad religiosa en las sociedades democráticas" y contará con la participación de unas 300 personas, entre ministros, expertos y líderes religiosos de los países de la UE, según ha informado el Ministerio de Asuntos Exteriores, encargado de la organización del evento.
Entre los invitados habrá un representante del Ministerio de Exteriores de Suiza, quien expondrá la repercusión que está teniendo la medida adoptada en su país sobre los alminares en los centros de culto musulmanes.
La mayoría de los ciudadanos suizos aprobó la prohibición de construir minaretes en un referéndum celebrado el pasado 29 de noviembre.
El Gobierno helvético ha venido diciendo que esta decisión no hay que interpretarla como un ataque contra el Islam o sus creyentes, aunque ha causado un gran malestar en los países musulmanes y ha alentado a partidos de extrema derecha de otros países europeos a ir en la misma dirección.
A la reunión de Córdoba acudirán delegados de los países candidatos a la adhesión a la UE, de las instituciones comunitarias y del Consejo de Europa.
También se ha invitado a los obispos de las ochos ciudades andaluzas y a los representantes de las principales comunidades religiosas.
La conferencia tendrá varios paneles, en los que se hablará de cuestiones como el pluralismo de credos, el papel de los líderes confesionales y la lucha contra la radicalización y el extremismo religiosos.
No está confirmada aún la asistencia del ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, diputado por Córdoba.
Moratinos ya organizó en la capital cordobesa en octubre de 2007 una reunión de índole religiosa para debatir sobre la intolerancia y la discriminación que sufren los musulmanes en países occidentales, organizada en aquella ocasión por la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE).
La Alianza de Civilizaciones fue promovida por España y Turquía en 2004 con el fin de contribuir a fomentar el entendimiento entre religiones y culturas
- La conferencia ministerial de la Alianza de Civilizaciones, que tendrá lugar en Córdoba los días 3 y 4 de mayo en el marco de la presidencia española de la UE, abordará el impacto de la crisis suscitada por la decisión de Suiza de prohibir la construcción de minaretes en las mezquitas.
La reunión tendrá como título "La libertad religiosa en las sociedades democráticas" y contará con la participación de unas 300 personas, entre ministros, expertos y líderes religiosos de los países de la UE, según ha informado el Ministerio de Asuntos Exteriores, encargado de la organización del evento.
Entre los invitados habrá un representante del Ministerio de Exteriores de Suiza, quien expondrá la repercusión que está teniendo la medida adoptada en su país sobre los alminares en los centros de culto musulmanes.
La mayoría de los ciudadanos suizos aprobó la prohibición de construir minaretes en un referéndum celebrado el pasado 29 de noviembre.
El Gobierno helvético ha venido diciendo que esta decisión no hay que interpretarla como un ataque contra el Islam o sus creyentes, aunque ha causado un gran malestar en los países musulmanes y ha alentado a partidos de extrema derecha de otros países europeos a ir en la misma dirección.
A la reunión de Córdoba acudirán delegados de los países candidatos a la adhesión a la UE, de las instituciones comunitarias y del Consejo de Europa.
También se ha invitado a los obispos de las ochos ciudades andaluzas y a los representantes de las principales comunidades religiosas.
La conferencia tendrá varios paneles, en los que se hablará de cuestiones como el pluralismo de credos, el papel de los líderes confesionales y la lucha contra la radicalización y el extremismo religiosos.
No está confirmada aún la asistencia del ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, diputado por Córdoba.
Moratinos ya organizó en la capital cordobesa en octubre de 2007 una reunión de índole religiosa para debatir sobre la intolerancia y la discriminación que sufren los musulmanes en países occidentales, organizada en aquella ocasión por la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE).
La Alianza de Civilizaciones fue promovida por España y Turquía en 2004 con el fin de contribuir a fomentar el entendimiento entre religiones y culturas
22 abr 2010
Velo, burka, chador, hiyab, niqab... ¿de qué estamos hablando?
El caso de Nawja, la joven de Pozuelo a la que se prohíbe acudir a clase con hiyab, ha despertado la polémica sobre el uso del velo islámico en España, especialmente en el ámbito educativo. Pero, ¿de dónde viene esta tradición? Y, ¿conoces la diferencia entre el hiyab, el chador o el tradicional velo islámico?
© Morteza Nikoubazl / Reuters
El hiyab, el chador, el niqab y el burka... cuatro tipos de velos islámicos
La tradición que empuja a las mujeres a cubrirse el cabello, el cuello y parte del rostro no es exclusiva del Islam. Aunque pueda resultar sorprendente hasta el siglo XIII las mujeres anglosajonas utilizaban un velo que les cubría todo el cabello y, en el caso de rituales concretos ligados con la religión, los velos han sido obligatorios para las mujeres católicas hasta bien entrado el siglo XX: hasta la celebración del Concilio Vaticano II las mujeres estaban obligadas a cubrirse la cabeza al entrar a la Iglesia, una tradición que sigue en vigor en las iglesias ortodoxas.
Aún hoy, en España, la vestimenta típica de la novia incluye un velo que, según la tradición, debería mantenerse cerrado hasta que el sacerdote haya consumado el sacramento del matrimonio.
UN SIGNO DE DISTINCIÓN
Es difícil de entender desde nuestra mentalidad, pero el uso del velo comienza a popularizarse en la Arabia preislámica como signo de liberación y distinción social. La mujer descubierta era la mujer sometida al hombre, la prostituta, la esclava; mientras que la mujer con hiyab, con velo islámico, es la mujer sometida a Dios, es decir, más libre.
Tal era su vinculación a la elite que su uso entre los asirios estaba prohibido para las prostitutas y las mujeres del campo.
PERO, ¿ESTÁ EN EL CORÁN?
Más allá de las justificaciones históricas y tradicionales, desde la propia religión islámica muchas activistas en pro de los derechos de la mujer cuestionan la interpretación tradicional de los versos coránicos (naturalmente, realizada por hombres). Ésta se basa en los siguientes versos del profeta:
'Profeta: di a tus mujeres y a tus hijas y a las mujeres de los creyentes que se ciñan sus 'velos'. Esa es la mejor manera de que sean reconocidas y no sean molestadas. Dios es indulgente, misericordioso.' (Corán 33, 59)
El objeto de la discusión es la interpretación de la palabra 'velo', cuyo significado es confuso y que, según otras versiones, podría traducirse como túnica.
En otras partes de 'El Corán' habla de la necesidad de que las mujeres no exhiban sus 'adornos', sin que ninguno de los versos resulte muy específico.
GLOSARIO SOBRE EL VELO ISLÁMICO
Hiyab: El término hace referencia a las normas que regulan la vestimenta de las mujeres en la tradición islámica, aunque en sentido más restringido se emplea para designar el conocido en Occidente como 'velo islámico'. Se trata de un pañuelo que cubre completamente la cabeza y el cuello. En versiones más modernas la cobertura no es total.
Chador: Se trata de la prenda tradicional iraní, prohibida durante un periodo del país, pero fomentada desde la revolución islámica. Consiste en una única pieza de tela, sencilla, generalmente negra, que se coloca sobre la cabeza cubriendo todo el cuerpo salvo la cara.
Burka: Existen varias versiones de esta prenda, pero todas comparten la peculiaridad de cubrir completamente la cara, el cuerpo y los cabellos. Normalmente tienen una pequeña abertura a la altura de los ojos para facilitar la visión de la mujer, pero en el caso de Afganistán, la prenda cubre la cara por completo.
Niqab: Es el hijab llevado a su extremo y que llevan las musulmanas suníes. Es un velo que sólo deja sin tapar los ojos.
© Morteza Nikoubazl / Reuters
El hiyab, el chador, el niqab y el burka... cuatro tipos de velos islámicos
La tradición que empuja a las mujeres a cubrirse el cabello, el cuello y parte del rostro no es exclusiva del Islam. Aunque pueda resultar sorprendente hasta el siglo XIII las mujeres anglosajonas utilizaban un velo que les cubría todo el cabello y, en el caso de rituales concretos ligados con la religión, los velos han sido obligatorios para las mujeres católicas hasta bien entrado el siglo XX: hasta la celebración del Concilio Vaticano II las mujeres estaban obligadas a cubrirse la cabeza al entrar a la Iglesia, una tradición que sigue en vigor en las iglesias ortodoxas.
Aún hoy, en España, la vestimenta típica de la novia incluye un velo que, según la tradición, debería mantenerse cerrado hasta que el sacerdote haya consumado el sacramento del matrimonio.
UN SIGNO DE DISTINCIÓN
Es difícil de entender desde nuestra mentalidad, pero el uso del velo comienza a popularizarse en la Arabia preislámica como signo de liberación y distinción social. La mujer descubierta era la mujer sometida al hombre, la prostituta, la esclava; mientras que la mujer con hiyab, con velo islámico, es la mujer sometida a Dios, es decir, más libre.
Tal era su vinculación a la elite que su uso entre los asirios estaba prohibido para las prostitutas y las mujeres del campo.
PERO, ¿ESTÁ EN EL CORÁN?
Más allá de las justificaciones históricas y tradicionales, desde la propia religión islámica muchas activistas en pro de los derechos de la mujer cuestionan la interpretación tradicional de los versos coránicos (naturalmente, realizada por hombres). Ésta se basa en los siguientes versos del profeta:
'Profeta: di a tus mujeres y a tus hijas y a las mujeres de los creyentes que se ciñan sus 'velos'. Esa es la mejor manera de que sean reconocidas y no sean molestadas. Dios es indulgente, misericordioso.' (Corán 33, 59)
El objeto de la discusión es la interpretación de la palabra 'velo', cuyo significado es confuso y que, según otras versiones, podría traducirse como túnica.
En otras partes de 'El Corán' habla de la necesidad de que las mujeres no exhiban sus 'adornos', sin que ninguno de los versos resulte muy específico.
GLOSARIO SOBRE EL VELO ISLÁMICO
Hiyab: El término hace referencia a las normas que regulan la vestimenta de las mujeres en la tradición islámica, aunque en sentido más restringido se emplea para designar el conocido en Occidente como 'velo islámico'. Se trata de un pañuelo que cubre completamente la cabeza y el cuello. En versiones más modernas la cobertura no es total.
Chador: Se trata de la prenda tradicional iraní, prohibida durante un periodo del país, pero fomentada desde la revolución islámica. Consiste en una única pieza de tela, sencilla, generalmente negra, que se coloca sobre la cabeza cubriendo todo el cuerpo salvo la cara.
Burka: Existen varias versiones de esta prenda, pero todas comparten la peculiaridad de cubrir completamente la cara, el cuerpo y los cabellos. Normalmente tienen una pequeña abertura a la altura de los ojos para facilitar la visión de la mujer, pero en el caso de Afganistán, la prenda cubre la cara por completo.
Niqab: Es el hijab llevado a su extremo y que llevan las musulmanas suníes. Es un velo que sólo deja sin tapar los ojos.
19 abr 2010
Apertura el sábado en Rabat de los "Días de Participación" de "Earth Day Network"
Rabat. Agencia MAP.
La ciudad de Rabat, que ha sido elegida como "Ciudad Primera" por la organización estadounidense "Earth Day Network" para albergar las celebraciones del 40 aniversario de Día de la Tierra, vivirá, el sábado, la apertura de los "Días de Participación" con el lanzamiento de miles de acciones ciudadanas a favor del medio ambiente, una movilización sin precedentes que abarcará todo el Reino.
Durante dos días, al igual que millones de personas en todo el mundo, la sociedad civil marroquí estará al frente del desarrollo sostenible y de la protección del medio ambiente al emprender, a pequeña y a gran escala, acciones a favor del planeta.
En efecto, miles de manifestaciones están programadas para la capital y en las demás ciudades del Reino y en las cuales participarán masivamente los ciudadanos con su precioso aporte voluntario y determinante en las actividades organizadas por los departamentos ministeriales, las colectividades locales, las asociaciones, las empresas y las escuelas.
Tomando la delantera y dirigiendo un fuerte mensaje a los decidores y dando el ejemplo, los operadores de la sociedad civil están llamados a una movilización ciudadana para iniciar, desarrollar o aplicar todo lo que está en condiciones de frenar el calentamiento global, modificar y optimar el uso de los recursos de energía, proteger la capa freática y sensibilizar la importancia del agua en tanto que elemento raro y vital.
Por su distinción en la materia con la Carta nacional del medio ambiente, las medidas de vanguardia tomadas y proyectadas, y los esfuerzos desplegados para el éxito de este 40 aniversario, el Reino demostró su voluntad y su capacidad de ganar el desafío de un reto planetario.
18 abr 2010
Érase una vez Al-Ándalus de las 3 Culturas
*
Un interesante artículo publicado en el portal WEBISLAM, junto con muchos otros que podréis consultar en estos enlaces:
http://www.webislam.com/?idt=15768 o en: http://www.webislam.com/?idt=6194
Un interesante artículo publicado en el portal WEBISLAM, junto con muchos otros que podréis consultar en estos enlaces:
http://www.webislam.com/?idt=15768 o en: http://www.webislam.com/?idt=6194
Seminario PROYECTOS DE I+D+i SOBRE LA ALIANZA DE LAS CIVILIZACIONES
Granada, 19-20 de abril de 2010
Esta próxima semana se celebra en Granada, los días 19 y 20 de abril en la sede de la Fundación Euroárabe un seminario de trabajo en el que se presentan los proyectos de I+D+i que sobre Alianza de Civilizaciones, han sido presentados en la convocatoria de 2009, una convocatoria en la que se ha prestado especial atención a aquellas acciones que pueden ser integradas dentro del Plan de Alianza.
El Plan Nacional para la Alianza de Civilizaciones es una iniciativa del Gobierno de España, que cuenta con el respaldo de Naciones Unidas, y surge ante la urgente necesidad de superar la brecha abierta entre el mundo occidental y el mundo árabe y musulmán.
Bajo esta perspectiva, el Ministerio de Ciencia e Innovación ha convocado ayudas para la realización de acciones complementarias, correspondientes al Programa Nacional de Proyectos de Investigación Fundamental, en el marco del VI Plan Nacional de Investigación Científica, Desarrollo e Innovación Tecnológica 2008-2011. Concretamente, la convocatoria contempla la financiación de acciones de política científico-tecnológica (Modalidad E) de especial urgencia o interés, tanto en el marco de programas nacionales como internacionales que contribuyan a mejorar el desarrollo de los objetivos del Plan Nacional de I+D+i.
En el Seminario, junto a investigadores e investigadoras de distintas universidades e institutos, se contará con la presencia del Rector de la Universidad de Granada, Francisco Gonzalez Lodeiro; la Directora Gerneral de Cooperación Internacional y Relaciones Institucionales, Montserrat Torné i Escasany; el Coordinador del Plan Nacional para la Alianza de Civilizaciones, José María Luxan Meléndez, y la Secretaria ejecutiva de la Fundación Euroárabe, Pilar Aranda Ramírez.
14 abr 2010
Estrategia nuclear de Obama: Una apuesta a la reducción, pero con excepciones
Rayén Valdebenito
El presidente de Estados Unidos sorprendió a la comunidad internacional al declarar en The New York Times que el país que dirige tendrá una nueva estrategia nuclear: reducir sustancialmente las condiciones en las que se utilizarán este tipo de armas, incluyendo la defensa propia. El académico e investigador del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago de Chile (IDEA-USACH), Fernando Estenssoro, analizó este nuevo escenario internacional.
Barack Obama, declaró que la hiperpotencia nuclear que dirige se restringirá a una estrategia nuclear revisada. Si bien la idea es reducir las condiciones en las que se ocuparán armas nucleares, fue claro en señalar que esta estrategia no es extensiva a países que han rechazado el tratado que limita la proliferación nuclear. Las excepciones, corresponden a Irán y Norcorea, países con los que Estados Unidos tiene históricos desacuerdos.
Para el analista internacional del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago de Chile (IDEA-USACH), Fernando Estenssoro, Obama no está rompiendo esquemas con esta medida. “Es la política de Estado de EEUU y la han mantenido todos sus presidentes. Trasciende a los gobiernos, aunque cada uno le da un énfasis particular”, aseguró.
El académico sostuvo que existe un acuerdo con Naciones Unidas que pretende evitar la proliferación de armas nucleares. Esta nueva estrategia respondería a esta línea. Así, Obama no innova en el tema, pero sí lo coloca en el tapete nuevamente, con una arista complicada: la excepción de Irán y Norcorea.
Siendo Estados Unidos la mayor potencia mundial, esta estrategia buscaría influir sobre “potencias medias” como China, país que tiene una relación interesante con el gobierno de Irán. Por lo tanto, es importante conseguir el apoyo chino, pues así impediría que Irán desarrolle armas nucleares con sus plantas.
Estenssoro indicó que el tema es muy complejo, ya que Irán apela a su soberanía para tratar el asunto de la energía y armas nucleares dentro de sus límites. En ese sentido representa un peligro para EEUU y sus intereses, tanto como para sus aliados, Israel entre ellos. De esta forma, se entiende que el temor de la mayor potencia mundial es un ataque nuclear, proveniente del terrorismo, por ejemplo. Aún así, la estrategia nuclear revisada apunta al desarme.
“Al parecer Obama quiere retomar estas conversaciones que se dieron después de la guerra fría, delimitar la construcción de armamento nuclear nuevo y, también, poner una moratoria; incluso seguir un proceso de desmantelamiento de misiles nucleares”, afirmó el académico.
Energías renovables
Las energías renovables son otra extensión del tema nuclear. Obama tuvo una marcada campaña medioambiental que contemplaba el uso de energías limpias. Sin embargo, durante su mandato aprobó la exploración de fuentes fósiles que estaban suspendidas en el Atlántico Norte y en Alaska, explica el académico. El motivo se encontraría en la dependencia económica del país a los hidrocarburos, específicamente al petróleo.
Según el académico de la Usach, Obama pretende dar un giro hacia energía renovable y, probablemente, hacia la energía nuclear, pero de una manera paulatina. “Está tratando de ser pragmático. Él tiene una visión más progresista, que tiende a estimular las energías renovables, pero tiene que hacerlo desde donde se encuentra hoy día EEUU, que es el principal consumidor de petróleo en el mundo”, concluyó.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)