Entrevista a Mounir Benjelloun, vicepresidente de la Federación Islámica de la Región de Murcia (FIRM)
29/04/11. Redacción de Webislam
El pasado 2 de abril, tuvo lugar la creación del Consejo Islámico Español, que pretende sustituir a la inoperante Comisión Islámica de España (CIE). Se trata de un nuevo órgano de representación de la comunidad musulmana formado por 870 asociaciones islámicas españolas, 325 de las cuales no estaban representadas en la CIE. Tras entrevistar a Amparo Sánchez, en esta ocasión recogemos las impresiones de Mounir Benjelloun Andaloussi, co-fundador y vicepresidente de la Federación Islámica de la Región de Murcia (FIRM), y miembro de la junta gestora del Consejo Islámico Español.
Seguir leyendo la entrevista en: http://www.webislam.com/?idt=19304
30 abr 2011
Cultura Árabe, Moriscos y Cante Flamenco
Los escritores que, como Blas Infante, plantean ideas originales en cuanto a la relación moriscos-flamenco han sido silenciados o severamente criticados
29/04/11. Autor: José Gelardo Navarro. Fuente: Murcia Jonda
"Hoy parece que estamos padeciendo un barrido cultural... A veces parece, asimismo, que hay miedo a la memoria y que la fidelidad en el recuerdo es algo que asusta. . ."
En palabras de Julián Ribera y Tarragó (1), Felipe Pedrell "tuvo el humor de negar toda influencia árabe en la música española". Y en palabras de Emilio García Gómez, Falla, partidario de Pedrell y gran militante antiárabe, paradójicamente con su residencia, alzó su clan, el clan Falla, contra Ribera.
Continuar leyendo el artículo en: http://www.webislam.com/?idt=19273
29/04/11. Autor: José Gelardo Navarro. Fuente: Murcia Jonda
"Hoy parece que estamos padeciendo un barrido cultural... A veces parece, asimismo, que hay miedo a la memoria y que la fidelidad en el recuerdo es algo que asusta. . ."
En palabras de Julián Ribera y Tarragó (1), Felipe Pedrell "tuvo el humor de negar toda influencia árabe en la música española". Y en palabras de Emilio García Gómez, Falla, partidario de Pedrell y gran militante antiárabe, paradójicamente con su residencia, alzó su clan, el clan Falla, contra Ribera.
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29 abr 2011
Reflexiones a día de hoy
Kamal Al-Nawawi
Con profundo pesar y enérgica repulsa latentes, quisiera expresar mis más sinceras condolencias a las familias de las inocentes víctimas del cruel y cobarde atentado perpetrado en el café-restaurante Argana de la plaza Yamaa el-Fna de Marrakech (Reino de Marruecos). Un lugar de vistas privilegiadas que conozco y frecuenté con mis familiares para comer o tomar un refrigerio entre paseos y compras por el zoco marrakchí, hace pocas semanas, cuando visité esa maravillosa capital imperial marroquí.
Un atentado más en la lista de esos desalmados extremistas diseminados por toda la geografía del Planeta, sin credo ni nación, y uno más en la lista de los Reinos de Marruecos, España y del Reino Unido. Un atentado más, firmado por esos sanguinarios y maléficos subproductos infrahumanos del odio y la destrucción, que sólo conocen el lenguaje del vil asesinato y que cosechan masacre tras masacre, a lo largo y ancho de la Tierra.
Conocedores de los esfuerzos democratizadores que emprendió la Corona de Marruecos hace algo más de una década y su empeño actual en mantener esa ejemplar estabilidad de la que gozamos en Marruecos -a pesar de las olas de ese tsunami revolucionario de procedencia oriental- han elegido una fecha que ofrece curiosos contrapuntos en la alegría que hoy compartimos por el enlace matrimonial del príncipe Guillermo y Kate Middleton, alegría que no pensamos dejar de sentir, al igual que no dejamos de alegrarnos y de asistir en carne y hueso en su momento a la boda del príncipe D. Felipe y Dª Leticia, que no anduvo lejos en el tiempo de los tristes atentados de Atocha en Madrid (si mal no recuerdo). En este empeño por no dejar de sentir júbilo a pesar de la tristeza latente, se encapsula la flor de la ilusión humanista, ilusión por llegar a conseguir algún día esa fraternidad y esa lealtad universales que propugnan todos los auténticos credos que puedan profesar los seres humanos, y entre ellos el Cristianismo y el Islam.
La reciente visita privada del príncipe heredero de la Corona Británica y su esposa a los Reinos de España y Marruecos nos trajo una invitación primaveral -a ambas coronas, y virtualmente a ambos pueblos- para asistir, real o virtualmente a la ceremonia que hoy nos ha hecho vibrar y recordar esos jardines, calles, plazas y palacios londinenses, que tuvimos la dicha de disfrutar en vivo no hace mucho tiempo, y que hoy rememoramos a través de las cámaras televisivas; con esta mezcolanza de alegría y pena impuesta por la coincidencia en el tiempo de ambos acontecimientos. Como en la vida misma, esas cámaras nos mantienen en vilo, enclaustrados en el marco televisivo, yuxtaponiendo en nuestros cerebros diversas y antagónicas sensaciones y emociones a una velocidad endiablada. Esto produce una ilusión de globalidad virtual, más acentuada, si cabe, para los que intentamos huir de ella viajando y profundizando en la realidad de la diversidad geográfica y humana de este planeta que pisamos todos.
De la unidad ficticia de la caja manipulada y manipuladora, fragmentada y fragmentadora, a la verdadera y ansiada Unidad conciliadora y humanizadora del género Homo Sapiens (¿sapiens?), andamos los televidentes-vivientes, ascendiendo y descendiendo de nivel por momentos, cambiando de paradigma, ajustándonos a una u otra realidad-virtualidad al ritmo que aún tenemos el libre albedrío de elegir para así huir de ese peligro de caer en el perfil esquizoide al que inducen los alienantes medios de comunicación de masas...hasta ¡¿quién sabe cuándo?!...
Con profundo pesar y enérgica repulsa latentes, quisiera expresar mis más sinceras condolencias a las familias de las inocentes víctimas del cruel y cobarde atentado perpetrado en el café-restaurante Argana de la plaza Yamaa el-Fna de Marrakech (Reino de Marruecos). Un lugar de vistas privilegiadas que conozco y frecuenté con mis familiares para comer o tomar un refrigerio entre paseos y compras por el zoco marrakchí, hace pocas semanas, cuando visité esa maravillosa capital imperial marroquí.
Un atentado más en la lista de esos desalmados extremistas diseminados por toda la geografía del Planeta, sin credo ni nación, y uno más en la lista de los Reinos de Marruecos, España y del Reino Unido. Un atentado más, firmado por esos sanguinarios y maléficos subproductos infrahumanos del odio y la destrucción, que sólo conocen el lenguaje del vil asesinato y que cosechan masacre tras masacre, a lo largo y ancho de la Tierra.
Conocedores de los esfuerzos democratizadores que emprendió la Corona de Marruecos hace algo más de una década y su empeño actual en mantener esa ejemplar estabilidad de la que gozamos en Marruecos -a pesar de las olas de ese tsunami revolucionario de procedencia oriental- han elegido una fecha que ofrece curiosos contrapuntos en la alegría que hoy compartimos por el enlace matrimonial del príncipe Guillermo y Kate Middleton, alegría que no pensamos dejar de sentir, al igual que no dejamos de alegrarnos y de asistir en carne y hueso en su momento a la boda del príncipe D. Felipe y Dª Leticia, que no anduvo lejos en el tiempo de los tristes atentados de Atocha en Madrid (si mal no recuerdo). En este empeño por no dejar de sentir júbilo a pesar de la tristeza latente, se encapsula la flor de la ilusión humanista, ilusión por llegar a conseguir algún día esa fraternidad y esa lealtad universales que propugnan todos los auténticos credos que puedan profesar los seres humanos, y entre ellos el Cristianismo y el Islam.
La reciente visita privada del príncipe heredero de la Corona Británica y su esposa a los Reinos de España y Marruecos nos trajo una invitación primaveral -a ambas coronas, y virtualmente a ambos pueblos- para asistir, real o virtualmente a la ceremonia que hoy nos ha hecho vibrar y recordar esos jardines, calles, plazas y palacios londinenses, que tuvimos la dicha de disfrutar en vivo no hace mucho tiempo, y que hoy rememoramos a través de las cámaras televisivas; con esta mezcolanza de alegría y pena impuesta por la coincidencia en el tiempo de ambos acontecimientos. Como en la vida misma, esas cámaras nos mantienen en vilo, enclaustrados en el marco televisivo, yuxtaponiendo en nuestros cerebros diversas y antagónicas sensaciones y emociones a una velocidad endiablada. Esto produce una ilusión de globalidad virtual, más acentuada, si cabe, para los que intentamos huir de ella viajando y profundizando en la realidad de la diversidad geográfica y humana de este planeta que pisamos todos.
De la unidad ficticia de la caja manipulada y manipuladora, fragmentada y fragmentadora, a la verdadera y ansiada Unidad conciliadora y humanizadora del género Homo Sapiens (¿sapiens?), andamos los televidentes-vivientes, ascendiendo y descendiendo de nivel por momentos, cambiando de paradigma, ajustándonos a una u otra realidad-virtualidad al ritmo que aún tenemos el libre albedrío de elegir para así huir de ese peligro de caer en el perfil esquizoide al que inducen los alienantes medios de comunicación de masas...hasta ¡¿quién sabe cuándo?!...
26 abr 2011
El declive de las humanidades
Los expertos alertan de que descuidar esos saberes entraña riesgos para la democracia
24/04/11 Autor: María Paz López
Convendrá empaparse de Un mundo feliz, si no queremos acabar en esa pesadilla de Aldous Huxley.
"Mire vuestra merced que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que, volteadas del viento, hacen andar la piedra del molino”. Y se supone que, quien más quien menos, ya sabe lo mal que acabó el lance impetuoso. O quizá no, vista la aureola de futilidad que acompaña últimamente a los conocimientos de humanidades en la sociedad española, según denuncia Jordi Llovet, crítico de literatura y filósofo, en su libro Adéu a la universitat. L'eclipsi de les humanitats (ed. Galaxia Gutenberg), de reciente aparición.
Pero el drama va más allá de que poseer la cultura general comúnmente asociada a las humanidades no sea ya un valor que realce a una persona ante sus congéneres. Conocer las andanzas del caballero lunático (“Non fuyades, cobardes y viles criaturas, que un solo caballero es el que os acomete”) y de su prudente escudero (“¿No le dije yo a vuestra merced que mirase bien lo que hacía, que no eran sino molinos de viento?”) podrá parecer prescindible para la supervivencia cotidiana a ojos de algunos. Sin embargo, los estudiosos alertan de que arrinconar por inútiles las Humanidades –literatura, filosofía, arte, historia, teología…– entraña un peligro para la sociedad.
“No se puede articular una democracia sólida sin una población soberana en lo intelectual, sin una ciudadanía ilustrada –arguye Jordi Llovet–. Las humanidades proporcionan los instrumentos para adquirir un conocimiento general, no sólo un conocimiento humanístico, y para saber discernir, algo fundamental para el comportamiento democrático de los ciudadanos”.
Profesionales bien formados en disciplinas científicas y técnicas hiperespecializadas, pero sin una mínima cultura humanística, pueden ser más proclives a engullir de modo acrítico los mensajes cada vez más simplistas de nuestros políticos. Similar riesgo arrostran muchos licenciados en Humanidades, educados en facultades anquilosadas y de dinámicas vetustas, que no siempre han logrado enseñarles a tener criterio, posiblemente la joya más preciosa que puede llevarse un estudiante de sus años universitarios.
Estos males se detectan hace años en la sociedad española, pero afectan, en distinto grado, a varios países occidentales. En Estados Unidos dio la alerta el año pasado la filósofa y jurista Martha Nussbaum con el libro Sin fines de lucro. Por qué la democracia necesita de las humanidades (editado en España por Katz). “La salud de la democracia requiere pensamiento crítico, comprensión de la historia del mundo y cultivo de nuestra capacidad imaginativa, y eso lo dan las humanidades”, recalca Nussbaum por correo electrónico desde Chicago.
¿Osará un economista ilustrado concluir una decisiva reunión de negocios con el latinajo Alea iacta est, inmortalizado por Julio César? Ante cierto retablo, ¿habrá que aclarar que el barbudo de las llaves es san Pedro? ¿Entenderán los futuros adultos el anhelo del urbanita por huir del “mundanal ruido” si no han leído el poema de fray Luis de León? ¿Qué decir de captar las implicaciones de “mandar naves a luchar contra los elementos” (Armada Invencible), o de clamar “Venceréis pero no convenceréis” (Unamuno ante Millán Astray)?
En realidad, se duele Rafael Argullol, catedrático de Estética y Teoría de las Artes en la Universitat Pompeu Fabra: “La sociedad se ha vuelto analfabeta en lenguaje humanístico, pero una pequeña indagación arrojaría el mismo resultado respecto del lenguaje científico”. Argullol alerta de una paradoja: “El superconsumo actual de tecnología no despierta en la mayoría de la gente pasión por la ciencia, por la aventura del conocimiento, por el riesgo o la exploración…” Caso Gagarin: no ve Argullol que el cincuentenario del primer vuelo tripulado por el hombre alrededor de la Tierra haya provocado interés por la épica espacial. “No es culpa de los estudiantes, el sistema educativo los ha formado así”, suspira. Cabe preguntarse si aún hay niños que sueñan con ser astronautas.
La devaluación social de estos saberes se da en diversos países, y el actual clima económico no ayuda a revalorizarlos. “La percepción de que las humanidades no son útiles se ha exacerbado con la reciente crisis económica, que hace que los políticos sientan la necesidad de centrarse en los beneficios a corto plazo, más que en la salud de las instituciones democráticas a largo plazo”, argumenta Martha Nussbaum.
Lo paradójico es que, en puridad, las humanidades son un poderoso instrumento para buscar salidas a problemas. “Si se enseñan bien, son una importantísima disciplina intelectual; entrenan la cabeza y le dan instrumentos de análisis que pueden activarse en un abanico de trabajos muy amplio –recuerda Mercedes García-Arenal, investigadora del departamento de Estudios Árabes del CSIC–. Pero los especialistas del ramo no hemos sabido explicar a la sociedad la importantísima aplicabilidad de las humanidades”. Ejemplo que esta investigadora se llevó de sus años en Londres: aún hoy, las escuelas británicas de negocios escrutan con interés a un candidato de Clásicas, de quien presumen virtudes analíticas, pensamiento ordenado y precisión conceptual.
Pero en España eso no engancha. “Los actuales tecnócratas de la educación, obsesionados por el mercado, la economía y el comercio, olvidan que una buena formación humanística colabora en el desarrollo de esos mismos campos”, acusa Jordi Llovet. “Hay un pragmatismo absoluto, manda el factor económico –señala Rafael Argullol–. Pero ha habido también un lamento plañidero de los especialistas en Humanidades, responsables de cierto anquilosamiento en las facultades; los intelectuales también han fallado”.
Dice Mercedes García-Arenal, del CSIC, que a ella le cuesta relativamente poco demostrar a la sociedad el valor de lo que investiga: ha estudiado la expulsión de los moriscos de España, decretada por Felipe III en 1609. “Eso ayuda a comprender a las minorías religiosas en la sociedad contemporánea y a proponer soluciones; en los documentos de la época se dice de los moriscos cosas que se oyen ahora sobre los inmigrantes, como que esas personas no quieren integrarse”, explica.
“Ante una realidad tan compleja como la inmigración, lo que contribuya a potenciar la capacidad de comprensión de las personas y de su entorno social y cultural juega a favor de la cohesión social –tercia el jesuita Lluís Recolons, sociólogo de la Fundació Migra-Studium–. Una buena formación humanística abre posibilidades para situar, valorar y relacionarse con los otros, con los diferentes; y es un antídoto ante los discursos facilones que se propagan, que explotan el miedo al diferente”.
Convendrá empaparse de Un mundo feliz, si no queremos acabar en esa pesadilla de Aldous Huxley, o banalmente instalados en la ínsula Barataria.
24/04/11 Autor: María Paz López
Convendrá empaparse de Un mundo feliz, si no queremos acabar en esa pesadilla de Aldous Huxley.
"Mire vuestra merced que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que, volteadas del viento, hacen andar la piedra del molino”. Y se supone que, quien más quien menos, ya sabe lo mal que acabó el lance impetuoso. O quizá no, vista la aureola de futilidad que acompaña últimamente a los conocimientos de humanidades en la sociedad española, según denuncia Jordi Llovet, crítico de literatura y filósofo, en su libro Adéu a la universitat. L'eclipsi de les humanitats (ed. Galaxia Gutenberg), de reciente aparición.
Pero el drama va más allá de que poseer la cultura general comúnmente asociada a las humanidades no sea ya un valor que realce a una persona ante sus congéneres. Conocer las andanzas del caballero lunático (“Non fuyades, cobardes y viles criaturas, que un solo caballero es el que os acomete”) y de su prudente escudero (“¿No le dije yo a vuestra merced que mirase bien lo que hacía, que no eran sino molinos de viento?”) podrá parecer prescindible para la supervivencia cotidiana a ojos de algunos. Sin embargo, los estudiosos alertan de que arrinconar por inútiles las Humanidades –literatura, filosofía, arte, historia, teología…– entraña un peligro para la sociedad.
“No se puede articular una democracia sólida sin una población soberana en lo intelectual, sin una ciudadanía ilustrada –arguye Jordi Llovet–. Las humanidades proporcionan los instrumentos para adquirir un conocimiento general, no sólo un conocimiento humanístico, y para saber discernir, algo fundamental para el comportamiento democrático de los ciudadanos”.
Profesionales bien formados en disciplinas científicas y técnicas hiperespecializadas, pero sin una mínima cultura humanística, pueden ser más proclives a engullir de modo acrítico los mensajes cada vez más simplistas de nuestros políticos. Similar riesgo arrostran muchos licenciados en Humanidades, educados en facultades anquilosadas y de dinámicas vetustas, que no siempre han logrado enseñarles a tener criterio, posiblemente la joya más preciosa que puede llevarse un estudiante de sus años universitarios.
Estos males se detectan hace años en la sociedad española, pero afectan, en distinto grado, a varios países occidentales. En Estados Unidos dio la alerta el año pasado la filósofa y jurista Martha Nussbaum con el libro Sin fines de lucro. Por qué la democracia necesita de las humanidades (editado en España por Katz). “La salud de la democracia requiere pensamiento crítico, comprensión de la historia del mundo y cultivo de nuestra capacidad imaginativa, y eso lo dan las humanidades”, recalca Nussbaum por correo electrónico desde Chicago.
¿Osará un economista ilustrado concluir una decisiva reunión de negocios con el latinajo Alea iacta est, inmortalizado por Julio César? Ante cierto retablo, ¿habrá que aclarar que el barbudo de las llaves es san Pedro? ¿Entenderán los futuros adultos el anhelo del urbanita por huir del “mundanal ruido” si no han leído el poema de fray Luis de León? ¿Qué decir de captar las implicaciones de “mandar naves a luchar contra los elementos” (Armada Invencible), o de clamar “Venceréis pero no convenceréis” (Unamuno ante Millán Astray)?
En realidad, se duele Rafael Argullol, catedrático de Estética y Teoría de las Artes en la Universitat Pompeu Fabra: “La sociedad se ha vuelto analfabeta en lenguaje humanístico, pero una pequeña indagación arrojaría el mismo resultado respecto del lenguaje científico”. Argullol alerta de una paradoja: “El superconsumo actual de tecnología no despierta en la mayoría de la gente pasión por la ciencia, por la aventura del conocimiento, por el riesgo o la exploración…” Caso Gagarin: no ve Argullol que el cincuentenario del primer vuelo tripulado por el hombre alrededor de la Tierra haya provocado interés por la épica espacial. “No es culpa de los estudiantes, el sistema educativo los ha formado así”, suspira. Cabe preguntarse si aún hay niños que sueñan con ser astronautas.
La devaluación social de estos saberes se da en diversos países, y el actual clima económico no ayuda a revalorizarlos. “La percepción de que las humanidades no son útiles se ha exacerbado con la reciente crisis económica, que hace que los políticos sientan la necesidad de centrarse en los beneficios a corto plazo, más que en la salud de las instituciones democráticas a largo plazo”, argumenta Martha Nussbaum.
Lo paradójico es que, en puridad, las humanidades son un poderoso instrumento para buscar salidas a problemas. “Si se enseñan bien, son una importantísima disciplina intelectual; entrenan la cabeza y le dan instrumentos de análisis que pueden activarse en un abanico de trabajos muy amplio –recuerda Mercedes García-Arenal, investigadora del departamento de Estudios Árabes del CSIC–. Pero los especialistas del ramo no hemos sabido explicar a la sociedad la importantísima aplicabilidad de las humanidades”. Ejemplo que esta investigadora se llevó de sus años en Londres: aún hoy, las escuelas británicas de negocios escrutan con interés a un candidato de Clásicas, de quien presumen virtudes analíticas, pensamiento ordenado y precisión conceptual.
Pero en España eso no engancha. “Los actuales tecnócratas de la educación, obsesionados por el mercado, la economía y el comercio, olvidan que una buena formación humanística colabora en el desarrollo de esos mismos campos”, acusa Jordi Llovet. “Hay un pragmatismo absoluto, manda el factor económico –señala Rafael Argullol–. Pero ha habido también un lamento plañidero de los especialistas en Humanidades, responsables de cierto anquilosamiento en las facultades; los intelectuales también han fallado”.
Dice Mercedes García-Arenal, del CSIC, que a ella le cuesta relativamente poco demostrar a la sociedad el valor de lo que investiga: ha estudiado la expulsión de los moriscos de España, decretada por Felipe III en 1609. “Eso ayuda a comprender a las minorías religiosas en la sociedad contemporánea y a proponer soluciones; en los documentos de la época se dice de los moriscos cosas que se oyen ahora sobre los inmigrantes, como que esas personas no quieren integrarse”, explica.
“Ante una realidad tan compleja como la inmigración, lo que contribuya a potenciar la capacidad de comprensión de las personas y de su entorno social y cultural juega a favor de la cohesión social –tercia el jesuita Lluís Recolons, sociólogo de la Fundació Migra-Studium–. Una buena formación humanística abre posibilidades para situar, valorar y relacionarse con los otros, con los diferentes; y es un antídoto ante los discursos facilones que se propagan, que explotan el miedo al diferente”.
Convendrá empaparse de Un mundo feliz, si no queremos acabar en esa pesadilla de Aldous Huxley, o banalmente instalados en la ínsula Barataria.
22 abr 2011
Ibis eremita en peligro crítico de extinción
El ibis eremita (Geronticus eremita) es una especie de ave pelecaniforme de la familia Threskiornithidae.
Historia natural
En el Parque Nacional de Souss Massa habita en acantilados costeros en varios núcleos de nidificación que son considerados una sola colonia. Anteriormente estaban bien extendidos por varias áreas de Marruecos, incluyendo montañas del interior. El Parque Nacional de Souss Massa y las áreas adyacentes eran bien conocidas por proporcionar hábitat estable fuera de la época de reproducción a un gran número de ejemplares de la especie. Se alimentan en la estepa litoral arenosa, introduciendo el largo pico en la arena en busca de escíncidos e invertebrados y entre el matorral ralo en busca de coleópteros y escorpiones. Se ha comprobado que su supervivencia y éxito reproductor están ligados a la disponibilidad de agua. La población oriental es migratoria, al contrario que la población occidental. Recientemente se ha podido seguir la migración de un pequeño grupo de aves que sobreviven no lejos de Palmira en Siria cuyos efectivos son extremadamente pequeños.
Conservación: Se ha creado un grupo internacional para su conservación, el IAGNBI, que coordina acciones en toda el área de distribución natural (Marruecos, Siria y Turquía) y en otros lugares en los que se han producido traslocaciones de ejemplares nacidos en cautividad.
Población occidental: La última población viable de esta especie se encuentra en el Parque Nacional de Souss-Massa y costa adyacente, en Marruecos. Está compuesta por algo más de 100 parejas y mantiene un crecimiento pequeño pero constante desde hace años. SEO/BirdLife como representante de BirdLife International lleva a cabo diversas acciones de conservación y desarrollo sostenible en el Parque Nacional de Souss-Massa, con el apoyo de diversas instituciones, particularmente la AECID pero también la Fundació Territori i Paisatge, la Fundación Príncipe Alberto de Mónaco, etc.SEO/BirdLife coordina en Marruecos el programa país de BirdLife International y en esta calidad ha participado en la redacción del plan de acción para la especie en Marruecos. Gracias a estos esfuerzos, la población silvestre ha podido ir aumentando ligeramente sus efectivos, pero de forma continuada.
Desde 2004 se han estado reintroduciéndo hasta 215 ejemplares en el sur de España (en la provincia de Cádiz) con el fin de conseguir su reproducción en libertad y devolver este ave a la fauna autóctona de la Península Ibérica quinientos años después de su extinción en esta parte del mundo. El proyecto tuvo éxito y el primer episodio reproductor natural se dio en 2008 en unos acantilados del Parque Natural La Breña y Marismas del Barbate.
Población oriental: La otrora abundante población turca en Bireçik sufrió un importante declive por una serie de causas (crecimiento de la ciudad, abandono de tradiciones respecto a la especie, empleo de pesticidas) lo que unido a la pérdida de individuos durante la migración llevó a que se tuvieran que trasladar las parejas restantes a un gran aviario en el que se mantienen en semicautividad.
La colonia recientemente descubierta en Siria ha sido seguida por medio de satélite, lo que ha permitido conocer la ruta migratoria hacia el continente africano. Igualmente, gracias a la cooperación internacional y a la mediación del IAGNBI se han traslocado ejemplares desde la población semicautiva de Bireçik, lo que contribuirá a reforzar la población silvestre.
Está en peligro crítico de extinción y sólo se puede
encontrar en Marruecos y algunas partes de Siria.
Historia natural
En el Parque Nacional de Souss Massa habita en acantilados costeros en varios núcleos de nidificación que son considerados una sola colonia. Anteriormente estaban bien extendidos por varias áreas de Marruecos, incluyendo montañas del interior. El Parque Nacional de Souss Massa y las áreas adyacentes eran bien conocidas por proporcionar hábitat estable fuera de la época de reproducción a un gran número de ejemplares de la especie. Se alimentan en la estepa litoral arenosa, introduciendo el largo pico en la arena en busca de escíncidos e invertebrados y entre el matorral ralo en busca de coleópteros y escorpiones. Se ha comprobado que su supervivencia y éxito reproductor están ligados a la disponibilidad de agua. La población oriental es migratoria, al contrario que la población occidental. Recientemente se ha podido seguir la migración de un pequeño grupo de aves que sobreviven no lejos de Palmira en Siria cuyos efectivos son extremadamente pequeños.
Conservación: Se ha creado un grupo internacional para su conservación, el IAGNBI, que coordina acciones en toda el área de distribución natural (Marruecos, Siria y Turquía) y en otros lugares en los que se han producido traslocaciones de ejemplares nacidos en cautividad.
Población occidental: La última población viable de esta especie se encuentra en el Parque Nacional de Souss-Massa y costa adyacente, en Marruecos. Está compuesta por algo más de 100 parejas y mantiene un crecimiento pequeño pero constante desde hace años. SEO/BirdLife como representante de BirdLife International lleva a cabo diversas acciones de conservación y desarrollo sostenible en el Parque Nacional de Souss-Massa, con el apoyo de diversas instituciones, particularmente la AECID pero también la Fundació Territori i Paisatge, la Fundación Príncipe Alberto de Mónaco, etc.SEO/BirdLife coordina en Marruecos el programa país de BirdLife International y en esta calidad ha participado en la redacción del plan de acción para la especie en Marruecos. Gracias a estos esfuerzos, la población silvestre ha podido ir aumentando ligeramente sus efectivos, pero de forma continuada.
Desde 2004 se han estado reintroduciéndo hasta 215 ejemplares en el sur de España (en la provincia de Cádiz) con el fin de conseguir su reproducción en libertad y devolver este ave a la fauna autóctona de la Península Ibérica quinientos años después de su extinción en esta parte del mundo. El proyecto tuvo éxito y el primer episodio reproductor natural se dio en 2008 en unos acantilados del Parque Natural La Breña y Marismas del Barbate.
Población oriental: La otrora abundante población turca en Bireçik sufrió un importante declive por una serie de causas (crecimiento de la ciudad, abandono de tradiciones respecto a la especie, empleo de pesticidas) lo que unido a la pérdida de individuos durante la migración llevó a que se tuvieran que trasladar las parejas restantes a un gran aviario en el que se mantienen en semicautividad.
La colonia recientemente descubierta en Siria ha sido seguida por medio de satélite, lo que ha permitido conocer la ruta migratoria hacia el continente africano. Igualmente, gracias a la cooperación internacional y a la mediación del IAGNBI se han traslocado ejemplares desde la población semicautiva de Bireçik, lo que contribuirá a reforzar la población silvestre.
5 abr 2011
Islandia no, Magreb sí
La silenciada revolución islandesa ha supuesto un vuelco en el panorama político de esta pequeña nación
03/04/11. Juan Manuel Aragüés
Las movilizaciones en Islandia no pueden ser presentadas por los medios con simpatía, sino con preocupación.
Siguiendo con la cuestión que abordaba hace unos días, la silenciada revolución islandesa, que ha supuesto un vuelco en el panorama político de esta pequeña nación europea, hay que preguntarse cuál es el motivo de que un hecho de estas características no haya tenido reflejo mediático, mientras que cada día nos desayunamos, comemos y cenamos (TVE ha llegado a tener tres periodistas en El Cairo) con los sucesos del Magreb, con las revueltas populares de Túnez, Egipto o Libia.
Vaya por delante que entiendo que lo normal es lo que está sucediendo, informativamente hablando, con el Magreb, es decir, que sucesos de tal transcendencia sean recogidos por los medios. Lo que resulta sorprendente, desde esa presunta objetividad de los medios, encargados, en teoría, de contarnos lo que sucede, es el silencio que se cierne sobre Islandia. Porque, si en Islandia ocurren cosas, ¿por qué no nos las cuentan? Por ello, me atreveré a proponer una hipótesis explicativa.
El tratamiento que los medios están realizando de los acontecimientos del Magreb subraya que son movilizaciones de carácter democrático contra regímenes de carácter autoritario. No vamos a entrar ahora a valorar que, de la noche a la mañana, regímenes amigos, y en algunos casos puestos como ejemplo, véase Túnez, se hayan convertido en feroces dictaduras a las que ese faro de la libertad y la democracia que se llama Occidente exige respeto a los derechos humanos y libertades.
No vamos a hablar de ello, ni de esa hermana monarquía marroquí, tan amada por nuestra Corona. Lo que sí voy a subrayar es que se describen las movilizaciones como movilizaciones de ciudadanos, se ha dicho textualmente, que "quieren ser como los europeos". Es decir, somos tan magníficos que todo el planeta desea ser como nosotros. Resulta difícil saber con qué objetivos se mueven las masas en el Magreb, incertidumbre que, en el fondo, carcome a nuestros gobiernos.
Sin duda, los proyectos políticos serán diversos: desde islamistas radicales hasta liberales, pasando por comunistas, nacionalistas, etc. Pero el mensaje mediático es claro: quieren ser como nosotros. Es una manera de subrayar lo afortunados que somos, pues no tenemos que recurrir a poner en peligro nuestras vidas para alcanzar la libertad: ya somos libres. Tanto, que somos la envidia del planeta.
Podemos continuar con nuestra siesta democrática, abismados ante la televisión, y decidir con tranquilidad, y muy democráticamente, quién nos representa en Eurovisión o si la mano del defensa en el área fue o no penalti. ¡Vote, vote usted!
Las movilizaciones en Islandia, ésas que se han cargado dos gobiernos, que han exigido el encarcelamiento de los jerifaltes económicos del país, que se han negado a asumir las deudas de los bancos, que han promovido una asamblea popular para redactar una nueva Constitución, que han dado un corte de mangas al FMI y a los mercados, esas movilizaciones no pueden ser presentadas por los medios con simpatía, sino con preocupación. Porque subirían al escenario a un pueblo que, lejos de doblegarse, de asumir deudas ajenas e imposiciones irracionales, ha dicho basta.
El efecto de imitación que provocan los medios es brutal. La televisión estuvo en el centro de las revueltas de los países del Este, que comenzaron a imitarse los unos a los otros; lo ha estado en las revueltas del Magreb, con los efectos que estamos advirtiendo. Por eso es preciso silenciar a Islandia, o poner sordina a las diez huelgas generales de Grecia, no vaya a ser que a los europeos nos dé por pensar que, hombre, igual tienen razón los islandeses y ya vale de que nos tomen el pelo. Y empezáramos a reunirnos en las plazas, y a coger cacerolas, y a decirles a los Tanto-monta-Monta-tanto (PP-PSOE-CIU-PNV-PAR-CC) que hasta aquí hemos llegado.
Aquel volcán islandés de nombre impronunciable, aquel que llenó Europa de cenizas, sirve de perfecta metáfora para lo que acontece. El volcán político del norte debe ser silenciado, pues su nombre —no recuerdo bien si es democracia o participación popular—, en nuestras geografías políticas neoliberales, resulta impronunciable. Es preciso borrar las huellas de su erupción.
Juan Manuel Aragüés es profesor de Filosofía. Universidad de Zaragoza.
Artículos relacionados: http://www.webislam.com/?idn=18317 y http://www.webislam.com/?idt=19131
03/04/11. Juan Manuel Aragüés
Las movilizaciones en Islandia no pueden ser presentadas por los medios con simpatía, sino con preocupación.
Siguiendo con la cuestión que abordaba hace unos días, la silenciada revolución islandesa, que ha supuesto un vuelco en el panorama político de esta pequeña nación europea, hay que preguntarse cuál es el motivo de que un hecho de estas características no haya tenido reflejo mediático, mientras que cada día nos desayunamos, comemos y cenamos (TVE ha llegado a tener tres periodistas en El Cairo) con los sucesos del Magreb, con las revueltas populares de Túnez, Egipto o Libia.
Vaya por delante que entiendo que lo normal es lo que está sucediendo, informativamente hablando, con el Magreb, es decir, que sucesos de tal transcendencia sean recogidos por los medios. Lo que resulta sorprendente, desde esa presunta objetividad de los medios, encargados, en teoría, de contarnos lo que sucede, es el silencio que se cierne sobre Islandia. Porque, si en Islandia ocurren cosas, ¿por qué no nos las cuentan? Por ello, me atreveré a proponer una hipótesis explicativa.
El tratamiento que los medios están realizando de los acontecimientos del Magreb subraya que son movilizaciones de carácter democrático contra regímenes de carácter autoritario. No vamos a entrar ahora a valorar que, de la noche a la mañana, regímenes amigos, y en algunos casos puestos como ejemplo, véase Túnez, se hayan convertido en feroces dictaduras a las que ese faro de la libertad y la democracia que se llama Occidente exige respeto a los derechos humanos y libertades.
No vamos a hablar de ello, ni de esa hermana monarquía marroquí, tan amada por nuestra Corona. Lo que sí voy a subrayar es que se describen las movilizaciones como movilizaciones de ciudadanos, se ha dicho textualmente, que "quieren ser como los europeos". Es decir, somos tan magníficos que todo el planeta desea ser como nosotros. Resulta difícil saber con qué objetivos se mueven las masas en el Magreb, incertidumbre que, en el fondo, carcome a nuestros gobiernos.
Sin duda, los proyectos políticos serán diversos: desde islamistas radicales hasta liberales, pasando por comunistas, nacionalistas, etc. Pero el mensaje mediático es claro: quieren ser como nosotros. Es una manera de subrayar lo afortunados que somos, pues no tenemos que recurrir a poner en peligro nuestras vidas para alcanzar la libertad: ya somos libres. Tanto, que somos la envidia del planeta.
Podemos continuar con nuestra siesta democrática, abismados ante la televisión, y decidir con tranquilidad, y muy democráticamente, quién nos representa en Eurovisión o si la mano del defensa en el área fue o no penalti. ¡Vote, vote usted!
Las movilizaciones en Islandia, ésas que se han cargado dos gobiernos, que han exigido el encarcelamiento de los jerifaltes económicos del país, que se han negado a asumir las deudas de los bancos, que han promovido una asamblea popular para redactar una nueva Constitución, que han dado un corte de mangas al FMI y a los mercados, esas movilizaciones no pueden ser presentadas por los medios con simpatía, sino con preocupación. Porque subirían al escenario a un pueblo que, lejos de doblegarse, de asumir deudas ajenas e imposiciones irracionales, ha dicho basta.
El efecto de imitación que provocan los medios es brutal. La televisión estuvo en el centro de las revueltas de los países del Este, que comenzaron a imitarse los unos a los otros; lo ha estado en las revueltas del Magreb, con los efectos que estamos advirtiendo. Por eso es preciso silenciar a Islandia, o poner sordina a las diez huelgas generales de Grecia, no vaya a ser que a los europeos nos dé por pensar que, hombre, igual tienen razón los islandeses y ya vale de que nos tomen el pelo. Y empezáramos a reunirnos en las plazas, y a coger cacerolas, y a decirles a los Tanto-monta-Monta-tanto (PP-PSOE-CIU-PNV-PAR-CC) que hasta aquí hemos llegado.
Aquel volcán islandés de nombre impronunciable, aquel que llenó Europa de cenizas, sirve de perfecta metáfora para lo que acontece. El volcán político del norte debe ser silenciado, pues su nombre —no recuerdo bien si es democracia o participación popular—, en nuestras geografías políticas neoliberales, resulta impronunciable. Es preciso borrar las huellas de su erupción.
Juan Manuel Aragüés es profesor de Filosofía. Universidad de Zaragoza.
Artículos relacionados: http://www.webislam.com/?idn=18317 y http://www.webislam.com/?idt=19131
MUY URGENTE: NO EXPONERSE A LLUVIA EN PRÓXIMOS DÍAS
Después de las explosiónes nucleares en Fukushima (Japón), todos debemos tener precaución.
Si llueve en los próximos días, NO IR BAJO LA LLUVIA. Se debe utilizar un paraguas o impermeable, incluso si es sólo una llovizna. Esto porque especialistas de centrales nucleares han señalado que las partículas radiactivas pueden llegar a la atmósfera, estan en la capa de ozono extendiéndose en todo el mundo por la lluvia; lo que puede causar quemaduras, alopecia e incluso cáncer.
Por favor, transmitir esta información. La Alerta Nuclear ya es 6 de 7. Espacios aéreos cerrados en Japón. Francia declaró Alerta 6 de 7 por la movilizacion de los vientos. Alemania y Rusia declaran 5 de 7.
1 abr 2011
PETICIÓN
Queridos amigos y amigas,
El sábado pasado, una joven abogada, de nombre Iman al-Obeidi, irrumpió en un hotel en Trípoli pidiendo ayuda a un grupo de periodistas extranjeros, mientras les mostraba magulladuras por todo el cuerpo y les contaba que acababa de ser golpeada y violada por 15 hombres del ejército de Gadafi. Mientras denunciaba los hechos entre sollozos, agentes del régimen libio la sacaron del hotel arrastrándola a la fuerza, y nadie la ha visto desde entonces.
No hay palabras para expresar el coraje que tuvo Iman al-Obeidi al denunciar estos crímenes, y apenas podemos imaginar el terror por el que debe estar pasando en estos momentos, en manos de los matones de Gadafi. Su vida está en peligro, pero podemos ayudarla si actuamos inmediatamente.
Gadafi podrá hacerse el sordo ante muchas denuncias internacionales, pero ya escuchó al gobierno turco cuando le pidió que liberara a periodistas extranjeros. Lancemos con urgencia un gigantesco llamamiento mundial dirigido al primer ministro de Turquía Erdogan para que ayude a salvar a Iman. Firma la petición y reenvía este correo a todos tus conocidos. La petición será entregada directamente en el consulado turco en Benghazi, cuando alcancemos las 500,000 firmas: http://www.avaaz.org/es/free_iman_al_obeidi/?vl
El sábado pasado, una joven abogada, de nombre Iman al-Obeidi, irrumpió en un hotel en Trípoli pidiendo ayuda a un grupo de periodistas extranjeros, mientras les mostraba magulladuras por todo el cuerpo y les contaba que acababa de ser golpeada y violada por 15 hombres del ejército de Gadafi. Mientras denunciaba los hechos entre sollozos, agentes del régimen libio la sacaron del hotel arrastrándola a la fuerza, y nadie la ha visto desde entonces.
No hay palabras para expresar el coraje que tuvo Iman al-Obeidi al denunciar estos crímenes, y apenas podemos imaginar el terror por el que debe estar pasando en estos momentos, en manos de los matones de Gadafi. Su vida está en peligro, pero podemos ayudarla si actuamos inmediatamente.
Gadafi podrá hacerse el sordo ante muchas denuncias internacionales, pero ya escuchó al gobierno turco cuando le pidió que liberara a periodistas extranjeros. Lancemos con urgencia un gigantesco llamamiento mundial dirigido al primer ministro de Turquía Erdogan para que ayude a salvar a Iman. Firma la petición y reenvía este correo a todos tus conocidos. La petición será entregada directamente en el consulado turco en Benghazi, cuando alcancemos las 500,000 firmas: http://www.avaaz.org/es/free_iman_al_obeidi/?vl
¿Es esto una guerra?
El conflicto semántico sobre la presencia española en Libia responde a intereses ideológicos - Quienes la equiparan con Irak 'olvidan' el papel de la ONU
EL PAÍS. José Mª Ridao. 28/03/11
Las dudas acerca de si los miembros de la coalición internacional para proteger a los civiles libios están o no en guerra forman parte, en el mejor de los casos, de la irresuelta controversia sobre el principio de injerencia humanitaria. En el peor, responden al intento de justificar la invasión de Irak empleando retrospectivamente los argumentos invocados para la intervención en Libia.
Seguir leyendo este artículo en http://www.elpais.com/articulo/sociedad/guerra/elpepisoc/20110328elpepisoc_1/Tes
EL PAÍS. José Mª Ridao. 28/03/11
Las dudas acerca de si los miembros de la coalición internacional para proteger a los civiles libios están o no en guerra forman parte, en el mejor de los casos, de la irresuelta controversia sobre el principio de injerencia humanitaria. En el peor, responden al intento de justificar la invasión de Irak empleando retrospectivamente los argumentos invocados para la intervención en Libia.
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Gadafi y sus amigos
21-3-11. Lluís Bassets. EL PAÍS.
¿Quién no le ha vendido armas? ¿Quién no ha sacado provecho de sus inversiones? ¿Quién no se ha sentado en su jaima? ¿Quién no le ha dejado instalarse con su séquito en los aledaños de los palacios presidenciales de las democracias? ¿Quién no ha preferido hacerse el despistado ante sus chantajes?
Sigue leyendo este artículo en http://blogs.elpais.com/lluis_bassets/2011/03/gadafi-y-sus-amigos.html
¿Quién no le ha vendido armas? ¿Quién no ha sacado provecho de sus inversiones? ¿Quién no se ha sentado en su jaima? ¿Quién no le ha dejado instalarse con su séquito en los aledaños de los palacios presidenciales de las democracias? ¿Quién no ha preferido hacerse el despistado ante sus chantajes?
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